La Policía desaloja la vivienda ocupada en el barrio Aramotz de Durango
La actuación se ha saldado con la detención de cuatro personas y la restitución del inmueble a su propietaria
El barrio Aramotz de Durango respira aliviado tras la desocupación ayer de un bajo derecha de una vivienda del número 8. El Ayuntamiento de la localidad informó a EL CORREO que la situación había sido resuelta de acuerdo con «la legalidad vigente». «Tras confirmar con las autoridades judiciales y policiales que la vivienda es de uso legítimo por parte de su titular, se ha procedido a su desocupación. La actuación, llevada a cabo con todas las garantías legales entre la Policía Municipal y la Ertzaintza, ha concluido con la detención de cuatro personas y la restitución del piso a su propietaria. Además, se ha gestionado el cambio de bombín para garantizar su seguridad», subrayaron fuentes municipales.
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La vivienda okupada, una planta baja, está ubicada junto al supermercado Eroski. «Entraron los individuos y cambiaron la cerradura. Después, volvieron a adentrarse y ya les han desalojado, el problema está resuelto. El inmueble es de una familia de toda la vida que vivían aquí, pero al morir los padres, el piso debe ser de varios hermanos. La persona que se hace cargo de él vive en Elche y la casa lleva años vacía. Pero se está rehabilitando como el resto», explica un vecino de la zona.
«Esto no se puede concebir»
Lo cierto es que una vecina observó el pasado domingo por la noche movimientos sospechosos en el portal y decidió llamar a la Policía Municipal. «Bajaba a sacar a pasear a mi perro y escuché que estaban empujando la puerta del bajo. Me llamó la atención, porque no me sonaba que vivía nadie y llamé a las autoridades», explicó la mujer, que al igual que el resto de los habitantes del bloque prefirió mantenerse en el anonimato por miedo. Una patrulla se acercó a la zona y, tras pasar un rato inspeccionando los alrededores y no ver nada, se comprometió a mantener una vigilancia.
Otros ciudadanos de la zona desconocían lo sucedido. «Me he enterado gracias a una compañera de la asociación vecinal. Lo único que puedo decir es que no concibo la ocupación en Aramotz ni en ningún lado. Cada uno tiene sus propiedades gracias a su esfuerzo y una persona, si se encuentra un inmueble vacío, que tenga el derecho y el amparo de la legalidad para poder hacerlo no me parece bien», subrayaba el residente de la zona Jaime Intxausti. «La ocupación no se puede concebir, encima todavía menos en inmuebles de ciudadanos a pie», detallaba a este periódico.
En el barrio se suceden obras continuas por una rehabilitación integral desde aproximadamente un año y medio. No obstante, no es la primera vez que se producen casos de ocupación en esta zona, compuesta por alrededor de 130 viviendas distribuidas en 16 portales. En el número 14 se instalaron hace cerca de dos años okupas en un piso que estaba vacío tras el fallecimiento de todos sus propietarios.
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