La Ertzaintza abandona el centro coordinador con la Policía local de Bilbao tras una década
Desde la Policía autonómica justifican esta drástica decisión por la «falta de personal»
La Ertzaintza ha abandonado esta semana el Centro de Coordinación Policial Conjunta que compartía con la Policía Municipal de Bilbao desde hace más de una ... década. Los operadores se despidieron ayer de los que han sido sus compañeros durante los últimos años, aunque vistieran uniformes distintos, en la sala ubicada en la comisaría central de Miribilla. En la comunicación oficial remitida a la guardia urbana, la Policía autonómica alega «falta de personal» para adoptar esta drástica decisión.
En el conocido como CMC, los ertzainas disponen de dos puestos, aunque no siempre se cubrían. Dependiendo de los turnos, acuden uno o dos miembros de la Ertzaintza. Por parte de la Policía local, hay siete agentes. En un determinado momento, llegó a contarse con un representante de las ambulancias municipales. Los Bomberos, que pidieron de forma reiterada regresar a su parque, también disponían de dos asientos.
El espíritu de esta sala pasaba por coordinar los distintos servicios de emergencias de la ciudad, en especial de los dos cuerpos con competencia en seguridad ciudadana, para evitar duplicidades o falta de información. Antes de su puesta en marcha, se habían llegado a establecer controles de alcoholemia por parte de la Ertzaintza y la Policía Municipal en una misma calle o acudían patrullas de los dos cuerpos a cubrir un mismo incidente.
Y lo que era más grave, la guardia urbana, en la mayoría de las ocasiones, desconocía que la Policía autonómica estaba persiguiendo a una banda de atracadores que acaba de dar un golpe, por lo que los sospechosos podían cruzarse con una de sus unidades y que, sin saberlo, les dejaran pasar.
Para evitar estas disfunciones, el entonces alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, y el consejero de Interior, Javier Balza, firmaron en 2006 un acuerdo por el que se creaba este centro coordinador y se comprometían a fusionar los sistemas informáticos de Ertzaintza y Policía Municipal para poder trabajar juntos.
El llamado CMC nació deun acuerdo entre Azkuna y Balza y se puso en marcha en 2008 en Ibarrekolanda
Antecedente
«La imprescindible coordinación entreambos cuerpos se vaa ver mermada»
Consecuencias
El modelo catalán
El proyecto empezó a funcionar en septiembre de 2008 en la comisaría de Ibarrekolanda. Posteriormente, en marzo de 2012, con la inauguración de la central de Miribilla, el CMC se trasladó a las nuevas instalaciones, donde se contó también con el SAMU y los Bomberos. Se trataba de disponer de una visión global de los recursos con que cuenta la ciudad en cada momento y poder moverlos de un punto a otro con premura y extremando la eficacia. La Ertzaintza cuenta en Bilbao con unos 500 efectivos, que trabajan a turnos, y la Policía Municipal, con cerca de 800. Estos últimos suelen disponer de tres veces más patrullas que los primeros. Las competencias entre ambos están divididas según un protocolo firmado en 1995. Así, por ejemplo, los homicidios y otros delitos graves corresponden a la Ertzaintza en exclusiva, mientras que el tráfico o las ordenanzas recaen en los policías locales.
Se inspiraron en el pionero modelo catalán, donde Mossos d'Esquadra y Guardia Urbana gestionan a diario medio millar de incidencias que ocurren en Barcelona. Representantes de las instituciones vascas viajaron a la ciudad condal para conocer esta experiencia. «Ahora sería impensable trabajar de manera independiente», afirmaba entonces el comisario de los Mossos Joan Miquel Capell.
Se desconoce por el momento si se trata de una decisión temporal, probablemente derivada de la necesidad de recursos para sacar adelante el centro de detención instalado desde el año pasado en la comisaría de la Ertzaintza en Ibarrekolanda y que ha multiplicado el trabajo en esta base, o bien definitivo.
«La imprescindible coordinación entre ambos cuerpos se va a ver necesariamente mermada», advierten fuentes internas, que recuerdan que era «uno de los puntos del Pacto de Seguridad». La presencia de uno o dos operadores de la Ertzaintza en la sede de la Policía local facilitaba el traspaso de información. A partir de ahora, los mandos tendrán que recurrir al teléfono para comunicar novedades o informar de algún incidente.
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