Fundaciones: así donan los ricos
Cada vez es más habitual que los grandes fortunas destinen parte de su patrimonio a la creación de este tipo de instrumentos para canalizar su actividad social
cristina casillas
Viernes, 29 de julio 2016, 11:00
El club de los multimillonarios altruistas sumó un nuevo miembro el pasado 1 de diciembre. El fundador de Facebook, Marck Zuckerberg, anunció que donaba el 99 por ciento de las acciones de la compañía, valoradas en 45.000 millones de euros, a la organización Chan Zuckerberg Initiative enfocada «al aprendizaje personalizado, curar enfermedades y conectar gente y construir comunidades». La explicación del multimillonario es que quería dejar un mundo mejor a su hija recién nacida, Max, con su mujer Priscilla Chan. No es el único. Bill Gates, fundador de Microsoft, ya dio este paso en 2006, cuando abandonó la compañía para dedicarse por entero a su fundación: Fundación Bill y Melinda Gates. Su labor de filatronpía se ha extendido hasta límites insospechados.
Y es que Bill Gates, junto a Warren Buffet, ha montado una fundación, Giving Pledge, destinada a conciencia a los millonarios para que dejen parte de su dinero a personas que no han sido tan afortunadas. José Luis López- Hermida, Responsable de Asesoramiento y Planificación Patrimonial de BNP Paribas Wealth Management explica que «la filantropía está evolucionando de forma importante en todo el mundo. Cada año se alcanzan nuevos récords de donaciones. Esta tendencia, muy generalizada en Estados Unidos, se está expandiendo por Europa y Asia».
Por su parte, Isabel Peñalosa, directora de Relaciones Institucionales y Asesoría Jurídica de la AEF (Asociación Española de Fundaciones) destaca que «la constitución de una fundación no suele ser la primera actividad filantrópica o altruista de un patrimonio personal o familiar. Cuando se plantea la constitución de una fundación se decide dar un paso estructurando, organizando y dando vida más allá del individuo o de la familia a esa actividad filantrópica que venía realizándose, buscando el mayor impacto posible en la sociedad».
Recursos
Iniciativa que también siguen las grandes fortunas nacionales. Amancio Ortega puso en marcha en 2001 la fundación que lleva su nombre destinada a favorecer el desarrollo de las personas en varios ámbitos como cultura educativa, educación y juventud, apoyo institucional y sociedad. Su exmujer ya fallecida, Rosalía de Mera, también lanzó iniciativas de este tipo con la Fundación Paidea, focalizada para la integración en el mercado laboral de personas con discapacidad. La fundación de Amancio Ortega se articula en cinco ejes principales, destacando por volumen de aportación el de becas destinadas al aprendizaje del inglés, con una dotación de 8 millones de euros este año, más del doble que en 2015. Otro proyecto en el que está inmerso, con 40 millones, es el de equipamiento oncológico para la salud pública andaluza.
Pero donar de manera eficaz requiere capacidades y conocimientos. BNP Paribas Wealth Management, por ejemplo, ha sido uno de los primeros bancos privados europeos en ofrecer este tipo de servicio y es el único que lo hace en España. Estos especialistas «parten de las necesidades concretas de los clientes y analizan sus causas o temas de interés y sus valores para elaborar las soluciones más profesionales y que mejor se adapten a su situación personal. Entre estas soluciones pueden estar la creación de una fundación», explica José Luis López-Hermida.
Así, estructuran sus servicios en varios aspectos: definir sus valores filantrópicos; orientación hacia las organizaciones filantrópicas más reconocidas; asesoramiento sobre las implicaciones legales y fiscales de sus aportaciones, desarrollo de una plataforma a partir de la cual pueden realizar donaciones, que es la Fundación de LOrangerie, y ayuda para construir y administrar sus programas de filantropía, fundaciones y otras organizaciones que ayuden a trasmitir los valores filantrópicos de generación en generación y a mantener una cohesión familiar.
Desde la AEF añaden que para que tenga éxito la transparencia es fundamental. «Tanto para los donantes como para los beneficiarios y para la sociedad en general. Se materializa en la exposición precisa y detallada del trabajo que se está haciendo, de cómo se está haciendo, y de los recursos que se están empleando». Y Peñalosa recuerda que «es importante saber que el patrimonio que aportan el fundador o fundadores se hace con carácter irrevocable, no van a poder recuperar ese patrimonio, no existe la reversión. En caso de extinción de una fundación su patrimonio debe ir a otra entidad sin fin de lucro o a una institución pública».
Labor cultural
Así, el ámbito de las fundaciones pueden ser muy variopintos. Por ejemplo, la Fundación Juan March, creada en 1955, está centrada en el ámbito cultural y científico. Así está articulado en tres programas: de arte, música y conferencias, al que se suma la biblioteca especializada en teatro y música y el Instituto Carlos III-Juan March de Ciencias Sociales. El importe de los fondos se destina fundamentalmente a los dos primeros programas, con una dotación de 4,6 millones de euros en 2015. Por su parte, la Fundación Rafael del Pino recoge ámbitos tan amplios como la formación, becas o la investigación. La Fundación Marcelino Botín fue creada en 1964 por Marcelino Botín Sanz de Sautuola y su mujer, Carmen Yllera, para promover el desarrollo social de Cantabria, destinando en 2015 casi 35 millones de euros.
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