El futuro de los terrenos del tren vuelve a enfrentar a la Corporación de Durango

Arranca la nueva legislatura y la urbanización de los antiguos terrenos del tren volvieron a dejar claro este miércoles en pleno las diferencias entre el nuevo gobierno y el anterior sobre su futuro. Con mociones por ambas partes, salió adelante la presenada por el PNV y PSE, con el apoyo del único edil popular, en la que se comprometieron –entre otros puntos– a crear una mesa de trabajo para avanzar en el diálogo y dar solución a este problema que lleva más de una década estancado. De hecho, durante la sesión plenaria informaron de que ya habían celebrado la primera reunión a fin de agilizar la búsqueda de una solución «cuanto antes».

«Entendemos que la única forma de resolver el tema es ponernos a negociar. Por ello, lo primero que hemos hecho es dejar en suspenso la lesividad del proyecto de reparcelación para facilitar la negociación con Euskal Trenbide Sarea (ETS) y el Gobierno vasco. Exactamente igual que hizo el anterior equipo cuando inició su negociación con estas entidades públicas», apuntó la portavoz jeltzale, Sara Oceja.

Los representantes de EH Bildu y Herriaren Eskubidea, que gobernaron en coalición en la última legislatura, se mostraron contrarios a esta propuesta, justificando que «se debería respetar la consulta popular de 2021», donde el 94% de los participantes dijeron 'no' a las cinco torres, así como que se «mantenga» el preacuerdo urbanístico alcanzado con el Gobierno vasco durante su mandato. «Defendemos que es posible cambiar este proyecto. La ciudadanía nos dejó un mensaje muy claro, y nuestra propuesta consiste en seguir trabajando como lo venimos haciendo desde 2015. Durango va a poder decidir lo que quiere para estos terrenos», señaló el independiente Jorge Varela. Sin embargo, su moción no logró los votos suficientes para salir adelante.

La respuesta de los jeltzales no tardó en llegar, insistiendo en que su intención no es otra que la de recuperar los 60.000 metros cuadrados. De igual modo, y en respuesta a la petición realizada por la oposición mediante su moción, PNV y PSE quisieron dejar claro que no tienen intención de recurrir el fallo del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) por el que se declara «ilegal» la construcción de las cinco torres.

El fallo lo dio a conocer el grupo independiente Herriaren Eskubidea, formación que en enero de 2019 denunció el controvertido proyecto que contemplaba la construcción de cinco torres de hasta 18 alturas. Durante la sesión plenaria, los jeltzales y socialistas defendieron, asimismo, que este plan «supone una magnífica oportunidad para el futuro de Durango». Agregando, a su vez, que «hemos dicho mil veces que las torres están descartadas, pero haremos lo que la ley mande».

Ante esta afirmación, la coalición soberanista y el partido independiente reivindicaron la necesidad de mantener el preacuerdo que alcanzaron con el Gobierno vasco durante la anterior legislatura. Un acuerdo donde se contemplaba reducir la edificabilidad sobre un tercio del espacio, rebajar la altura prevista en el convenio firmado en 2017 y habilitar más zona verde.

«Consideramos que el preacuerdo es muy bueno para Durango y por eso proponemos mantenerlo y desarrollarlo. Para nosotros, la ciudadanía dijo 'no' en la consulta, que fue todo un éxito, y deberíamos de respetarla», destacó el portavoz de EH Bildu, Iker Urkiza.

En este sentido, la portavoz socialista y teniente de alcalde, Jesica Ruiz, argumentó que «si tan bueno es, haberlo cerrado. Teníais mayoría absoluta y la oposición no pudimos dar nuestra opinión, así que haberlo hecho», lanzó. Acto seguido, Urkiza le respondió de manera tajante que «nos hubiese gustado cerrarlo si no fuese porque el PNV estuvo torpedeando una y otra vez». El único representante del PP, Carlos García, apoyó la moción presentada por el equipo de Gobierno. «Estos terrenos son importantes para desarrollar cuatro asuntos imprescindibles para nosotros como son la vivienda, la atención sanitaria, los juegos infantiles y un parking», argumentó.

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