Etxanobe presenta un Presupuesto récord para Bizkaia y «no confía» en repetir el pacto con Bildu

La situación, en todo caso, dista mucho de ser idílica. Ya lo viene advirtiendo durante los últimos meses el descenso de las cifras de otro tributo clave, el de Sociedades. Es el que suele explicar si el tejido empresarial avanza con el viento a favor o en contra, y ahora mismo parece que es lo segundo debido a las turbulencias del mercado global. La recaudación viene hundiéndose un 14% este año y los especialistas no prevén mejoras a corto plazo. Más bien lo contrario, y el IRPF y el IVA no pueden seguir creciendo de forma indefinida para contrarrestarlo. Lo sabe la diputada general, Elixabete Etxanobe, que pese a presentar ayer el Presupuesto más alto que nunca ha tenido la institución huyó de triunfalismos. Su discurso fue más bien prudente.

Etxanobe, de hecho, llamó a gestionar las que serán sus terceras Cuentas con «seriedad y rigor» por si los nubarrones que se intuyen acaban llegando a Bizkaia. «Vamos a aprovechar para blindar los servicios públicos y sembrar porque nadie nos garantiza que en el futuro sigamos disponiendo de los recursos que tenemos hoy», advirtió. ¿Significa eso que la Diputación quiere empezar a contener el gasto por lo que pudiera pasar? En princio no. «En un contexto de incertidumbre queremos cuidar a los sectores estratégicos (automoción, energía...) y ayudarles porque son la base de nuestra recaudación y de que Bizkaia pueda mantener unos servicios públicos de calidad en el futuro», explicó.

Según el anteproyecto de Presupuestos que presentaron ayer Etxanobe y la diputada de Hacienda y Finanzas, Itxaso Berrojalbiz, Bizkaia romperá por primera vez la barrera de los 11.000 millones el próximo ejercicio. Contará con unos ingresos de 11.320 millones, un 6% más que este año en el que el Presupuesto se quedó en 10.660. Por comparar un poco más allá: desde 2024, cuando ya se aprobaron unas Cuentas de récord, los ingresos han crecido 1.000 millones.

Estas grandes cifras sirven principalmente para evidenciar el imponente poder recaudatorio que otorga el Concierto Económico y a dónde va a parar ese dinero. La aportación al Gobierno vasco será supeior a los 7.000 millones, el Cupo que se entrega al Estado superará los 675 y el Fondo de Financiación Municipal (Udalkutxa), la base sobre la que los ayuntamientos del territorio elaborarán sus propios presupuestos, alcanzará los 1.237. A esto hay que sumar otros 250 que la administración destina a amortizar deuda y 280 que destina a gastos de personal. La Diputación tiene 3.000 funcionarios, un notable catálogo de altos cargos y un ecosistema de veinte sociedades públicas orbitando a su alrededor.

Dicho de otro modo. De los más de 11.000 millones que prevé recaudar en 2026 la Diputación podrá repartir entre sus departamentos 1.716. Son 64,4 más que este año. Como es habitual, el área de Acción Social es el que absorberá la mayor parte de los recursos. El sostenimiento de residencias y centros de día, las ayudas para dependientes, personas en riesgo de exclusión y las nuevas políticas que se están poniendo en marcha para hacer responder al aumento de la esperanza de vida y a la soledad no deseada, por ejemplo, se llevarán el 45% del dinero. Serán 767 millones, una cifra que va a seguir creciendo durante los años venideros. La sociedad vizcaína envejece a un ritmo muy veloz y eso es un reto social y económico mayúsculo.

Otro de los grandes proyectos en los que trabaja la institución es la vertebración del territorio, y eso pasa por ofrecer unos servicios públicos similares en todas las comarcas. Ahí entra en juego de manera decisiva el transporte público dependiente de la Diputación, Bizkaibus y el metro. La gestión de ambos se llevará más de 200 millones en 2026. Los autobuses interurbanos se encuentran en pleno proceso de cambio, tanto de los propios vehículos como de sus rutas, y el suburbano creciendo. El Gobierno foral debe cofinanciar la ejecución de la Línea 5 y está por ver si reserva dinero para la 4. Sí que confirmó Etxanobe que durante el año que viene la institución tendrá la primera gran partida económica reservada para el subfluvial. El túnel bajo la ría que unirá Leioa y Portugalete para dar una alternativa a Rontegi e intentar aliviar su recurrente colapso circulatorio es el gran proyecto del próximo lustro. Tras años de gestiones administrativas previas empezará a ejecutarse en primavera.

El anteproyecto de Presupuestos fue remitido ayer mismo a las Juntas Generales para el inicio de su tramitación. Entre el jueves y el lunes próximo los responsables de los nueve departamentos forales comparecerán en el Parlamento territorial para dar cuenta detallada de sus planes e inversiones para el año que viene. Tras la presentación arrancará la negociación de unas Cuentas que quedarán definitivamente aprobadas a mediados de diciembre. La mayoría que suman PNV y PSE garantiza, a diferencia de lo que ocurre en Álava y Gipuzkoa, que el proceso se desarrollará sin turbulencias.

Lo que está por ver es si el Gobierno foral suma el apoyo de algún grupo de la oposición. u opta por recorrer el camino en solitario. Consultada al respecto la diputada general tendió ayer la mano a todos los partidos para iniciar conversaciones. «Contar con otras visiones es algo que nos ayudará a enriquecer las Cuentas», dijo Elixabete Etxanobe. Tras 12 años sin acuerdos en 2025 el Gobierno foral firmó un pacto presupuestario inédito con EH Bildu. Pese al precedente, la diputada general sorprendió ayer al mostrarse pesimista ante la posibilidad de reeditar el acuerdo con la coalición soberanista. «No tengo ninguna confianza en repetirlo», dijo cuando los Presupuestos ni siquiera habían llegado a las Juntas y, por tanto, no ha habido el más mínimo contacto con la oposición.

El problema parece ser un documento que EH Bildu ha hecho público a través de sus redes sociales durante las últimas semanas denominado 'Propuesta interinstitucional para los Presupuestos 2026' en el que plantea a PNV y PSE un acuerdo global en torno a las Cuentas del Gobierno vasco y las tres diputaciones. Etxanobe rechazó una negociación conjunta y criticó que el documento plantee «principalmente» como condiciones para el acuerdo una serie de ajustes fiscales. Un capítulo que el Gobierno foral da por cerrado tras la reforma de la pasada primavera pactada con Podemos.