Teresa Muñoz Minchero ha recibido un íntimo homenaje este miércoles en Durango MANU CECILIO

La historia de Teresa Muñoz Minchero, superviviente del bombardeo de Durango: «Su instinto nos salvó»

Es una de las más de treinta vivencias que el periodista Iban Gorriti recoge en su libro '31 vidas', presentado este miércoles en la Azoka

NAHIKARI CAYADO

DURANGO

Jueves, 9 de diciembre 2021, 00:30

«Mi hermana y yo sobrevivimos por el instinto de nuestra tía, que murió al tirarse al suelo para protegernos con su cuerpo de las bombas, como si fuera un escudo humano». Teresa Muñoz Minchero tenía dos años cuando Durango fue bombardeado el 31 de marzo de 1937. Era un bebé, apenas recuerda lo ocurrido, pero todavía se emociona al hablar de ello. «Mi madre Victorina siempre nos hablaba de aquel día. Recordaba cómo pasaban los aviones con cruces negras. Contaba que volaban tan bajo que se podía ver las caras de los pilotos. Decía que era un infierno, que había gente corriendo por las calles envuelta en llamas, pidiendo auxilio», comenta esta superviviente de gran coraje.

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Su vida no ha sido fácil. Nació el 5 de septiembre de 1935 en Pasajes. Su padre Manuel y su madre Victorina pertenecían a una familia de la Segunda República. Su vida dio un giro cuando los fascistas entraron por Gipuzkoa. La familia decidió mudarse a Durango y su padre se alistó como miliciano al Batallón Karl Liebnecht del PCE. Perdió la vida en combate en Elorrio en abril de 1937. «Nos han contado que falleció tras el ataque de un obús, pero nunca se encontró su cuerpo», recuerda esta mujer.

Pocos días después tuvo lugar el hecho más trágico que se haya dado en Durango y que marcó un antes y un después en la vida de esta superviviente. Tras el bombardeo matinal, por la tarde, su tía, que también se llamaba Teresa, optó por tratar de esconderse de unos aviones cazas en el cementerio de la villa. Quería mantenerse con vida y proteger a sus sobrinas, Milagros, de siete años, y Teresa, de dos. Un piloto de Mussolini las vio y fue a por ellas. La tía decidió tirarse al suelo haciendo con su cuerpo de escudo humano. Ella murió acribillada. Sus sobrinas se salvaron, aunque a Milagros las balas le provocaron la mutilación de uno de sus brazos.

Se curó en un hospital de campaña en Basurto y fue trasladada junto con sus hermanos y su madre, Victorina, en un barco carbonero inglés a la Bretaña francesa. Allí falleció el único hermano varón de Milragros y Teresa, Manuel, de un año, por una insolación, según cree la familia. «Hemos sufrido mucho. El dolor y el hambre que hemos pasado no lo sabe nadie, por eso es importante transmitir este mensaje y que la memoria siga viva», agrega esta mujer.

Ahora, a sus 86 años, Teresa Muñoz reside en Las Landas, Francia. Milagros falleció hace algo más de un año. Su historia se narra en uno de los más de treinta capítulos que componen el libro '31 vidas' del periodista Iban Gorriti, un ejemplar que recoge los testimonios de más de una treintena de mujeres y hombres que fueron testigos o supervivientes del bombardeo del 31 de marzo de 1937. Se trata de la primera obra compuesta únicamente por testimonios de las víctimas de este bombardeo, que costó más de 337 vidas humanas.

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El durangués aprovechó la presentación de su libro este miércoles en la Durangoko Azoka para rendir un íntimo homenaje a Muñoz, que regresó a la villa por primera vez después de 84 años. «En realidad es un homenaje a todas las víctimas del bombardeo de Durango, pero agradezco enormemente que Teresa esté aquí hoy. Su relato es uno de los más duros», señala el autor.

La protagonista de esta historia vino acompañada de sus dos hijos, Eva y Manuel Muñoz Minchero. Ambos estaban tan emocionados como su madre. «Creemos que es muy importante que lo ocurrido no quede en el olvido. La gente tiene que saber de dónde venimos, y también nuestras generaciones futuras», señala por su parte, Eva.

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Los hermanos tienen muy presente la historia de su familia. Su padre, primer marido de Teresa, desapareció cuando ellos eran pequeños. «Sabemos poco de él, como, por ejemplo, que fue torturado y que tenía los pies destrozados, le habían arrancado todas las uñas. Un día se marchó y no le vimos más», comenta por otro lado, Manu.

«Transmitir la historia»

Según cuentan, fue el deseo de su propia madre acercarse este miércoles a Durango. «Queríamos comprar el libro aquí y nos pusimos en contacto con Iban Gorriti, que nos invitó a venir a su presentación», aclara el hijo de Teresa.

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El íntimo acto que tuvo lugar en la escuela de música Bartolomé Ertzilla de la villa comenzó con la lectura de un texto escrito por el actor iurretarra Juanjo Otero. Hubo ofrendas florales y uno de los hijos del periodista y autor de '31 vidas' bailó un aurresku a la homenajeada. «Estamos muy agradecidos al trabajo realizado por Gorriti. Es muy importante transmitir la historia para que todo este sufrimiento no quede en el olvido», concluyó la familia Muñoz Minchero.

Gorriti por su parte añadió que su obra es «un canto a la esperanza. Ninguno de los entrevistados habla desde el rencor, pero eso no significa que haya que olvidarlo», concluyó el periodista especializado en memoria histórica y cultura.

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