Ver fotos
Los Reyes Magos llenan de ilusión Iurreta y Durango
Sus Majestades de Oriente recorrieron las calles de Durango e Iurreta en vistosas carrozas desde las que repartieron magia y 750 kilos de caramelos
NAHIKARI CAYADO
Jueves, 5 de enero 2023, 20:51
Si no crees en la magia, solo tienes que mirar las caritas de los más pequeños que esperan todo el año para vivir el que, sin duda, es uno de los días más especiales en su calendario. La emoción era más que palpable en la cabalgata de los Reyes Magos en Durango y Iurreta, donde las calles se llenaron de familias que deseaban ver a Sus Majestades. «¡Ya están aquí!» gritaban eufóricos los niños, asombrados por el espectáculo de colores, las carrozas, la música y la fantasía que llegaba a la calle iurretarra de Askondo a partir de las 18.30 horas. Un desfile lleno de ilusión en el que acompañó el buen tiempo, con algo de frío, pero sin apenas nubes a la vista. Los durangueses solamente miraban al cielo para seguir atentamente la trayectoria de los caramelos que, este año sí, lanzaban Melchor, Gaspar y Baltasar desde sus carrozas. «¿Quién no quiere volver a ser niños en la noche de Reyes? ¡Sus caras lo dicen todo!», comentaba Bittor Carreño mientras disfrutaba viendo a sus hijos Alaitz y Markel saludar entusiasmados a Sus Majestades. Estos hermanos de 4 y 6 años, que antes de la cabalgata ya tenían preparados sus zapatos en el balcón, aseguraban haberse portado «muy bien» durante todo el año.
Tras un parón para saludar, sacarse fotos y coger las cartas en mano, Melchor, Gaspar y Baltasar se encaminaron hacia Durango a bordo de sus espectaculares carrozas llenas de asombrosas luces y colores. De hecho, la organización optó este año por aumentar la iluminación LED, lo que dejó a todo el público maravillado. «Recuerdo cuando era pequeño y la cabalgata no eran más que cuatro caballos. Ahora veo esto y me quedo sin palabras, no hay otra igual», decía por su parte Luis Ángel García, cautivado por la belleza del espectáculo. La de Durango es la cabalgata más antigua de Bizkaia, y no lo dicen solo sus organizadores, hay documentos de 1903 que lo demuestran.
Los Reyes Magos recorrieron las calles de la villa al ritmo de la Banda de Música, mientras que cientos de personas se agolpaban en las aceras para no perderse el paso de la comitiva real. Los pequeños, acompañados de sus padres, esperaban con nervios su llegada en Ezkurdi, de hecho, algunos llevaban en sus manos la carta con los regalos que querían recibir. «¿Cuándo llegan?», preguntaba ansioso el pequeño Beñat, de seis años. «Yo me voy a ir a la cama a las diez y les voy a dejar turrones para los Reyes y leche para los camellos», explicaba por su parte Lucía. «Aguanto despierta todo el tiempo que puedo, pero siempre me duermo antes. A ver si hoy les oigo llegar», contaba esta pequeña curiosa.
Dibujo de plastilina
Gritos al paso de Melchor, Gaspar y Baltasar y expresiones de asombro ante la belleza de las carrozas se escucharon a lo largo de toda la cabalgata. Y aunque todos disfrutasen de la tarde, que quedó inmortalizada en cientos de teléfonos móviles, los niños fueron los que más se divirtieron con el luminoso espectáculo. La pequeña Malen, de cinco años de edad, realizó un dibujo con plastilina del rey Melchor y tuvo la oportunidad de mostrárselo, aunque sea a distancia. Y Julen, de siete años, pudo darle la carta a su rey favorito, Baltasar. «Le he pedido un montón de cosas, para que elija lo que quiera. Eso sí, espero que no me traiga carbón», auguraba este pequeño.
Con la bolsa a medio llenar de caramelos, se incorporaba sobre la acera Pilar. «No son solo para mi, luego lo reparto entre mis nietos, que tengo cinco», decía entre risas esta duranguesa. Y es que ayer, los Reyes Magos de Oriente volvieron a lanzar 750 kilos de caramelos tras dos años de parón. Como novedad también, esta vez la cabalgata no se detuvo en el pórtico de Santa María por las obras previstas en este espacio. En su lugar, la adoración al niño Jesús tuvo lugar en la iglesia de Santa Ana. De ahí continuaron su recorrido hasta Kurutziaga para culminar en San Fausto, donde la calle, llena de gente, mostró su cariño a los Reyes Magos.
Sus Majestades también se dejaron ver en el resto de pueblos de la comarca, donde llegaron desde Lejano Oriente para llenar de magia cada rincón. Con una gran sonrisa y el corazón repleto de ilusión, todos los pequeños se fueron a la cama soñando con que al levantarse, le esperarán un montón de sorpresas junto a sus zapatos.