Una orquesta del Barroco pone música a la fachada del Ayuntamiento de Durango
Entre los frescos pintados en 1770 y reconstruidos tras el bombardeo se hallan 12 instrumentistas, cuya historia se dará a conocer mañana
Una docena de músicos vigilan día y noche las calles de Durango. Desde lo más alto, observan el ir y venir de sus gentes. Callan durante el día, pero por la noche cobran vida y ponen banda sonora al dulce son de sus melodías. Lo hacen desde 1770, y seguro que muchos vecinos no se han percatado aún de su presencia. «Podemos deducir por los elegantes a la par de informales ropajes, por la ausencia de pelucas y por los instrumentos representados, en su mayoría de viento, que se trataba de una orquesta campestre», cuenta la iEntre las pinturas que datan de 1770 y se reconstruyeron tras el bombardeo se encuentra una orquesta campestre, cuya historia se dará a conocer mañanaAna Celia Ormaetxea.
La orquesta, que ocupa la parte superior de la colorida fachada del Ayuntamiento de la villa, pasa desapercibida para muchos, pero la experta duranguesa ha rescatado su historia para ponerla en valor y dársela a conocer a la ciudadanía. «Cuando me enteré que en la fachada teníamos a doce músicos, dibujados en la época Barroca, me quedé planchada. ¿Cómo era posible que no supiese nada sobre ello? Así que no tardé en coger mi cámara y empezar con la investigación», señalaba.
Los frutos de su trabajo se recogen en el último número de la revista Astola, que publica la asociación cultural Gerediaga de forma anual, y se darán a conocer mañana (20.00 horas) en un evento que tendrá lugar en los bajos del Consistorio. Quienes se acerquen podrán aprender la historia de estos murales que tuvieron que ser reconstruidos –tras desaparecer en 1937 a consecuencia del bombardeo que sufrió la villa– en 1950 gracias al indiscutible talento del pintor Eloy Garay, quien devolvió la vida a los músicos, los ángeles y resto de ilustraciones que cubren la fachada. «En Durango tenemos algo único, porque en la mayoría de lugares las pinturas están en muy mal estado, pero aquí, Garay fue muy fiel a los orígenes de las pinturas. Fue un lujo poder contar con él y debemos poner en valor el patrimonio cultural que tenemos», expresó Ormaetxea.
Da la casualidad de que el Ayuntamiento decidió restaurarlas un año antes de que las bombas enmudeciesen a su orquesta (1936), para lo que encargó a Foto Germán que realizara un minucioso reportaje de la fachada. «La pintura al fresco es una técnica delicada. Su permanente exposición a las inclemencias del tiempo provocó que se deteriorase. Pero gracias a la gran visión artística del Ayuntamiento de la época, Germán pudo sacar las fotos que años después Garay utilizaría para restaurarla, y lo hizo de maravilla. Cabe señalar que tenía 70 años y lo pintó subido a un frágil andamiaje de madera», detalla.
«Una fantasía»
La orquesta de galantes músicos se compone de una lira, un cuerno, una guitarra, un flautista zurdo, la inefable trompa, una viole de gamba, el indispensable tamboril, una corneta, una alboka, un arpa de mano, una trompeta y una mandolina. «Lo que pintó originalmente este pintor desconocido, porque no hay suficientes referencias para decir que fue el bilbaíno Ignacio de Zumarraga, imagino que sería una fantasía para los vecinos de Durango de la época de 1770, cuando la vida musical era muy escasa. Los pueblos pequeños pocas personas tenían la opción de ver una orquesta de este tipo. Estaba el organista, que era el que enseñaba música, y el tamboril. Esto demuestra que el pintor estaba a la onda de los movimientos musicales del momento », indica Ormaetxea.
Quien quiera aprender más sobre los secretos que esconde la colorida fachada municipal, no debe perderse la cita de mañana, a las 20.00 horas, en los bajos de la Casa Consistorial. Gerediaga Elkartea ha organizado junto con Ana Celia Ormaetxea un espectáculo donde, además de escuchar la historia de las pinturas musicales, acompañadas en todo momento de un hilo musical, se podrá escuchar voces en off, como si del propio Garay se tratase. Todo ello, mientras un foco de luz ilumina cada parte del espectacular mural que decora la fachada del Ayuntamiento durangués.