«La gente opta por comprar los disfraces ya hechos y es una pena»
La tienda Jostunak de Durango constata una disminución en la demanda de diseños confeccionados para el Carnaval
Si algo no puede faltar en carnavales es, sin duda, el disfraz. «En Durango, hemos notado que los vecinos están optando principalmente por comprarlos ya ... hechos y es una pena», ha comentado Inés Asategui, dependienta de la tienda de telas y confección Jostunak. «Sin embargo, desde nuestro comercio queremos promover la idea de que la gente compre material a fin de confeccionar sus propios diseños», ha añadido.
La vendedora considera que no hay que ceñirse a los trajes habituales como los de pirata, bombero o vaquero. «Nuestra localidad tiene históricamente muchas propuestas preciosas que se pueden hacer, por ejemplo, los de surrandi», ha asegurado. A pesar de la popularidad de lo convencional, Asategui ha observado un cambio en las preferencias de los consumidores. «Este año, hemos visto un aumento en las madres del ikastola que vienen buscando introducir elementos del Carnaval de la cultura local para sus hijos», ha afirmado Asategui. «Esto es algo que nos alegra, a fin de que no se pierdan las tradiciones», ha expresado.
Además, el establecimiento está dispuesto a asesorar a los que entran con el plan de inspirarse. «Siempre intentamos ofrecer opciones. No se trata solo de vender producto; nuestra intención es que las personas se diviertan con el proceso», ha dicho. A medida que se aproxima la fecha, en la tienda notan un patrón que se repite: «Suelen dejar sus compras para el último momento», ha explicado Asategui. Por lo general, acuden clientes sueltos en busca de cosas pequeñas o detalles con el objetivo de complementar sus trajes. «Lo más habitual es que los compradores lleven solo lo necesario, como lazos o piezas con el fin de hacerse un chaleco», ha agregado. Aunque también hay quienes asisten en grupo. «El otro día nos vino una cuadrilla a buscar borreguito con el propósito de elaborar sus disfraces de oveja», ha recordado Ixone Gil, propietaria del negocio.
Una de las partes más gratificantes de su trabajo es ver a los clientes salir satisfechos con sus elecciones. «Recuerdo especialmente a una niña que buscaba un vestido de la princesa de Frozen. Al no encontrar en otras tiendas lo que quería, se decidió por que le hiciéramos uno a medida y eligió las telas personalmente. Se quedó muy contenta con el resultado», ha contado Asategui. En un mundo donde lo rápido y lo fácil a menudo priman sobre la autenticidad, en Jostunak están decididos a defender el folklore de su localidad. «Yo creo que la gente confunde el sentido del Carnaval y el día de disfraces. En mi opinión, este día es para sacar ropa y accesorios que se tienen por casa», ha concluido.
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