Los ecologistas: «La caza no es la solución, si hay jabalís es porque faltan lobos»
El entusiasmo de los cazadores encuentra escaso eco entre los conservacionistas. Ecologistas en Acción rechaza la caza como medio para acabar con la sobrepoblación de jabalís, un fenómeno del que culpan a las políticas auspiciadas desde la Administración y aplaudidas por los ganaderos para acabar con los lobos que atacan sus rebaños. «Si hay muchos jabalís no es sólo porque hay comida abundante, sino porque hemos acabado con sus depredadores naturales -dice Diego Ortuzar, de la comisión de medio natural-. No hay un plan de gestión del lobo, al que se elimina cuando entra por Carranza y que por consiguiente escoge otras zonas para actuar».
Ortuzar considera que «no es lógico que estemos acabando con los lobos que hay aquí y pagando por traer sus orines de Canadá para ahuyentar a los jabalís». En Euskadi, recuerda, «pareja que entra, pareja a la que se persigue». A su juicio, «si les dejamos sus presas naturales, el lobo no atacará al ganado».
Y hay más. «Aunque vayas contra los jabalís con todo, si hay comida abundante, como es el caso, los que sobrevivan se reproducirán al ritmo actual y lo único que habrás conseguido es aplazar el problema». Su postura es irreconciliable con la que mantienen los cazadores. «Forman un 'lobby' muy poderoso y se tiende a tenerles satisfechos. Urge buscar soluciones de consenso y a largo plazo. Pero la caza no lo es, la prueba es la actual tendencia alcista».
Desde el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), Luis Suárez recuerda que el incremento de jabalís no es un problema exclusivo de Bizkaia y lo vincula también a «la alteración del medio natural donde desaparecen los depredadores o se ve alterada la estructura del hábitat». Coincide en que urge tomar medidas si disminuye la presión sobre ellos, «pero hay que ver dónde está el límite. La caza no siempre consigue el efecto deseado». Preguntado por lo ocurrido en Basauri, Suárez dice que «si a las especies salvajes no se las molesta, no tienen por qué atacar. Quizá lo que hay que hacer es un esfuerzo combinado, ahuyentar a estos animales de ciertas zonas y concienciar a la gente».
«Trasladar el problema»
El biólogo Iñigo Zuberogoitia acepta el planteamiento inicial, aunque con reservas. Es partidario de controlar las poblaciones de jabalí, pero ante la falta de depredadores naturales no descarta recurrir a «cazas selectivas o a jaulas donde se capture a estos animales para darles muerte de una manera no cruenta». Las batidas, argumenta, «a menudo sólo consiguen trasladar el problema, que cambien de territorio, con el consiguiente riesgo de más atropellos». En este escenario, la solución pasa a su juicio por analizar las zonas de flujo de los ungulados y crear corredores ecológicos al diseñar vías de comunicación. «No vamos a quitar las carreteras que ya existen, pero igual compensa construir un viaducto frente al coste en vidas humanas que supone no hacerlo».