Educación recoloca a «todos» los alumnos del colegio Scientia

El colegio reabrirá hoy sus puertas -el calendario escolar de este centro establecía la vuelta a las clases el día 8 de enero- sin clases que ofrecer. San Pedro es un colegio pequeño, de unos 200 niños y de una única aula hasta 4º de ESO, regentado por unas monjas durante más de un siglo. Hace dos años lo vendieron a la empresa Scientia Bilbao S. L., perteneciente a Atlas Holdings, un conglomerado de origen mexicano.

Los trabajadores desconocen qué se encontrarán al acudir a sus puestos. Lamentan que regresarán a un colegio «sin niños» -a excepción de los de 0 a 2 años, que al estar en etapa de escuela infantil no están vinculados a Educación- que está además inmerso en un proceso de desahucio. Y es que los gestores, que llegaron con promesas de modernizar y renovar las infraestructuras e incluso ampliar el centro para captar alumnado de FP, llevan más de un año sin pagar el alquiler del edificio.

Tampoco saben cuál será su futuro laboral, puesto que Educación entiende que no tiene «un marco laboral con el profesorado fuera de la concertación». Y algunos de ellos, los que no perciben directamente su salario del Gobierno vasco, llevan hasta diez meses sin cobrar la nómina. Se trata de los profesores que atienden etapas no concertadas, como el primer ciclo de Infantil, o el personal no docente.

«Sabíamos que el futuro era complicado, pero no que iba a ser tan precipitado. Se tendría que haber esperado al curso que viene para hacer un cierre ordenado y en condiciones dignas», manifestaron los trabajadores -que han llevado a los gestores del centro a los tribunales- tras anunciar Educación la inédita decisión de retirar la financiación (los conciertos educativos se conceden para periodos de seis años). La consejería hizo pública la medida el 13 de diciembre, cuando informó de que habían iniciado «un procedimiento de resolución del concierto educativo» con este centro al haber detectado «irregularidades cometidas de manera continuada en cuanto al cumplimiento del marco de la concertación».

Entonces ofreció a las familias matricular a sus hijos en otros centros «de manera inmediata», algo que se preveía que iban a aceptar porque la retirada del convenio supone que el centro pasa a ser de gestión privada, lo que supondría que el precio de la matrícula se disparara.