Agentes de la Policía Municipal y de la Ertzaintza acudieron al inmueble ocupado, una planta baja. L. MERINO

«Estamos en estado de alerta, con miedo de lo que pueda suceder en cualquier instante»

Vecinos del barrio Aramotz de Durango expresan su preocupación tras la ocupación de un piso por tres individuos

Leire Merino

Durango

Lunes, 24 de febrero 2025, 18:21

La tranquilidad del barrio Aramotz de Durango se ha visto alterada esta mañana por el aviso de la ocupación de una vivienda del número 8. Los hechos comenzaron anoche, cuando una vecina observó movimientos sospechosos en el portal y decidió llamar a la Policía Municipal. «Bajaba a sacar a pasear a mi perro y escuché que estaban empujando la puerta del bajo. Me llamó la atención, porque no me sonaba que vivía nadie y llamé a las autoridades», ha explicado la mujer, que al igual que el resto de los habitantes del bloque, ha preferido mantenerse en el anonimato por miedo. Una patrulla se acercó a la zona y, tras pasar un rato inspeccionando los alrededores y no ver nada, se comprometió a mantener una vigilancia.

Publicidad

A primera hora del día, se confirmó que había tres varones en el interior del piso. Patrullas de la Policía Local y de la Ertzaintza se presentaron en el lugar y solicitaron la presencia de un familiar de la propietaria del hogar, ya que actualmente no reside en Euskadi. En ese momento, se dieron cuenta del cambio de cerradura. «El tema está en que ahí, habitualmente, no vive nadie y aunque tiene un titular que viene a pasar alguna temporada a dicho domicilio, a efectos prácticos no constituye una residencia habitual. Por ello, estaríamos ante un caso de usurpación, que no de allanamiento de morada», ha afirmado Javier Sánchez, suboficial de la Policía Municipal.

En un principio, lograron desalojar a los ocupantes; sin embargo, posteriormente recibieron instrucciones de que se debía de seguir un protocolo. «Me dicen que tengo que denunciar lo ocurrido y esperar mientras los okupas siguen dentro», ha comentado indignado el representante de la dueña. «Ahora, la titular tiene dos vías a seguir. Una de ellas sería denunciar penalmente y la otra civilmente. La primera se alarga una barbaridad en el tiempo y la segunda, que es la que le hemos asesorado, sería acudir con abogado y procurador. Esta solución es más breve. pero supone un coste adicional», ha explicado Sánchez.

En el barrio, en obras por una rehabilitación integral desde aproximadamente un año y medio, el movimiento de trabajadores es habitual y constante, por lo que no se sabe fijo el tiempo que llevan dentro los inquilinos ilegales. La situación ha provocado una creciente inquietud en los vecinos, en especial entre los de mayor edad, que sienten una gran preocupación por su seguridad. «Estamos en estado de alerta, con miedo de lo que podría suceder en cualquier instante», ha asegurado una vecina de 94 años. «La ausencia de una respuesta efectiva ha generado aún más dudas sobre nuestro bienestar», ha añadido.

No es la primera vez que se reportan casos de ocupación en la barriada, compuesta por alrededor de 130 viviendas distribuidas en 16 portales. En el número 14, por ejemplo, se instalaron hace cerca de dos años ocupas en un piso que estaba vacío tras el fallecimiento de todos sus propietarios. En este caso, no se pudo hacer nada, ya que nadie reclamó la propiedad. Desde la Policía Local han querido mandar un mensaje de calma a los vecinos: «Aunque hacemos patrullas preventivas por todos los barrios de la periferia, vamos a estar un poco más encima de esta vivienda y del grupo Aramotz».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad