Los cuatro municipios más poblados de la comarca se asientan en la zona naranja

Durango, que ha dibujado un continuo zig-zag estos días, anotó ayer 10 nuevos casos, de los 54 de la última semana, aunque mantiene su tasa de incidencia en 356,16, a 45 puntos de cruzar la línea roja.

Zaldibar y Abadiño, que sumaron 4 y 5 positivos, eso sí, con menos de un tercio de población, tampoco andan como para relajarse. La anteiglesia zaldibartarra, que ha sido la más golpeada por la pandemia y la que más tiempo ha estado confinada de la comarca, se mantiene en zona roja con 558,29 casos. Aunque a lo largo de la última semana mantenía un mínimo registro de positivos, ayer sumó 4. Algo similar a lo que ha sucedió en Abadiño, que ayer sumó 5 de los 15 contagios contabilizados desde el pasado viernes, y le empujan de nuevo al nivel naranja con una tasa de 348,21. El fuerte arreón en una jornada le ha llevado a superar a Amorebieta, que ha conseguido reducirla a 331,78 con un solo contagio.

Elorrio también vuelve a superar la barrera de los 300, con los dos nuevos casos. Su tasa en estos momentos está en 308,81. En Berriz y Atxondo, la curva ha comenzado a decrecer, aunque la situación no deja de ser preocupante. Pese a contar con el índice más alto de la comarca, 758,75 casos, Berriz lleva desde el domingo sin superar los dos positivos por día. Su mejora es significativa y ha bajado en torno a los 300 puntos en escasos cinco días.

En el caso de Atxondo, que lleva tres días sin dar cuenta de ningún positivo, apenas ha bajado 73 puntos y se coloca en los 649,82 casos. Al tratarse de un municipio pequeño, que roza los 1.400 habitantes, su alcalde Xabier Azkarate ya admitía que «es fácil que el índice de contagios salga disparado con facilidad».

Al margen de mantener las medidas de seguridad y de prevención anticovid, Osakidetza continúa con las vacunaciones. Asimismo, los equipos de respuesta rápida de la Diputación realizaran el martes en el elkartegi de Durango un nuevo cribado preventivo a profesionales de centros residenciales de personas mayores y con discapacidad «ante el alto nivel de transmisión comunitaria y para seguir evitando la entrada del virus en las residencias», apuntaron desde el departamento foral de Acción Social.