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MANUELA DÍAZ
Viernes, 14 de febrero 2020
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El 30 de noviembre de 1945, coincidiendo con las fiestas de San Andrés, varios zaldibartarras, entre los que se encontraba Balendin Lasuen, se reunían en el bar Negugogor tras la misa. Las piezas que acababan de interpretar en la ceremonia resonaban todavía en la cabeza de un joven Lasuen, que por entonces tenía 21 años. Y sugirió la idea de formar la Sociedad Coral, colectivo cultural que durante 75 años ha avivado la anteiglesia. Cuando apenas ha pasado mes y medio de su fallecimiento, la Coral rinde tributo al que fue su 'alma mater', presidente y director durante cuarenta años. Lo hará con una misa en la que interpretarán varias canciones este domingo a las 11.00 horas en la parroquia de San Andrés.
La Coral vio crecer al que se convertiría en un político de primera línea y escritor. Su inquietud por la cultura y el pueblo fueron la seña de identidad de una de las figuras más reseñables de Zaldibar. Lasuen forma parte de la historia como uno de los siete mandatarios que lograron convocar elecciones municipales y que se autorizara la ikurriña. Fue el primer alcalde la democracia en la anteiglesia, delegado de Cultura del Gobierno vasco en Bizkaia, apoderado en las Juntas Generales de Bizkaia, presidente de Gerediaga y uno de los cofundadores de la Azoka.
Si bien sus cargos políticos fueron cambiando, lo que siempre permaneció en su vida fue la cultura, la música y la Coral. Fue presidente de la agrupación y director del coro hasta 1985, momento en el que pasó a seguir los conciertos entre el público. «Siempre estaba en los primeros bancos con su mujer», recuerda el tenor Antton Burgoa de Balendin, que falleció a los 95 años en diciembre. «Ha dejado una huella imborrable en la Sociedad Coral», asegura.
Lo que comenzó como un coro masculino con veinte voces graves, se convirtió en mixto a partir de 1951. Un año después debutaba el primer grupo masculino de dantzaris, y en 1965, lo hacían las chicas. Entre tanto, en 1955 salía a escena el colectivo de teatro. Mientras que la rama de baile y la escénica no han logrado cuajar, el coro se mantiene vivo.
La huella de Lasuen se siente también en la bandera de la Coral, diseñada por él, y en la de los dantzaris , que dibujó junto al académico de Euskaltzaindia José Luis Lizundia. Cronista incansable de la historia de Bizkaia y en particular del Duranguesado, la suya personal ha sido una lección de libertad y de logros en el ámbito cultural y político.
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