España tendría que cerrar el 75% de las sucursales bancarias para ser como los países nórdicos
La visión para el futuro del BBVA ya es una realidad en Noruega donde sólo hay 8 oficinas por cada 100.000 adultos frente a las 70 de aquí
Ana Barandiaran
Lunes, 11 de abril 2016, 21:34
Hace unos días se desencadenó un terremoto en el sector financiero después de que el consejero delegado del BBVA, Carlos Torres, admitiera que el banco ... podría llegar a funcionar en el futuro con solo 1.000 oficinas en España, lo que supondría cerrar el 75% de las actuales. Se montó tal lío que el departamento de comunicación de la entidad tuvo que explicar que no había ningún plan concreto al respecto. Pero no es un planteamiento nada descabellado si se analiza la estructura de otros países como los nórdicos, muy avanzados en esto de la banca digital. De hecho, allí se apañan con menos de 20 oficinas por cada 100.000 adultos mientras que aquí hay 70. Sería, por tanto, necesario un recorte del 75% (exactamente el mismo porcentaje al que se refería Torres) para ponerse a su nivel.
España es el país con la red de sucursales más extensa del mundo entero en relación a la población. Tiene un auténtico matorral bancario cuya expansión se aceleró con el boom inmobiliario. Había que tener oficinas en todos los sitios en los que se desarrollaban viviendas. El punto álgido se produjo en septiembre de 2008, con 46.118 oficinas. Pero entonces quebró Lehman Brothers y estalló la crisis financiera. La recesión, sumada al pinchazo de la burbuja del ladrillo en España, hundió a muchas entidades, sobre todo cajas, que tuvieron que ser rescatadas con miles de millones de la Eurozona. En este contexto tuvo lugar una profunda reestructuración: se cerraron un 32% de las oficinas hasta quedar en 31.000 y se suprimieron el 28% de los empleos hasta los 200.000.
A pesar de esta profunda reconversión, sigue existiendo un exceso de red en relación a otros países del entorno. Con datos de 2014 recogidos en un amplio informe de Citigroup, Italia es el único socio del euro que se acerca a España por número de sucursales, con 60 por cada 100.000 adultos. Su reestructuración durante la crisis ha sido mucho más leve, con un recorte de solo el 7%. Francia se sitúa en las 38 y Alemania en las 28.
En los países nórdicos las cifras son todavía más bajas. En Noruega, el caso más extremo, solo se contabilizan ocho oficinas por cada 100.000 adultos después de que a lo largo de la crisis se haya cerrado un 35% de la red. Es una consecuencia lógica de la elevadísima digitalización de los noruegos. La banca online tiene una penetración del 89% en el país frente al 37% de España, que se sitúa a la cola de Europa en este ámbito. Aquí todavía hay mucha costumbre en acudir a la sucursal incluso para las operaciones más sencillas, sobre todo entre las personas de mayor edad. La oficina es empleada por el 74% de los clientes y un 52% no utiliza jamás los canales alternativos. No obstante, se espera que la fuerte penetración del móvil acelere el cambio.
Los nórdicos llevan años de ventaja en este terreno. De hecho, esos países aspiran incluso a acabar con el dinero en metálico porque lo consideran un engorro. Allí hasta los pagos más pequeños como el pan o el periódico se realizan con tarjeta. Los defensores de este movimiento esgrimen como argumento que así sería más difícil realizar operaciones en negro porque siempre quedaría la huella, un motivo de peso en el actual contexto de los 'papeles de Panamá'.
Lo lógico es que España vaya acercándose al modelo nórdico conforme avance la digitalización, lo que augura más cierres de oficinas y recortes de plantilla. Pero no solo hay presión en este sentido por la transformación del negocio. La caída de los márgenes por el desplome de los tipos de interés -el euríbor está en negativo por primera vez en la historia- obliga a recortar gastos a corto plazo por lo que ya se están anunciando nuevos ajustes.
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