La recuperación económica aún no llega al comercio vasco

El Producto Interior Bruto (PIB) vasco sigue su relativa buena marcha, aupado cada vez más en el consumo de los hogares; las encuestas hablan de una creciente confianza del consumidor; las entidades bancarias constatan un aumento de los créditos, tanto a ciudadanos como a comerciantes Señales que apuntan a una recuperación del comercio vasco, en sintonía con la evolución de otros sectores de la economía vasca. Pero los profesionales advierten de que esa imagen es irreal, y que en realidad el sector aún sigue instalado en una pura y dura lucha por la supervivencia. Emparedado entre la tímida alegría en el gasto de los ciudadanos -«concentrado en campañas concretas»- y los nuevos hábitos de consumo (léase internet o consumo colaborativo) que aplastan en su arrollador avance a un comercio obligado a la continua reinvención.

También es cierto que, si bien a lo largo del pasado año tanto las ventas del comercio minorista como la propia confianza de los consumidores en la marcha de la economía entraron en una senda de claro crecimiento, la última parte del año se observó una desaceleración general en ese proceso de recuperación. Por ejemplo, el Índice de Comercio Minorista del Eustat hablaba de que en el tercer trimestre las ventas del sector avanzaron un 2% interanual. Pero sólo un 0,2% respecto al trimestre anterior. En lo que se refiere al PIB de comercio, hostelería y transporte, el aumento fue del 3,7% en ese mismo periodo respecto al de 2015. Pero sólo un 0,5% en comparación con el anterior trimestre.

El último dato respecto a las ventas del sector lo ofreció el pasado viernes el Instituto Nacional de Estadística (INE). Su Índice de Comercio Minorista apuntaba a un crecimiento medio del 2,7% durante el pasado año. Y de un 0,5% en diciembre respecto al mismo mes de 2015. Y eso que la campaña navideña ha resultado más bien frustrante, según la patronal y las asociaciones vascas del sector. Aunque no todos los segmentos del comercio se han comportado del mismo modo. «Tanto en equipamiento de hogar como en la venta de coches, noviembre y diciembre ha ido relativamente bien. Pero no así en cuanto a equipamiento personal y alimentación. Los pescaderos y carniceros me dicen que ha sido un desastre», explica José Andrés Cebrecos, presidente de Bizkaidendak.

Una visión que corrobora Víctor Lizarribar, máximo responsable de la patronal vasca del sector, Euskaldendak, y propietario de dos carnicerías. «Personalmente no me puedo quejar demasiado, pero para muchos comerciantes de la alimentación diciembre fue un mes muy malo. El presidente de la asociación vizcaína de carniceros, por ejemplo, me hablaba de desastre», asegura.

Estadísticas contra realidad

La realidad que refleja la experiencia de los comerciantes no se corresponde a la de las estadísticas oficiales, ni en muchas ocasiones con la de encuestas realizadas a los propios interesados. Por ejemplo, la que lleva a cabo la Cámara de Bilbao cada dos meses. En la última encuesta de coyuntura comercial (noviembre-diciembre), la mitad de los comercios aseguraba haber incrementado sus ventas en la campaña navideña. Un 20% esperaba hacerlo además en la de rebajas, mientras un porcentaje relativamente alto confiaba en mantenerlas. Respecto al empleo, también se manifestaban más bien optimistas, porque el 90% declaraba sus esperanzas de poder mantener a sus empleados en los próximos meses.

Una queja generalizada entre los profesionales del sector es la concentración de ventas en fechas y campañas señaladas, como el 'Black Friday', Navidad o rebajas de enero. «Y en rebajas, al menos en el caso de Bizkaia, hubo una gran afluencia el primer fin de semana, pero en los días posteriores cayó en picado. En el resto del mes, por lo menos en el sector de equipamiento personal, la gente compra sólo por necesidad», cuenta Cebrecos, propietario de una cadena de zapaterías. «También influye el hecho de que siempre estemos en rebajas. En todo momento te encuentras con descuentos del 20% o el 30%», añade.

Momento «crítico»

«Deberíamos tener una ley efectiva de ofertas y promociones, porque la legislación actual es un coladero. Los políticos han decidido que cada comercio haga lo que quiera. Y luego hablamos de conciliación laboral, cuando se permite a muchos comercios cerrar a la hora que les da la gana», considera Víctor Ibáñez, presidente de Arabadendak y de los comerciantes de la calle Gorbea. En su opinión, el comercio pasa por un momento «crítico». «Se actúa en momentos muy puntuales, pero no es suficiente para vivir una temporada entera», añade. Ibáñez se refiere a campañas estacionales y a acciones de promoción impulsadas o apoyadas por las instituciones «en las que se gasta mucho dinero, y que no creo que sean demasiado efectivas», como por ejemplo la Noche de las Velas del Casco Antiguo vitoriano o el Ardoaraba.

El presidente de los comerciantes alaveses no se cree lo que dicen informes como el elaborado recientemente por Kutxabank, que apreciaba «claros síntomas de recuperación de la actividad comercial». En primer lugar, por el incremento «en la actividad crediticia» por parte de comerciantes, autónomos y otros profesionales liberales, que el pasado año creció un 23%. Kutxabank explica que «la mejora gradual de la actividad comercial viene acompañada de una mayor confianza y un cambio en los hábitos de consumo». El banco logró la adhesión de 673 nuevos comercios (ya suman 2.800) a su programa de créditos rápidos, los que permiten al cliente financiar sus compras en el propio establecimiento de forma rápida.

«Hemos consultado con entidades bancarias de fuerte implantación en el comercio de Euskadi y nos han dicho que la Navidad ha sido más bien mala para el pequeño comercio vasco y que las grandes superficies justo han salvado la campaña de Navidad. Estamos más bin estancados», se queja por su parte Amador Viteri, presidente de Dendartean, la agrupación que reúne a los comerciantes guipuzcoanos.

«Me hace mucha gracia. El estudio dice que han aumentado los créditos. Pues es verdad, pero porque el pago con tarjeta ha aumentado mucho. Y la mayoría de la gente que comprar con tarjeta lo hace a crédito», ironiza por su parte Cebrecos. «Y en cuanto a que los comerciantes pedimos más créditos, lo hacemos porque no nos llega para pagar a los proveedores», añade el presidente de las asociación de comerciantes vizcaínos.

El comercio minorista vasco se ve obligado a pelear en un escenario tremendamente cambiante, marcado por los nuevos hábitos de consumo. Según el último estudio de Ikusmer, el Observatorio del Comercio Vasco, los vascos han aumentado la frecuencia de compra en lo que se refiere a productos de uso diario, como la alimentación. «Hemos vuelto un poco al comercio de cercanía en lo que se refiere a la compra diaria, para tener más controlado el gasto. Ya no vamos tanto a las grandes superficies comerciales a hacer la compra para toda la semana y a pasar el día gastando», apunta Mari Paz Irastorza, directora de comercio de la Cámara de Bilbao. Ese cierto regreso al comercio de proximidad es más acusado en el segmento de población entre los 50 y 59 años.

Mejor en viajes y ocio

El estudio también revela que, pese a todo, la ciudadanía «asumirá algunos gastos previstos independientemente del contexto económico», con la vista puesta sobre todo en los viajes y la tecnología. Cebrecos admite que uno de los pocos segmentos del comercio que sí se está beneficiando de una cierta relajacion del gasto es el de viajes y ocio. «No hay más que ver cómo están algunas calles de nuestras ciudades para verlo, con el tema del pintxo-pote. Ahí no le importa a la gente gastar un poco más. Pero en el resto de sectores, sí. Y ahí todos tenemos que bajar los precios», añade.

Otra de las grandes conclusiones del informe es el avance de las compras 'online' , que despega en términos de gasto entre los menores de 30 años. La adquisición de productos en internet es ya una realidad para la mitad de las personas consutadas. Entre los más jóvenes, de menos de 40 años, las personas usuarias del canal 'online' son tres de cada cuatro. «Ahí la competencia es impresionante. El daño ha sido muy grande en sectores como el de las perfumerías. Y ya no te digo nada en otros como la electrónica. O el de deportes: quitando las grandes cadenas, las tiendas de los pueblos están desapareciendo», admite Cebrecos.

«Hay muchos motivos para preocuparse. Yo soy muy pesimista. La gente no tiene ánimo para emprender nuevos proyectos dentro de su negocio, empezar algo nuevo. Todo está muy parado, y las cosas cambian mucho en poco tiempo», se sincera Víctor Lizarribar. «¿Ante todo esto, cómo respondes?», resume. «Como dice un amigo mío, el comercio tiene más de 4.000 años, y siempre ha salido hacia adelante. No sé cómo, pero saldremos», apostilla Cebrecos.