La «especulación» dispara un 80% el censo de viviendas vacías en Bilbao en dos años

Bilbao contaba hace dos años con 4.044 viviendas deshabitadas, y ahora la cifra se ha disparado hasta las 7.253. Un incremento de casi el 80%. ¿Y con tanta necesidad, qué ha podido originar este aumento de hogares desocupados? El Gobierno vasco cree que el crecimiento es fruto de «un movimiento especulativo». Mario Yoldi, director de Planificación y Procesos Operativos del Departamento de Vivienda considera que el fenómeno es consecuencia de una mayor «demanda inversora». «Tras la pandemia se produce un movimiento inmobiliario importante. Crecen las personas físicas que compran vivienda para más adelante sacar una rentabilidad», detalla el experto. Los datos avalan esta postura. Las compraventas de vivienda aumentaron un 24% en 2021 respecto al ejercicio anterior, marcado por las restricciones sanitarias a consecuencia del covid. En total, se registraron 3.681 transacciones frente a las 2.950 que se firmaron en los doce meses previos.

Además de la pandemia hay otro factor que también podría haber impulsado ese «interés especulativo» al que hace referencia el Departamento: el estallido de la guerra de Ucrania a principios del 2022. Este conflicto disparó la inflación, encareció el precio de la energía y de las materias primas y produjo, asimismo, turbulencias en los mercados financieros. Ante este fenómeno, muchos tomaron la decisión de retirar sus ganancias de las entidades bancarias para destinarlas a la vivienda, cuya rentabilidad se situó este comienzo de año en el 5,9% en Euskadi. Y así las transacciones volvieron a crecer. En total se vendieron un 10% más de pisos que en el año anterior, marcando una tendencia ascendente del mercado. Se adquirieron 4.074 pisos, la cifra más alta del último lustro.

Con el 2023 llegó el estancamiento. El sector de la construcción se ralentizó. La falta de nuevas promociones, sumada a la subida de los tipos de interés y el encarecimiento del metro cuadrado, también en las viviendas usadas, afectó a las transacciones, que cayeron un 18%. Un desplome que ha podido llevar a engordar el número total de viviendas vacías. «Algunas personas esperan a vender sus propiedades y otras apuestan por rehabilitar domicilios para sacarlos luego al mercado del alquiler, que está caro», detalla Yoldi. Y precisamente por ello cree que estos nuevos pisos desocupados «no pasarán mucho tiempo vacíos». «La demanda por inversión acabará yendo al mercado en un tiempo. No van a estar dos años sin uso», augura. Ante el exponencial crecimiento, Yoldi matiza que el número de viviendas vacías que llevan más de veinticuatro meses cerradas en Bilbao «ha caído». Pasan de 978 a 613 (un 37% menos), lo que evidencia la efectividad de las penalizaciones fiscales, como el recargo del 25% en el IBI que impone el Consistorio de Bilbao a los pisos desocupados.

El Ayuntamiento, cuyo último estudio datado en 2020 cifra el número de viviendas vacías gestionables en 2.000, se apoya en que «la incertidumbre» del covid movilizó posteriormente el mercado de residencial. Yolanda Díez, concejala de Vivienda, explica que «a finales de este año se elaborará un nuevo diagnóstico sobre el mercado residencial de la villa». Con los resultados, realizarán un «plan de vivienda con una durabilidad de tres años» con el que podrán aplicar medidas específicas para movilizar las residencias deshabitadas.

Los agentes de la propiedad inmobiliaria consideran que la nueva Ley de Vivienda también ha podido tener su efecto negativo sobre los pisos vacíos. Consideran que «el miedo a que un inquilino se declare vulnerable, no pague y su contrato de alquiler no pueda ser rescindido, ha provocado que muchos propietarios prefieran tener su domicilio sin ocupar que con arrendatarios». El presidente de los agentes vizcaínos, José Manuel González, está seguro de que la norma «en vez de impulsar más vivienda, ha sacado pisos del mercado». Y este fenómeno, recuerda, «ha acabado subiendo los precios». «La obligación de que tengan que pagar los honorarios ha repercutido también en el alquiler», subraya.

El experto opina que «hay que saber legislar». «En Bizkaia apenas hay grandes tenedores» -hay concretamente 193 particulares y empresas que poseen cinco o más residencias- y que la mayoría de los propietarios son «personas que ponen su piso en alquiler como complemento a su pensión». Así, como con toda norma, «llega la picaresca». «Hay quienes han preferido alquilar el piso por su cuenta o destinarlo a vivienda turística para evadir la ley». E incluso apunta que hay inversores «que han frenado sus operaciones por la incertidumbre que ha generado la norma». «Hay vivienda nueva que está sin ocupar», confiesa.