Ellos siguen mandando en las grandes empresas

Que la igualdad de género es algo más teórico que práctico es algo patente en la sociedad, más aún en espacios tradicionalmente masculinos como el empresarial, donde la asignatura pendiente de la paridad es evidente. En ámbitos como la educación o la política las mujeres han ido cobrando protagonismo; no así en las grandes compañías que cotizan en Bolsa.

Aunque las mujeres van ganando terreno poco a poco en los consejos de administración del Ibex 35, todavía son minoría; 86 comparten quehaceres con 491 compañeros masculinos, un 17,52%. Unas cifras alejadas que se acercan despacio. Respecto al año pasado se han sumado cinco féminas a estos puestos, en especial por la entrada en el índice de Aena, que cuenta con cuatro consejeras entre los once miembros del consejo. La evolución es lenta:, desde 2010 sólo han aumentado su presencia en un 6,96% (33 mujeres más).

Una mujer por cada cinco hombres

A pesar de lo positivo de las cifras, los porcentajes se traducen en una realidad bastante menos alentadora en términos absolutos. El número máximo de mujeres en un consejo de administración es cinco, según un estudio de la consultora Atrevia e IESE, y la media es 2,46 -estos órganos suelen rondar los 15 integrantes-. Además, el aumento relativo de la presencia femenina se debe en parte a la reducción del tamaño de los órganos de gobierno de las compañías. Por otra parte, las nuevas incorporaciones se ralentizan. El número de nombramientos se redujo en 2014; solo 12 de 43 fueron mujeres, un 28%, dos puntos menos que en 2013.

Los datos globales arrojan una tesitura desigual en evolución. En este proceso existen grandes diferencias entre empresas. Red Eléctrica es la más inclusiva y la única que alcanza el máximo de cinco consejeras, que representan al 41,67% del Consejo. Por detrás se encuentran firmas como Santander, Grifols, OHL, FCC, Santander y Aena, con cuatro. En el otro extremo se sitúan Endesa, Repsol, Acerinox o Bankia, entre otras, que tan solo suman una miembro entre sus filas.

Ellos siguen al mando

La figura de la mujer es cada vez más habitual en estos órganos de decisión. No obstante, prácticamente en el 95% de los casos, quienes llevan los mandos de las compañías son ellos; solo tres consejeras dirigen en el selectivo español, un 3,49% de ellas, y un 4,55% de los ejecutivos. Ana Patricia Botín, presidenta ejecutiva del Banco Santander, María Dolores Danacausa, consejera delegada de Bankinter, y Vanisha Mittal, consejera ejecutiva de ArcelorMittal, son sus nombres propios.

El resto ocupan cargos de consejeras independientes o dominicales. Un 68,6%, 59 personas, forma parte de las primeras, es decir, no mantienen ningún tipo de relación con la empresa y se encargan de defender los intereses de todos los accionistas, en particular de los minoritarios. En consecuencia, casi siete de cada diez mujeres que forman parte de un consejo de administración no tienen relación alguna con la sociedad. Por su parte, las otras 20, un 23,26%, son consejeras dominicales: representan a un determinado paquete de accionistas.

En perspectiva

La Unión Europea (UE) trabaja en hacer más igualitarios estos órganos de gobierno. Francia lidera el ranking con un 32,4% de mujeres. La cifra es ya de por sí significativa respecto a España -un 17,52%-, pero lo más soprendente es, sin duda, que ambos países se encontraban al mismo nivel en 2009: solo un había un 9% de consejeras. La diferencia actual radica en que, en enero de 2011, el país galo estableció una cuota fmínima del 40% para 2017. Un año después la Comisión Europea (CE) recomendó que el mismo porcentaje de los puestos no ejecutivos de los Consejos de Administración estuviesen ocupados por mujeres en 2020. La CNMV aconseja un 30% para la misma fecha.

España se encuentra, al igual que en muchas otras materias, por detrás de Europa, cuya media de mujeres en los consejos de grandes empresas cotizadas es del 20,2%, frente al 17,32% español, según los últimos datos publicados por la CE correspondientes a octubre de 2014. Hace un lustro la cifra era del 11,9%. En cinco años el porcentaje ha aumentado en 8,3 puntos porcentuales en la UE y 6,96 en España, que parte con desventaja y, además, avanza más despacio que el resto de sus socios europeos.