La tasa de paro de los titulados superiores cae en el País Vasco por debajo del 10%

Precisamente, la bajada de la población activa durante los años de crisis se atribuye en parte a que muchas personas abandonan el mercado laboral para mejorar sus niveles de cualificación laboral por medio de acciones formativas. Esto se percibe especialmente en los grupos de edad más jóvenes, donde la población en disposición y situación de trabajar está en niveles sin precedentes -en algunos tramos de edad próximos a la desaparición-, tanto por la baja natalidad como, sobre todo, por encontrarse en etapas formativas antes de acceder al mercado laboral. Por ejemplo, en Euskadi, que tiene uno de los niveles más altos de formación de España, las personas con menos de 25 años incorporadas al mercado laboral como ocupadas o paradas (población activa) es de 50.000 (4,8% del total), y en el conjunto de España de algo más de 1,6 millones, el 7,2%. Y si se toman en cuenta los menores de 20 años, son sólo 5.600 en el País Vasco, el 0,5% del total, y en España 291.700, el 1,3%.

En la comunidad autónoma vasca hay más de medio millón de personas activas con estudios superiores; en concreto 525.700 que representan el 51,7% del total, según las estimaciones de la EPA del tercer trimestre de este año. De ellas, algo más de 50.000 se encuentran sin trabajo, lo que supone una tasa de paro del 9,6%, que aventaja ampliamente la del 13% nacional y la de casi todas las comunidades autónomas. Ni que decir tiene que un nivel de desempleo como el citado para el País Vasco en ese colectivo es socialmente una pesada carga, pero la experiencia demuestra que puede ser asumida por la sociedad con mucha mayor facilidad que la que tiene en la actualidad, del 13,8% según la fuente utilizada.

Mejor retribuidos

Pero los mayores niveles de formación no tienen sólo la ventaja de facilitar la consecución de un empleo, sino que éste, como norma general, está mejor retribuido que en los inferiores. En este apartado hace hincapié un estudio de la OCDE que estima que los titulados superiores (tercer nivel) ganan en torno a un 40% más de los que están en el segundo nivel y un 60% más que los del primero, que se corresponde con los que tienen completada la primera etapa de educación secundaria o menos.

La EPA también confirma esas estimaciones, ya que calcula que el 49,4% de los titulados superiores ganan más de 2.173,5 euros al mes, mientras que esa cota salarial sólo la superó el 19,7% de los trabajadores con estudios de nivel medio y un 10,8% de los que tienen las estudios más bajos.

El mismo factor, visto desde la perspectiva del salario medio, indica que los trabajadores más formados ganaban el año pasado 2.403 euros al mes, frente a los 1.594 de los del nivel inmediatamente inferior y los 1.370 euros de los que sólo tienen estudios de hasta la primera etapa de secundaria.

Que la formación contribuye a la consecución de un empleo es un hecho claramente demostrado por la EPA en Euskadi, que arroja tasas de paro crecientes a medida que baja el nivel de estudios de los trabajadores, con una excepción de poco calado. Así, el muestreo divide en siete niveles diferentes el grado formativo, que van desde el analfabetismo a la titulación superior, pasando por los estudios primarios incompletos, educación primaria, primera etapa de educación secundaria, segunda etapa, y educación postsecundaria.

En el primer caso, el de los analfabetos, la cifra es poco significativa (1.500 trabajadores, de ellos 400 en paro) como para que tenga fiabilidad estadística, aunque el desempleo estimado se sitúa en el 27%. En el segundo nivel, el paro es del 42%, y va bajando sucesivamente en los siguientes al 25%, el 21% y el 12,6%, para remontar al 15% en el nivel sexto -es la excepción mencionada-, y caer al ya citado 9,6% en el superior.

Esta tendencia se da también en otros países. Así, en la UE, los tres niveles de formación que recoge Eurostat arrojan un desempleo del 6,1% en los estudios superiores y del 9,4% y del 18% en los otros niveles. En España, según esta misma fuente, los datos son del 15%, 24% y 34%, y en Francia, por ejemplo, del 6%, 11% y 17%. Y lo mismo ocurre en prácticamente todos los países comunitarios.

En la amplia diversidad de economías autonómicas que componen el conjunto de España no hay excepciones al principio general de que el mayor nivel de estudios se corresponde con las tasas de paro más bajas. Así, las más afectadas por el desempleo como Canarias, Extremadura o Andalucía (en torno al 30% de paro) presentan entre los titulados superiores, por ejemplo, proporciones significativamente más bajas, que en estos tres casos son del 20%, 19% y 17%.

Por otro lado, si se compara ese colectivo con el de estudios de primera etapa de educación secundaria -es el tercero por abajo en nivel de formación, pero que ya reúne un volumen suficiente de individuos para que las estimaciones de la EPA tengan un elevado grado de fiabilidad-, como norma general, incluido el caso vasco, la tasa de paro se duplica.

Otros estudios publicados en estos años de crisis concluyen que la probabilidad de encontrar un empleo estando en paro es prácticamente el doble para los desempleados altamente formados que para los que no tienen cualificación.