Vista del último tramo de La Supersur. Ignacio Pérez

El enlace entre la Supersur y la AP-68 se abrirá el miércoles 5 de abril

La Diputación culmina la circunvalación de Bilbao que empezó a construir hace 16 años con la extensión Peñascal-Arrigorriaga

Octavio Igea

Bilbao

Lunes, 27 de marzo 2023, 10:52

El enlace de la Supersur y la AP-68, los 4,7 kilómetros que unirán El Peñascal y Venta Alta, será abierto al tráfico el miércoles 5 de abril tras cuatro años de obras y una inversión de 222 millones. La Diputación espera que sea utilizada por unos 20.000 vehículos diarios, 7.000 de ellos pesados, para circunvalar Bilbao en dirección a la meseta o a Cantabria sin utilizar el nudo de Malmasin, uno de los principales cuellos de botella que quedan en la red viaria vizcaína.

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El trazado entrará en funcionamiento sin mayor ceremonia que la visita para periodistas organizada la mañana de este lunes en la que el diputado de Infraestructuras, Imanol Pradales, ha dado a conocer el día concreto de apertura. También ha confirmado que se utilizará tecnología 'free flow' para el cobro a los usuarios: los conductores no tendrán que detener la marcha ni pasar por una cabina de peaje ya que los lectores de matrículas ubicados en sucesivos pórticos cargarán el importe de forma automática. Pese a la cercanía de las elecciones, el Gobierno foral estaba aún a tiempo de organizar un acto protocolario, pero los cortes de cinta parecen haber pasado a la historia. Al menos, en las carreteras.

Se culmina así un complejo trabajo de ingeniería con el que se ha alumbrado lo que los expertos han venido a denominar como carretera «alpina». Los usuarios tardarán poco más de tres minutos y medio en recorrer un trazado en el que enlazarán túnel, viaducto y túnel sin solución de continuidad. En dirección a Arrigorriaga, los coches pasarán en primer lugar por la larga caverna de Arnotegi -2 kilómetros- desde la que desembocarán en la pasarela de Bolintxu, la obra más icónica del trazado.

Vista del último tramo de La Supersur. Ignacio Pérez

Se trata de un puente de 220 metros de longitud que salva el pulmón verde de Bilbao sin pilares. Proyectado por Javier Manterola, autor del Puente Euskalduna, los dos estribos de 40 metros de alto se han levantado por separado. El fuerte desnivel del valle de Bolintxu y los condicionantes ambientales han convertido las labores en una obra de precisión milimétrica. El último túnel es el de Seberetxe, de 620 metros, que culmina en el nudo de Venta Alta para conectar con la AP-68.

El nudo de Arrigorriaga viene a extender el trazado de la Variante Sur Metropolitana (VSM). La Diputación empezó a esbozar la autopista paralela a la A-8 hace 30 años, con Federico Bergareche al mando del área de Transportes, con el objetivo de aliviar el tráfico del anillo viario de Bilbao ofreciendo una alternativa a los viajeros de largo recorrido y a los camiones. Eran otros tiempos en los que no existía el teletrabajo y zonas como las curvas de Zorroza eran una auténtica ratonera día sí y día también.

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¿Hasta Amorebieta?

El primer tramo de la Supersur se inauguró en 2011 tras una inversión de 821 millones. Cuatro años tardaron en horadarse los 17,8 kilómetros de la VSM entre Santurtzi y Larraskitu. Es, tras la 'Y' vasca, la obra pública más cara que se ha ejecutado en Euskadi hasta la fecha. Y la más multitudinaria. Más de 1.500 obreros participaron en la ejecución. La Diputación aspiraba a que absorbiera 24.000 vehículos diarios de la A-8, pero su tráfico nunca ha sido tan alto en estos 16 años. En 2019 registró un pico de 13.000 coches y los últimos registros oficiales, los de 2021, hablan de 11.000. Los expertos confían en que al completarse la conexión que enlaza la 'muga' con Cantabria y la AP-68 haya un repunte considerable.

Aunque hace años que no se habla de ello, el tramo Santurtzi-Venta Alta que queda rubricado ahora es únicamente la fase I del proyecto de ejecución de la Supersur presentado por la Diputación en 2003. La fase II supondría la extensión del trazado desde Arrigorrriaga a Kortederra, en el límite entre Galdakao y Amorebieta, corriendo en paralelo a la A-8. De los 36 kilómetros totales todo hace indicar que van a quedar sin ejecutarse más de 13. El Gobierno foral mantiene en un cajón la segunda parte de la obra y su prioridad para el próximo lustro es el túnel subfluvial que unirá las dos márgenes de la ría como alternativa a Rontegi. Otro proyecto de alta complejidad con el que, en principio, se dará por completado el mapa de carreteras principales del territorio.

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