«Las relaciones laborales en Euskadi son una balsa de aceite»

¿Cómo ha ido el sector del metal de Bizkaia durante 2015?

Parece que ha sido el año del comienzo de la recuperación, aunque ha habido poca creación de empleo, apenas por encima del 1%, inferior al del conjunto de la comunidad autónoma vasca. Además, todos los indicadores han sido positivos, pero con poca uniformidad en los subsectores que lo componen.

¿Qué expectativas tienen para 2016, a la vista de las numerosas dudas que se ciernen a nivel nacional e internacional?

Creo que el año que comienza va a ser una versión ligeramente mejorada de 2015, aunque, ciertamente, hay muchas incertidumbres. Las empresas han mejorado algo sus pedidos y la capacidad productiva estará más cubierta que en 2015. Sin embargo, la creación de empleo no puede ser muy importante, porque la plantilla de las empresas ha bajado durante la crisis menos del 30% que ha llegado a bajar la producción. Las empresas generarán más puestos de trabajo cuando terminen de cubrir su capacidad productiva actual, proceso en el que todavía están.

Pero hay riesgos y amenazas, según alertan expertos e instituciones...

En efecto, hay muchas incertidumbres, y ello sin tener que entrar en las de tipo político. La caída del precio del petróleo será positiva para el sector, salvo para aquellas empresas que están en ese negocio o que dependen de sus inversiones. Respecto a la desaceleración de China, es el noveno importador de nuestros productos, con 600 millones de euros al año, y algo afectará, en especial al segmento del acero, por los bajos precios. No obstante no creo que tenga una incidencia significativa por sí misma.

¿Qué áreas del metal son las que mejor han funcionado en 2015?

El subsector de 'metalurgia y productos metálicos', que tiene un peso en el conjunto del sector del 60% y ha crecido casi el 3%. También ha mejorado mucho el de 'elementos de transporte' automóvil y aeronáutica con casi el 5%, que tiene un peso en el metal del 17%. Pero las parcelas de 'elementos informáticos' y 'bienes de equipo eléctrico' han evolucionado de manera negativa y han rebajado hasta ese 1% el crecimiento global del sector. En 2016 esta situación se va a mantener de manera similar.

¿Como valora el cierre indefinido de la ACB, decidido por ArcelorMittal?

Confío en que sea una medida transitoria, consecuencia de los retos a los que se enfrenta la siderurgia europea. Las exportaciones chinas de acero están inundando el mercado a precios muy inferiores a los europeos con prácticas de dumping que no son admisibles. A ello se unen unos costes de la energía que no son competitivos y que encarecen en exceso la comercialización de nuestros productos. Ambos aspectos hacen inviable la supervivencia del sector si no se toman medidas. Se trata de un sector muy importante de la industria vasca que se encuentra nuevamente en una encrucijada, que afecta igualmente a Europa y a la siderurgia de todo el mundo.

¿Qué quita el sueño a las empresas del sector del metal y a su federación en este momento?

Yo creo que lo más preocupante es la situación general. Las empresas tenemos claro lo que hay que hacer. Hay que dar un salto tecnológico, mejorar los productos, internacionalizarse... Nos preocupa que la economía mundial no tire hacia adelante. Euskadi sigue dependiendo mucho del mercado español, de la UE y nos preocupa que no haya crecimiento. Respecto a las incertidumbres que puedan surgir por el futuro Gobierno central, lo que necesitamos es que aporte estabilidad y que se preocupe por la empresa. También nos inquieta el precio de la electricidad, y especialmente la situación de las relaciones laborales. Por otro lado, la apreciación del dólar va a potenciar mucho las exportaciones que no van a la UE.

21 años sin firmar el convenio

¿En qué momento se encuentran en este inicio de año las relaciones laborales en el sector del metal, que tradicionalmente siempre ha sido conflictivo?

Son una balsa de aceite y estamos satisfechos de que así sea. A mi me da mucha pena de que haya algún sindicato que lleve 21 años sin firmar un convenio, o que otro lleve 12 años. Ese no es el camino. Pero lo importante es que la situación está tranquila y yo creo que va seguir así. Nos gustaría firmar un convenio. Si hasta ahora no se ha hecho nada ha sido porque los sindicatos utilizan una cosa que ahora está muy de moda: las líneas rojas. Prácticamente no ha habido negociación, porque de entrada plantean sus rechazos sin tener en cuenta que un convenio es un paquete completo. En cualquier caso, vamos a intentar reactivar las conversaciones y nos gustaría firmar un convenio de eficacia general. Pero es difícil; muy difícil; y si no se puede lograr haremos lo que tengamos que hacer.

¿Se refiere a suscribir un convenio de eficacia limitada con una minoría sindical?

No lo descartamos;pero lo vamos a intentar con todas las centrales. Nosotros no tenemos líneas rojas, pero hay cosas en las que entiendo que no tenemos que ceder.

¿Tras las últimas elecciones sindicales ha cambiado la relación de fuerzas sindicales?

No. Felicito a los ganadores, que mantienen la misma situación que hasta ahora: ELAy LABsuman mayoría en el sector. Yo entiendo que a estas centrales les preocupa mucho la cuenta de resultados, que para ellos es la afiliación; si la mantienen, estupendo para ellos; pero también hay que pensar en los que están paro y otros colectivos de trabajadores.

El último convenio del metal de Bizkaia se firmó en 2008 y ya no está vigente desde 2011. ¿Cómo afecta esto a los trabajadores?

Quiero destacar que desde 2008 a 2015 el crecimiento de los salarios del convenio del meta de Bizkaia ha superado en cinco puntos al IPC, y eso en plena crisis. Por ello, en cualquier negociación que mantengamos no cabe presentar demandas sobre años pasados en los que no ha habido pacto laboral. No hay ningún convenio en Bizkaia ni en Euskadi que haya tenido esta ganancia de poder adquisitivo durante la crisis. Y de cara a la reanudación de una posible negociación, hay que tener en cuenta que la subida del IPC el año pasado fue 'cero'.

¿En el hipotético caso de que se suscribiera un nuevo convenio, se 'rescataría' a los trabajadores que están entrando en los últimos tiempos con una escala salarial más baja, la de 2003, último pacto de eficacia general suscrito?

Yo no creo que las empresas pusieran demasiadas dificultades. Esta federación siempre ha recomendado públicamente que se aplique el convenio que estuvo vigente hasta 2011, de eficacia limitada, y no el de 2003. No creo que hubiera ningún problema; no nos inquieta esa circunstancia.