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Dos riesgos, varias oportunidades

ECONOMISTA

PPLL

Viernes, 1 de julio 2016, 11:31

El referéndum británico sobre el 'Brexit' ha sido un auténtico cataclismo. Los analistas esperaban un impacto moderado en caso de salir «sí» y en dos días se han evaporado 2,5 billones de dólares desde que se anunciaron los resultados. El contribuyente británico ha perdido en dos días el equivalente a treinta años de rentabilidad de sus ahorros si estuvieran en depósitos, según 'The Independent', y además 8.000 millones de libras en el rescatado RBS. Reino Unido ha perdido la calificación máxima y las bolsas globales se han tambaleado. El problema del 'Brexit' es que tiene un mayor peso como riesgo financiero que en la economía real. Los estados europeos llegarán, no lo dudo, a un acuerdo por el cual el impacto en comercio y crecimiento, inversión y empleo será lo más bajo posible, pero será negativo. Las secesiones expansivas no existen.

Sin embargo, en una Unión Europea en la que los activos totales de una banca muy frágil pesan casi el 320 por ciento del PIB y en un Reino Unido donde ese mismo ratio es el 450 por ciento, el riesgo de contagio de caídas de bolsas y de moneda no se cubre con liquidez por parte de los bancos centrales. Y el riesgo de que se repliquen episodios similares en Francia, Holanda, Finlandia y otros países donde los radicales exigen referéndums similares no se puede obviar. A ello se han añadido unas elecciones en España que han vuelto a cumplir con la tradición de caídas en Bolsa tras el resultado. Sea quien sea, con 'Brexit' o no, el Ibex-35 suele sufrir resaca bajista tras unas elecciones generales. No olvidemos que la economía española continúa mejorando y que el resultado de las elecciones puede reactivar inversiones paralizadas y la creación de empleo.

Sin embargo, no olvidemos que el propio Banco de España alerta que la economía nacional no es inmune al entorno internacional y ha estimado una desaceleración en el segundo trimestre que yo particularmente creo que puede evitarse si el nuevo ejecutivo pone la alfombra roja a una inversión extranjera deseosa de entrar en mercados atractivos pero seguros. Debemos valorar de forma positiva las elecciones españolas. El riesgo de una 'Syrización' de nuestro país pesaba mucho en un Ibex-35 debilitado por riesgos externos, internos, políticos y macroeconómicos. Hoy podemos considerar que la inmensa mayoría del electorado español ha decidido a favor de la moderación, la permanencia en Europa y el euro, y la cordura económica.

Eso, a medio plazo, apoyará al inversor, siempre que nos fijemos en valores con máxima identidad entre empresa y accionista, que pague dividendo en caja y que ponga la rentabilidad sobre el capital empleado como pilar fundamental. Evitar las trampas de valor ha sido la mejor estrategia de 2015 y 2016. Ojo con los valores «baratos con razón». Ante la subida del oro, que hemos comentado en esta columna que debía ser una parte de nuestra cartera, nos hemos olvidado de la estabilización del petróleo. Nunca he sido fan de las petroleras, pero en un entorno de ralentización global, riesgo financiero e incertidumbre general, el inversor puede empezar a mirar con cariño a un sector vapuleado pero que ha hecho parte de sus deberes. Ojo, fíjense en las grandes de amplio balance, en los dinosaurios, no en los valores ultra cíclicos, que recomendamos seguir evitando.

El elefante chino

El riesgo de 'Brexit' no va a pasar a corto plazo. Es un proceso largo, tedioso, político y con muchos altibajos que nos debe llevar a ser muy cautos con los sectores más cíclicos. Los bancos siguen sufriendo la política de tipos ultra-bajos y en una semana la cantidad de bonos con rentabilidad negativa se ha disparado a 8,7 billones de dólares según Bloomberg. La tentación de tomar alto riesgo tras las caídas es alta, pero a menos que sean expertos traders de corto plazo, la desaconsejo. Porque nos falta analizar el elefante en la habitación. China. Las estimaciones de crecimiento global siguen revisándose a la baja y EE.UU. muestra crecimientos pobres.

China tiene que empezar a tomarse en serio la importancia de atajar sus desequilibrios antes de que causen una crisis mundial. De momento, los esfuerzos son limitados, y el endeudamiento se ha disparado mientras el crecimiento potencial se rebaja. El posicionamiento del inversor tras estos episodios, en mi opinión debe ser cauteloso. Evitar el sector financiero ante la evidencia de las necesidades de tomar mayores medidas de fortalecimiento del balance, vía ampliaciones de capital o similares, hace que sea mejor como oportunidad de trading que de inversión a medio plazo. Aprendamos de 2011, de la crisis griega y de otras crisis europeas a la hora de valorar el 'Brexit'.

Los tiempos de los políticos y las instituciones son muy diferentes a los de los inversores. Pueden pasar meses de mensajes contradictorios, declaraciones maximalistas y reuniones, cumbres y comunicados. Por lo tanto, analicemos las oportunidades de inversión en sectores no cíclicos como debe ser, desde el viernes deberíamos haber aumentado el coste de capital a todo nuestro universo inversor, y con él la prima exigida a la renta variable.

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