Imputan a un hombre por amenazar e intimidar a los viajeros del tren a Bermeo

Ocurrió ayer por la mañana. El tren partió a las 9.15 horas de la estación del Casco Viejo. Tras unos primeros minutos de normalidad, los pasajeros comenzaron a escuchar gritos procedentes del fondo de un vagón. Estaban a la altura de Etxebarri. «Era un hombre de mediana edad, grande, corpulento, que estaba dando golpes, como fuera de sí. Si le mirabas o te movías, te empezaba a decir barbaridades», narró la mujer a este periódico. Frases obscenas, insultos, gritos... la situación fue empeorando poco a poco sin que nadie pudiera pararla.

Ya «asustada», la mujer optó por cambiarse de asiento y distanciarse del hombre para «evitar problemas». Pero él observó su movimiento y la siguió por los vagones hasta sentarse a su lado. «Me sentía intimidada. Y de repente, de golpe, el hombre se ha lanzado al suelo, ha cogido el extintor del vagón y lo ha vaciado, cubriéndolo todo, incluido a varios pasajeros, con una espesa humareda blanca. No se veía nada. Estábamos todos muy asustados y no sabíamos qué hacer», relató la joven. Uno de los pasajeros que se encontraba en el tren aprovechó un momento para llamar a la Ertzaintza y alertar de lo que estaba sucediendo.

El hombre abandonó el tren en la estación de Amorebieta sobre las 9.30 horas, donde le esperaban varios agentes de Policía autonómica. Portavoces del Departamento de Seguridad confirmaron a este periódico que al hombre se le han abierto diligencias como investigado y se le imputa un delito de amenazas, tanto a los pasajeros como a los propios patrulleros que le retuvieron en Amorebieta. Debido al estado de nerviosismo en el que se encontraba, el agresor fue evacuado al hospital de Galdakao donde fue atendido.

Tras calmarse la situación, el resto de pasajeros continuó el viaje. «Hemos ido todos juntos en un mismo vagón, porque el resto del tren estaba cubierto de humo del extintor. Yo, por mi parte, voy a poner una reclamación exigiendo más seguridad, porque todavía estoy temblando», añadió la joven. «Por suerte hoy no ha pasado nada, ¿pero y si saca un cuchillo? Estábamos desamparados», denunció.