La ejecución de un bidegorri obligará a la Diputación a ampliar el puente de Bolueta

Una de estas nuevas bicipistas ha empezado a construirse hace unos días entre Basauri y Bilbao. No es un proyecto cualquiera porque, además de convertirse en la puerta de acceso para los ciclistas que apuesten por llegar desde el Duranguesado, el Valle de Arratia y la zona del Nervión-Ibaizabal hasta la capital -y viceversa-, la obra va a obligar a ampliar el puente de Bolueta. Su anchura actual, unos doce metros, hace inviable la inclusión de un bidegorri así que se deben ganar al menos otros dos en la acera más cercana al trazado del metro. Hay que hacer espacio al nuevo carril para ciclistas y una mediana que lo separe de la zona para peatones.

El proyecto para construir los 8,2 kilómetros del tramo del nuevo bidegorri que conectarán La Baskonia y Bolueta presentado inicialmente por la Diputación hace un par de años plantea aprovechar parte del trazado del histórico tranvía de Arratia, que funcionó de 1902 a 1964, para que ciclistas y peatones lleguen a Bilbao aprovechando el túnel de El Boquete. Hasta ahí todo bien. El problema fue que el Gobierno foral planteó que para atravesar el puente de Bolueta se eliminara una acera para dejar paso al carril bici. El Ayuntamiento de Bilbao dijo que no y se ha tenido que buscar otra solución.

El puente de Bolueta, o de Santa Ana como se llama oficialmente, fue levantado en el siglo XIX y reconstruido en los años 40 tras su voladura parcial durante la Guerra Civil. Su última reforma se ejecutó en los 70, cuando se añadieron dos vigas prefabricadas a cada lado para ampliar el tablero sobre el que se extienden las dos aceras y la BI-712 que conecta Bilbao y Basauri. El nuevo proyecto obligará a estrechar la carretera y añadir un tablero extra a la zona peatonal que sumará el carril bici.

Para no paralizar el proyecto del bidegorri, la Diputación optó por 'separar' la ampliación del puente, que se está tramitando de forma independiente. Esta segunda fase de las obras aún no se ha adjudicado, tendrá un coste de 875.000 euros y se prevé que durarán aproximadamente siete meses.