El estado de alarma reduce en un 40% la contaminación en el Gran Bilbao
El número de vehículos que entra en la capital ha bajado de 92.000 coches diarios a 38.000
Una de las pocas cosas positivas que está dejando el confinamiento por el coronavirus es la reducción notable en la contaminación de las ciudades. El Gran Bilbao no es ajeno a este fenómeno. La caída del tráfico rodado y también del aéreo, así como una menor actividad en algunas industrias, está haciendo que el volumen de varios de los gases más perniciosos que Bizkaia emite a la atmósfera -como el resto del mundo- se esté reduciendo de manera apreciable. Al menos, así se refleja en las cabinas de medición de la calidad del aire que el Gobierno vasco tiene distribuidas en varios puntos del territorio.
En concreto, los óxidos de nitrógeno (NOx) y las partículas en suspensión (PM10) muestran una bajada media de entre un 25 y un 40%. El Ejecutivo autónomo reconoce que la contaminación se ha moderado, pero matiza que aún es pronto para hacer un diagnóstico con rigor científico sobre los datos, ya que hay múltiples variables que han podido influir. Se necesitan registros de más días y más homogéneos para poder hacer una interpretación más precisa de la situación.
A la espera de la valoración oficial, el análisis de los datos disponibles revela que la caída de la circulación por carretera ha sido determinante. Si antes de la crisis sanitaria los vehículos que entraban a diario a Bilbao superaban los 90.000, ahora han bajado a 38.000. La combustión de los motores provoca, sobre todo, la emisión de CO2, óxidos nitrosos y partículas. El primero de los gases es muy persistente, por lo que su presencia apenas descendió al inicio del aislamiento doméstico. Con respecto a los otros dos elementos, las evidencias son concluyentes.
Para realizar este análisis, EL CORREO se ha fijado en dos días que fueron meteorológicamente similares: el martes 10 de marzo (cuando la población no tenía aún restricciones a su movilidad) y el martes 17. No tiene sentido comparar una jornada lluviosa, en la que las precipitaciones y la brisa barren la polución, con otra anticiclónica. Las condiciones de ambos días fueron parecidas: cielo despejado, viento de entre 4 y 9 kilómetros por hora y temperaturas medias de 10,5 y 10,9 grados, respectivamente.
El día 10 accedieron a Bilbao 91.876 vehículos frente a los 39.543 del 17. Es un 57% menos. En el primer día elegido para esta comparativa, la estación de Mazarredo registró 72 unidades de óxido de nitrógeno frente a las 41 del segundo, lo que supone un decrecimiento del 43%. En partículas, el descenso alcanzó el 48%. En el resto de centros de medición de Bilbao se observa una tendencia a la baja bastante acusada. En la calle María Díaz de Haro, las caídas de PM10 llegan al 44% y el NOx, al 17%, mientras que en Txurdinaga (Parque Europa) la bajada fue del 57% y el 39%.
Lectura para el futuro
Saliendo de la capital, en Barakaldo, por ejemplo, el descenso en las mismas jornadas fue del 25%, mientras que en Erandio bajó hasta un 62%. En Basauri, el retroceso fue entre el 46% y el 60%. Muy pocas estaciones miden otros contaminantes. La de Mazarredo sí registra el tolueno y el benceno, gases muy tóxicos. En ambos casos, los registros arrojaron unas caídas del 33 y el 52%.
En definitiva, la contaminación ha descendido una media que ronda el 40%. En algunas estaciones se ha alcanzado una caída más drástica, de hasta un 60%. Un fenómeno que podría tener una lectura positiva en el futuro, cuando la emergencia sanitaria pase. «En Barcelona o en Madrid, también en Bilbao, estamos disfrutando estos días de cuarentena de cielos más limpios», explica Miguel Mayorga, arquitecto urbanista y profesor de la Universidad Oberta de Catalunya. «Las empresas, los centros de estudio, los ciudadanos y las administraciones se han dado cuenta de que se puede interactuar de otra manera, mediante medios telemáticos, y esto nos puede dejar una enseñanza positiva para adaptar nuestra movilidad en el futuro hacia fórmulas más respetuosas con el medio ambiente», argumenta.