Los equipos llegan al foco del fuego y empiezan a echar arena

La nueva estrategia es ahogar las llamas, sepultarlas e impedir que el gas siga avivando el problema. Los expertos están convencidos de que el plan dará resultado, aunque aún serán necesarios varios días. No es una cuestión de horas, sino de días, recalcan. Este nuevo proceder ha obligado a construir un precario acceso en mitad de una montaña de basura. Las retroexcavadoras y una máquina especial, con un brazo de 23 metros de largo, consiguieron abrirse camino ayer hasta el punto en el que ya pueden atacar el talud.

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Los vehículos pesados trabajan asegurados para evitar ser arrastrados en el caso de que se produzca un nuevo deslizamiento, según confirmó la viceconsejera de Medio Ambiente, Elena Moreno, que hizo hincapié en que se está trabajando con tiento para garantizar la seguridad de los operarios. Insistió en que la zona es muy inestable. Además, hay que tener sumo cuidado porque la consigna con la que se desarrollan las labores es que se produzca el menor movimiento posible de residuos. Se quiere evitar que algunos de los materiales no peligrosos allí depositados pero susceptibles de ser nocivos sufran una manipulación que provoque un cambio en su estado, pasando a ser un problema, como sucedió con el amianto en los primeros días de esta crisis.

Con respecto a la búsqueda de Joaquín y Alberto, hay pocas novedades. «Seguimos avanzando y no hay nada que nos diga que tenemos que cambiar de estrategia en el plan que nos hemos fijado», ha asegurado el viceconsejero de Seguridad, Josu Zubiaga. Los operarios siguen desaparecidos desde el jueves de la semana pasada. Sus familiares, muy afectados por lo sucedido, vienen reclamando que se pongan todos los medios posibles para consumar el rescate.

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