Urkiola acogerá mañana la bendición de mascotas
Desde el santuario, que celebrara la fiesta de San Antón, piden que se respete el entorno natural, «maltratado» los días de nieve
Manuela díaz
Sábado, 16 de enero 2021, 00:42
El santuario de Urkiola celebra mañana la festividad de San Antón, patrón de animales y sus cuidadores, con los efectos de la borrasca Filomena todavía muy presentes en este Parque Natural. Será una celebración sobria, marcada por las restricciones del coronavirus y la pérdida reciente del exvicario general Ángel Mari Unzueta, que desde hace tres años oficiaba los actos religiosos en el templo.
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La misa será a las doce y la oficiará el único sacerdote que reside en la Abadetxea, Antonio Madinabeitia, que el próximo mes cumplirá 88 años, y el seglar, miembro de la comunidad de Urkiola, Félix Moreno, tal y como vienen haciendo desde la repentina muerte de Unzueta. A su término, en el exterior, se bendecirá a los animales y se procederá al reparto de panes.
Con cerca de 40 centímetros de hielo y nieve el responsable de la hospedería, Félix Moreno, trata estos días de habilitar un camino para acceder al templo. A falta de un convenio con la Diputación para el mantenimiento de las 15 hectáreas que rodean al santuario, su cuidado queda en manos de voluntarios como es su caso. Una labor que se complica estos días con la nieve que anega los accesos a las instalaciones religiosas y con el comportamiento incívico de los visitantes que no han cesado de «invadir» el Parque Natural desde que cayeron los primeros copos.
Los destrozos provocados por la borrasca Filomena en los árboles, que tardarán meses en retirar, y la huella de los cientos de personas que «no han respetado» Urkiola son enormes. Y piden ayuda para hacerles frente. Desde hace un año están a la espera de firmar un convenio con la Diputación para la limpieza y cuidado del entorno del templo y del mirador de las tres cruces, con un flujo constante de visitantes y excursiones escolares. Y si bien acercarse al Parque Natural y al Santuario es una apuesta del Patronato y Turismo que podría repercutir de manera muy positiva para usuarios y vecinos, la llegada masiva de visitantes ha generado una gran tensión.
Basura y destrozos
Basura por todas partes, vasos de plástico salpicando la escalinata de acceso al santuario que con la nieve se ha transformado en una pista de trineo para el disfrute de las familias, papeleras destrozadas, alambradas rotas… «No se respeta el mundo rural, han abierto las vallas para esquiar y el ganado se ha escapado. Piensan que esto es Astún y es un Parque Natural», se quejan los vecinos. En la contra, visitantes que se tienen que dar la vuelta porque no hay aparcamientos suficientes ya que la nieve los ha inhabilitado.
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Para buena parte de los vecinos esta nevada en plena pandemia «que podría haber sido un disfrute, ha sido decepcionante y ha generado tensión». «Han estado mucho tiempo encerrados y están viniendo como locos, aparcan donde quieren y quitan todas las alambradas para entrar a las campas», se quejaba José Mari Azkozibar, del restaurante Bizkarra.
En su caso, los coches mal aparcados en las Navidades impidieron en más de una ocasión que el camión de abastecimiento pudiera aparcar. En frente, en la Abadetxea, Moreno tuvo que recriminar a unos jóvenes que se habían subido al tejado de su vivienda porque había mucha nieve y «les parecía divertido». También tuvo que ir a buscar a su perra a Dima ya que alguien abrió la valla del terreno en el que se encontraba y no la cerró. «Ha sido una locura» y hasta que la Ertzaintza puso orden y reguló el aparcamiento para permitir el paso del quitanieves, las peleas por aparcamiento eran continuas.
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