Borrar
Urgente El Surne vence al Gran Canaria y convierte a Miribilla en su fortín
Ainara Fernández, en la sala de denuncias donde se atiende a las víctimas de violencia de género en la comisaría de Bilbao. yvonne iturgaiz

Una ertzaina de la unidad de violencia de género: «Llevo 110 casos este año y las creo a todas»

Una agente de la sección de violencia de género de Bilbao explica cómo es sudía a día. «Tenemos desde una chica de 16 a una mujer de 86»

Domingo, 24 de noviembre 2024, 00:43

Comenta

Ainara Fernández, una de los 16 agentes de la sección de violencia de género de la comisaría de la Ertzaintza en Bilbao, cree que «cualquier mujer, tú o yo, puede llegar a ser víctima de violencia de género». «El primer día que conoces a un hombre no te pega ni te dice que eres una guarra, va pasando límites poco a poco». Ella y su equipo gestionan un millar de expedientes de violencia machista, que corresponden a unas 1.200 víctimas, ya que se abre uno por cada grupo familiar. «En 1.000 casas de Bilbao hay una o varias personas que están sufriendo malos tratos. Tener miedo cuando suenan las llaves, pensar 'a ver cómo viene hoy del trabajo', tener que acostarse en la misma cama que él tiene que ser horroroso», lamenta.

Hay agresores que pegan a la mujer y también a los hijos. «La violencia vicaria es una de las expresiones más duras del machismo. Algunas mujeres deciden denunciar cuando el agresor empieza a hacer daño a los hijos o cuando ven que los niños están reproduciendo patrones del padre, que están aprendiendo a ser un agresor o una víctima. Lo que más les suele preocupar son los hijos. No quieren que crean que la mujer tiene que aguantarlo todo».

Sólo en la capital vizcaína, la Ertzaintza escolta a ocho mujeres y un hombre amenazados por sus parejas. En total en Euskadi son 40 las escoltadas. «Tenemos de todo. Desde policías a abogadas, amas de casa... No hay un perfil único. Lo mismo que de los agresores». Por la ertzainetxea bilbaína han pasado «desde una adolescente de 16 años a una mujer de 86, que, gracias a sus hijas o hijos, decide dar el paso después de llevar 50 o 60 años sufriendo malos tratos. Es de quitarse el sombrero. Son muy valientes. Antes nadie las creía», valora la agente especializada. «Nos empiezan a llegar también mujeres chinas, a las que les cuesta mucho contarlo y que hasta ahora no denunciaban porque viven en un mundo muy cerrado». A Ainara le han impacto especialmente algunos casos, como el de «una chica que llevaba escolta, cuyo novio terminó ingresando en prisión y sobre la que aún hay orden de protección, Ahí seguimos con ella». Y ha llegado a sentir una mezcla de alegría y pena al cerrar un expediente porque ya no iba a volver a hablar con una mujer que había logrado rehacer su vida y tenía nueva pareja». «Se puede salir de ese infierno, aunque a veces cuesta».

En el grupo de violencia contra la mujer de Bilbao han notado un incremento de las denuncias y constatan que «hay muchos quebrantamientos de órdenes de alejamiento». Ainara cree que se debe a que «la sociedad está más concienciada. Los periodistas nos habéis ayudado a visibilizar el problema y ya no se tolera una agresión a una mujer en la calle, por ejemplo». «Ojalá llegue el día en que la sección de violencia de género no sea necesaria, pero de momento tenemos que proteger a las supervivientes. Una de las únicas maneras de acabar con esto es la educación en casa, el feminismo».

Confianza y trabajo invisible

Asegura que las denuncias falsas representan un «porcentaje irrisorio». «Llevo 110 casos, bueno ahora 109, que acabo de cerrar uno. Y las creo a todas. Llevo aquí cinco años y no he dudado nunca de ninguna». Mantiene contacto permanente con ellas. «Es muy importante generar confianza para que cuando él se acerque, te lo cuente. Gran parte de nuestro trabajo es invisible».

Su día a día suele comenzar con algún requerimiento judicial. «Cuando ellas tienen que marcharse de casa, el juzgado no sade dónde están, pero nosotros sí». Entre múltiples cometidos, realizan entrevistas con las víctimas y también con los agresores. Las acompañan al juzgado o controlan las pulseras cometa. «Pueden llevarla en el tobillo o en la muñeca». Algunos maltratados se acercan a la víctima «aposta» para generarles miedo porque saben que a ellas «les pita el aparato y se ponen nerviosas». «También cuando se queda sin batería o si se aleja siete metros del 'track'». Pese al martirio que supone para algunas víctima, Ainara defiende este método porque es «la forma más eficaz que tenemos para saber dónde está el agresor. Si se acerca, no sólo se va a enterar ella sino también nosotros y así podremos protegerla».

«Lo más duro es cuando se produce un nuevo episodio de violencia». Cada expediente «está vivo. Un agresor puede de repente querer matar a la mujer», e independientemente de que el nivel de riesgo sea básico, moderado, alto y especial, puede ir variando. «El momento de mayor riesgo es cuando están en casa y aún no han denunciado. Hay que denunciar para que conozcamos la realidad. Desde que acuden a comisaría, ya les damos seguridad».

Respecto a los agresores, a los que «hay que explicar que es un delito grave, que no se pueden tomar un café debajo de la casa de la víctima, que no pueden mandarla un whatsapp ni comunicarse con ellas con el teléfono de un tercero ni por paloma mensajera y que si lo hacen se arriesgan a entrar en la cárcel». Las reacciones de ellos son diversas. «Algunos pasan porque han naturalizado la violencia o el menosprecio a las mujeres, pero otros hasta lo agradecen. He llegado a recomendar a alguno que siga un curso de reeducación para aprender a controlar la ira».

Con cada nueva víctima mortal, «se me remueve todo», reconoce. Pero «después de 21 años como ertzaina», le sigue parenciendo un trabajo «gratificante». «Es el único sitio en que me han dado las gracias. Te sientes útil. Una mujer me agradeció que hubiera llegado a su vida justo a tiempo».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo Una ertzaina de la unidad de violencia de género: «Llevo 110 casos este año y las creo a todas»

Una ertzaina de la unidad de violencia de género: «Llevo 110 casos este año y las creo a todas»