La moda de los retiros espirituales: de 300 euros a 2.000 por un fin de semana
Retiros. Crece el interés en Bizkaia por este tipo de encuentros para estar en contacto con la naturaleza y buscar paz mental
Huir del estrés, alejarse de las tecnologías, encontrarse con uno mismo, estar en contacto con la naturaleza o sanar heridas. Son algunos de los motivos ... por los que cada vez más adeptos se unen a la moda de los retiros espirituales en Bizkaia. Este tipo de encuentros se convierten en una vía de escape para quienes quieren encontrar tranquilidad y paz mental. Expertos aseguran que el número de personas interesadas va en aumento, y las redes sociales se han convertido en el escaparate por excelencia para promocionarlos. Bajo eslóganes como 'Un lugar en el que volver a nacer', 'Un hospital para el alma', 'La sesión que transformará tu vida', 'La respuesta y medicina siempre has sido tú' o 'La humanidad es tu familia', buscan ofrecer un espacio para «conectar con las verdaderas necesidades y alejarse de la rutina, la tecnología y los estímulos constantes». En definitiva, se presentan como una salida para escapar de la vorágine e invitan a «dedicar tiempo a uno mismo, a parar, desconectar y vivir el presente». Cada vez es más habitual ver vídeos de alguna 'influencer' contando su experiencia después de acudir a un retiro. Para algunas personas ha supuesto un punto de inflexión. Les ha ayudado a tomar decisiones, superar una ruptura o la pérdida de un ser querido, a alejarse de una relación tóxica o dejar un trabajo. Los motivos pueden ser muy distintos, pero la mayoría de participantes coinciden en un mismo punto: la necesidad de buscar salidas y encontrar respuestas.
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¿A qué viene este 'boom'? No hay una cifra que avale el auge de los retiros, pero expertos aseguran que «ha aumentado exponencialmente» en los últimos años. El interés comenzó a raíz de la pandemia. La actividad se paró por completo y muchas personas se dieron cuenta del ritmo frenético en el que estaban sumergidas. Surgió la necesidad de hacer una introspección, de dedicarse más tiempo a uno mismo, de buscar una vía de escape. Algunas personas, incluso, descubrieron la meditación. «En un mundo cada vez más acelerado e hiperconectado, en el que vivimos con estrés, ansiedad y depresión constante, la gente busca salidas. Los retiros responden a una profunda necesidad de encontrarse con uno mismo. Permiten estar en silencio, vivir el presente y de modo real», explica Natalia Gómez-Rubiera, psicóloga sanitaria, terapeuta y formadora de 'Mindfulness y autocompasión'. «La evidencia de la eficacia del mindfulness ha impulsado estas prácticas de retiro tan variadas. A veces retirarse es vivir hacia dentro. No es huida, es escucha. Un retiro es un acto de valentía silenciosa», aclara.
Hasta los 2.000 euros
La experta incide en la idea de que «la vida no es solo existir y producir, sino que necesitamos darle un significado». Precisamente, esa es una de las razones que ha animado a muchos vizcaínos a participar. «Evitamos sentir por miedo al dolor, vacío o confusión, pero la única manera de crecer y ser más auténticos radica en la autoconexión», añade. Existen diferentes tipos de retiro: de meditación, de yoga, de ayuno, católicos, de conexión con la naturaleza... Las actividades también son variadas. Algunos de ellos incluyen yoga, paseos por el campo, 'reiki', masajes, círculos de diálogo, talleres de crecimiento, autoestima y de perdón, musicoterapia, arteterapia, constelaciones familiares o cartas natales, entre otras. El objetivo consiste en brindar un espacio en el que desconectar, la mayoría de veces en contacto con la naturaleza, y realizar dinámicas que inviten al bienestar físico y mental -a veces con técnicas espirituales-. En cuanto a los precios, los retiros de fin de semana cuestan a partir de los 300 euros, y pueden llegar a los 2.000.
La tarifa incluye el acceso a todas las actividades y pensión completa. Si alguien prefiere acudir un único día, el coste ronda los 120 euros en el caso de 'La Casa de Marina', situada en Amorebieta. Por norma general, este tipo de encuentros se llevan a cabo en entornos naturales, pero también existe la posibilidad de hacerlos en espacios interiores, como hoteles especializados que disponen de salas amplias para poder realizar actividades como yoga, o incluso de manera online, a través de conversaciones. El público de los retiros es muy diverso: acuden «desde jóvenes a partir de los 22 años hasta personas de 85». La mayoría son mujeres. «La gente que viene es porque ha llegado al límite, porque necesita encontrarse y buscar respuestas. Son personas que pueden tener todo pero que no se sienten llenas, que necesitan un cambio y volver otra vez a un punto de partida. Las prisas y la presión social agotan. Cuando vuelves a la naturaleza todo es más sencillo. Los retiros brindan la oportunidad de reprogramar ese disco duro que tenemos y de conectar con la alegría», cuenta Marina Caballero, maestra de 'reiki', entre otras disciplinas, que organiza retiros en su casa rural, 'La casa de Marina'. Según los expertos, hay varios factores que impulsan este fenómeno. Por un lado, la necesidad de una reconexión interior. «El confinamiento forzó una introspección involuntaria. Al cesar el ruido externo, muchos redescubrieron el silencio interior como camino de sanación. A veces nos complicamos demasiado la vida y vemos problemas donde no los hay. Es una forma de recuperar la sencillez, el autocuidado y la gestión emocional», añade Caballero.
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Beneficios y riesgos
Otro de los factores que ha impulsado este fenómeno es que ahora hay una mayor necesidad de potenciar la salud mental, emocional y espiritual como parte integral del bienestar. Por otro lado, los retiros también se convierten en una oportunidad para conocer a otras personas con los mismos intereses. «Hay mucha gente que viene sola. Esto es como unas vacaciones. En algunas vas a ver museos y antigüedades y en otras lo que haces es cuidarte tú, pensar en ti y adquirir hábitos que te van a permitir vivir mejor», desliza Mercedes Salaverry, profesora de yoga y meditación en el estudio Ágora de Bilbao, que también organiza retiros.
¿Cuáles son los beneficios de este tipo de encuentros? «Nos ayudan a volver a nuestro estado natural en un mundo de ruido continuo. Esto puede contribuir a conocernos mejor. Por ejemplo, a detectar patrones de comportamiento, a sentir y conectar con nuestras verdaderas necesidades. También a desconectar del brutal estrés al que estamos sometidos», explica la psicóloga. Pero, ojo, pueden tener inconvenientes y no son para todo el mundo. «Algunos esperan la 'pócima mágica' o una transformación radical en poco tiempo, y esto en ningún caso sustituye a un proceso terapéutico con un profesional. En los retiros se abren recuerdos y heridas dolorosas y pueden surgir la ansiedad, la tristeza e incluso brotes de psicosis», matiza.
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La experta recalca la importancia de escoger uno que cuente con psicólogos o médicos. «Un buen retiro, además, preguntará antes de ir por determinadas enfermedades. Si no existe un acompañamiento adecuado puede resultar muy dañino. Para algunas personas la desconexión temporal puede ser muy difícil, porque precisamente es su mecanismo de protección ante el dolor y el quitarle esto puede ser muy abrumador», advierte Gómez-Rubiera.
Pueden resultar una buena idea cuando se busca una pausa, claridad mental o incluso como complemento de una terapia o acompañamiento psicológico, «pero hay que estar preparado para mirar dentro sin esperar un cambio inmediato». A algunas personas, como Naiara Garai, de Sopela, la experiencia les ha ayudado a conseguir «paz mental». «Sé gestionar mucho mejor mis sentimientos y me he conocido mejor a mi misma. Poder dejar el móvil de lado y dedicarme tiempo es lo más importante», asegura.
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