«Entiendo la frustración, pero los jueces no podemos resolver solos la multirreincidencia»
La magistrada teme que los juzgados de Violencia «empeoren el tratamiento» a las mujeres al asumir los delitos sexuales
El asesinato de un joven en Lutxana a manos de un individuo condenado por el homicidio imprudente de otro hace tres años y detenido dos ... veces la semana anterior por varios episodios violentos, entre ellos contra su madre, ha reabierto el debate sobre el tratamiento judicial a la multirreincidencia y la inseguridad ciudadana. Con 37 años de carrera, Reyes Goenaga, que afronta su segundo y último mandato como presidenta de la Audiencia de Bizkaia, tiene claro que «los jueces, solos, no pueden solventar el problema».
- Ciudadanos y policías se quejan de la puesta en libertad de detenidos con antecedentes. El Ayuntamiento de Bilbao les dirigió una carta de queja tras la agresión a un policía, al que un delincuente fracturó la mandíbula de un cabezazo. ¿Entiende la crítica?
- Puedo entender su frustración. Sienten que realizan su labor y les gustaría una respuesta judicial distinta. Mi intención es tratarlo en la comisión provincial de Policía Judicial. Hay que sentarse y que ellos entiendan también que no se puede acordar la prisión siempre que les gustaría, sino que hay supuestos para evitar el riesgo de fuga, la destrucción de pruebas, la afectación a la víctima y, especialmente restrictivo, la reiteración delictiva. Dicho esto, es una decisión jurisdiccional y no tengo nada que decir sobre lo que ha hecho la compañera de instrucción. Tendría sus motivos, no tengo duda. Cuando la Policía Municipal habla de multirreincidente no lo dice en un sentido técnico, de una persona condenada un buen número de veces, sino que se refiere a un incidente violento y a otro previo unos meses antes.
- ¿Las detenciones no valen?
- Se pueden tener en cuenta los datos policiales, si se entiende que pueden formar parte de un grupo criminal o cuando se pueda deducir que cometa esa actividad delictiva de manera habitual. Estas detenciones previas, los antecedentes policiales, bien expuestos en el atestado, me consta que se tienen en cuenta. Ahí es donde creo que se debe hacer una labor de entendimiento mutuo y coordinación. Hablaré con ellos porque lo importante es que jueces y policías nos entendamos y coordinemos.
- Según el consejero de Seguridad, un tercio de los 37.000 detenidos desde 2019 tenían al menos tres antecedentes. ¿Ve solución a la multirreincidencia?
- Comparto el análisis que hace el consejero sobre el enjuiciamiento rápido. Tiene muy claro que la prisión provisional es una medida excepcional para garantizar los derechos de todos los ciudadanos. Pero hay situaciones de inseguridad que vienen dadas por el perfil de las personas. Los jueces formamos parte de un engranaje y tenemos que hacer nuestro trabajo, pero que nadie piense que el derecho penal y la prisión provisional, que tiene la misión de que se celebre el juicio, van a solucionar problemas sociales o que lo van a hacer los órganos penales solos. Necesitan de otras respuestas, de inclusión social o abordar los elementos criminógenos que llevan a alguien a cometer delitos. Eso ya no nos corresponde a nosotros.
- ¿Los juicios rápidos en delitos de patrimonio funcionan bien?
- Sí, yo creo que esa es la vía. Se hace cada vez más. Empezó algún juzgado aisladamente y se está generalizando, limando las dificultades que surgen, que muchas veces tienen que ver con la identificación de personas extranjeras. Ertzaintza y Policía Nacional han hecho un esfuerzo para que esa identificación llegue a tiempo de incluirla en el atestado y se pueda afrontar un enjuiciamiento rápido con más garantías de éxito.
- En octubre, los juzgados de Violencia sobre la Mujer asumirán también los delitos sexuales y prevé un «colapso».
- En Bilbao tenemos dos juzgados y en Barakaldo, uno. En los pueblos son juzgados mixtos. En la capital vizcaína, la violencia sexual supuso 418 asuntos en 2024, a distribuir entre dos juzgados, es decir, un 20% de incremento del trabajo. Y en Barakaldo, un poco menos, 161 asuntos, que viene a ser un 16% más.
- ¿En qué se va a traducir?
- No se trata tanto del incremento numérico sino de la naturaleza de los asuntos, cuya instrucción es compleja y exige medidas cautelares, intervenciones telefónicas, declaración de víctimas que están muy afectadas... y de la calidad de la atención. Este cambio de competencia no viene acompañado de un incremento de la planta judicial. Ese es el problema. Con el ritmo de trabajo que ya tienen, con jornadas muy completas que les llevan a superar el horario en las semanas que están de guardia, no oficial, si, además, se les incrementa con uno o dos asuntos más de violencia sexual...
- ¿Qué exceso de carga tienen ya estos órganos?
- No llegan al 100% de lo previsto en el 2018, pero esos módulos han quedado obsoletos, deben revisarse. El Ministerio y el Consejo acordaron que había superar durante cinco años el 130%. Ahora, con la nueva organización, se podrán crear plazas de juez dentro de la sección de Violencia sobre la Mujer sin tener que crear órganos completos, o sea, un juzgado con sus funcionarios. Pero aunque no lleguen al 100%, en la práctica tienen un trabajo que sobrepasa las jornadas de cualquier otro órgano.
- ¿Cómo afectará a las víctimas?
- Me preocupan especialmente las medidas civiles y los menores, que van a quedar relegados a un segundo plano porque no tienen ese carácter urgentísimo. Si están los órganos saturados y las titulares tienen que tomar un montón de decisiones urgentes, no sé si va a mejorar o empeorar el trato a las víctimas. Hemos tenido dos reuniones de la sala de Gobierno, en febrero y en abril, para informar al Consejo de cuáles son nuestras preocupaciones.
- ¿Qué solución proponen?
- Hemos pedido una plaza más de juez en Bilbao, para que sean tres, y una más en Barakaldo y serían dos. Es lo mínimo para afrontar con cierta eficiencia la delincuencia que van a tener que asumir. El Ministerio de Justicia está elaborando ahora el real decreto de nueva planta, a ver si nos hacen caso. No es un buen panorama.
- Y, ¿una vez que se consigan más togas?
- Entonces, es posible plantearse soluciones de comarcalización.
- ¿Qué supone?
- Que se centralicen en Bilbao todos los servicios que tengan que ver con el tratamiento de las víctimas de violencia de género y sexual, desde la Unidad de Valoración Forense Integral (UVFI) hasta que la comisaría tenga agentes especializados, el servicio de asistencia a la víctima... Permitiría mucho más orden que ahora y evitaríamos la revictimización que implica tener que declarar dos veces, cuando el hecho se produce fuera de los horarios de los juzgados de violencia y tiene que verlo uno de instrucción
- ¿Pero eso obligaría a las mujeres de la Margen Izquierda a desplazarse a Bilbao?
- Sí. Eso plantea unos problemas de gestión que se pueden solucionar frente a tener todos los servicios a tu disposición en un mismo día para una atención integral que es lo que se busca. Se puede trasladar a las víctimas, hay formas de coordinarse con las fuerzas policiales para que no tengan esas incomodidades.
- ¿Y cuándo lo sabremos?
- En tres o cuatro meses debería saberse si se crean las plazas.
- Las agresiones sexuales han crecido un 29% en 2024. ¿Ha llegado el efecto ya a los juzgados?
- Sí. Por mi experiencia, ha crecido el número de juicios de agresión sexual mucho, en especial a menores y cometidas por menores. Todo el fenómeno de la delincuencia sexual ha subido considerablemente. Lo vemos también en apelación de las conductas de los menores.
- ¿A qué cree que se debe?
- Tiene que ver con los comportamientos sociales, con la educación, el acceso a internet indiscriminadamente. Por alguna razón, los conceptos de dominación sobre la mujer se van reproduciendo en edades tempranas. Hay que atajarlo con medidas educativas, creo yo. Es uno de los casos en los que el derecho penal por si solo no consigue nada.
- ¿Hay alguna tendencia que les preocupe?
- Nos encontramos con delitos sexuales muy difíciles de juzgar donde se valora ese consentimiento realizado en un 'entorno positivo de consentimiento'. Te vas de copas con alguien y lo que parece que puede terminar en una historia consentida se trunca y esa situación que se nos plantea nos resulta especialmente complicada de valorar, el testimonio de la víctima, las contradicciones... El caso de Dani Alves es paradigmático. Sin esa relevancia pública, tenemos muchos asuntos similares. Lo importante es que se explique bien la convicción y exige un análisis muy exhaustivo del testimonio de la víctima.
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