El pórtico de Santa María luce en todo su esplendor
La intervención incluye una renovación integral y permite la creación de diversas configuraciones adaptadas a los diferentes usos del espacio
El pórtico de Santa María de Durango, centro neurálgico de la villa, luce en todo su esplendor al contar con un nuevo sistema lumínico. Tras completar las obras de restauración el pasado mes de noviembre, el espacio se reabrió al público y la intervención incluyó una renovación integral del alumbrado, permitiendo la creación de diversas configuraciones lumínicas adaptadas a los diferentes usos del espacio.
Esta inmensa galería, construida en el siglo XVII por el carpintero Martín de Gabiria, fue destruida por las bombas de la aviación italiana el trágico 31 de marzo de 1937, corriendo la misma suerte que el 80% de los edificios del casco viejo. Tras la Guerra Civil resurgió de sus cenizas y volvió a ser el eje de la villa. Desde entonces se ha convertido en un espacio de encuentro, dando vital importancia al acceso secundario de la iglesia. Entre sus múltiples usos a lo largo de su historia destacan la celebración de mercados, la feria del libro y disco vasco, conciertos o numerosas citas sociales.
Homenaje a las víctimas
Este domingo, en este mismo pórtico, se celebrará un acto de reconocimiento y memoria ciudadana a las víctimas de los bombardeos. Con un homenaje a una mujer superviviente de aquel ataque se reconocerán todas las víctimas. Este año la testigo será Ana María Valdubieco Pujana, que todavía recuerda el sonido estridente de las sirenas cuando era una niña. Ahora tiene 92 años.
En cuanto a la propia reforma como tal, se ha procedido a un cambio en la configuración lumínica, activando adicionalmente los focos situados en la pared de la iglesia, pasando así del sistema inicial, centrado en la iluminación de la estructura, a una nueva configuración que busca mejorar la visibilidad general del pórtico.
Hay que recordar que los andamios ocuparon durante casi un año el interior del pórtico de Santa María hasta su reapertura a finales del pasado año. El Ayuntamiento invirtió 900.000 euros en realizar una restauración «delicada» y «comprometida» de esta cubierta, la más grande de Euskadi e incluso de Europa de sus características.
Las luminarias anteriores, de tipo industrial, fueron modificadas por un sistema de luces directas e indirectas mejor integradas en el entramado de madera. Todo esto permite programar diferentes escenarios en función del uso diario, de feria o de eventos que se puedan realizar en el pórtico.
«Nos comprometemos a evaluar cuidadosamente el impacto de las recientes mejoras en la iluminación. Este seguimiento garantizará que los ajustes realizados cumplan con las expectativas de la ciudadanía, asegurando así una iluminación óptima», señalan desde el Ayuntamiento.
