Euskadi buscará durante otros 6 meses el virus en las aguas residuales
El objetivo es dar con un método fiable que permita alertar a Salud Pública de los contagios antes de que los infectados desarrollen la enfermedad
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La Agencia Vasca del Agua, URA, dependiente del Departamento de Medio Ambiente, volverá a analizar la presencia de material genético del coronavirus en las aguas residuales de Euskadi durante al menos 23 semanas más para dar con un método fiable que permita alertar a Salud Pública de la existencia de contagios incluso antes de que la gente comience a enfermar. El Ministerio de Transición Ecológica sigue realizando el estudio que inició en julio y que iba a finalizar en octubre, aunque ha prorrogado la investigación. La Agencia vasca decidió completarlo. También ahora, URA va a complementar los análisis que realice el Ejecutivo central en Galindo y Krispijana (Vitoria), para lo que ha sacado a concurso un nuevo lote de análisis. En total se realizarán 123. El contrato será prorrogable.
Los análisis pretenden alimentar una base de datos que sirva para configurar un sistema fiable de alerta temprana, ya que a mayor concentración del virus en el agua, más posibilidad existe de que haya un mayor número de infectados. Ello puede dar pistas para realizar cribados, por ejemplo. Según indican los expertos de URA en los pliegos de condiciones del nuevo concurso, se pueden detectar restos del virus en las aguas fecales antes de que las autoridades sanitarias sean informadas del primer contagio. Esto es debido a que los virus están presentes en las heces antes de que los pacientes desarrollen síntomas lo suficientemente graves como para buscar atención hospitalaria y junto con el medio de protección que suponen los sólidos en suspensión, el control de estas aguas residuales es un buen método para la detección precoz de la circulación del virus en la población.
Cinco puntos de muestreo
La idea del Gobierno vasco es seguir investigando una metodología que ofrezca la posibilidad de dar con un sistema de alerta temprana a través del análisis de aguas residuales. Hasta ahora, los realizados en Euskadi han revelado la existencia de material genético del virus en las aguas, aunque queda mucho por investigar. Y es que las concentraciones en el agua varían en función de variables como la precipitación, régimen mareal, temperatura, otros vertidos en la red... «Se sigue recabando y analizando la concurrencia de situaciones que afecten a los resultados. Aún se ha de seguir depurando un método para lograr una fiabilidad suficiente que pueda servir como sistema de alerta temprana epidemiológica», explicaron desde el organismo.
El laboratorio tomará muestras en cinco puntos, aunque serán ampliables. De momento está previsto que se recojan una vez a la semana en la depuradora de Loiola (San Sebastián), en la de Atalerreka (Hondarribia) y en tres puntos de la ría. En el punto denominado Gorbeia, en el aliviadero de Lasesarre-Lutxana y en el interceptor del Puerto.
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