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La entrada al ambulatorio de Amorebieta-Etxano registraba ayer por la mañana largas colas de personas para hacerse PCR. E. C.
«¿Por qué en Amorebieta no se hace un cribado masivo como en Bermeo?»

«¿Por qué en Amorebieta no se hace un cribado masivo como en Bermeo?»

Plantean los zornotzarras ante el repunte de casos. El alcalde entiende que los datos son «preocupantes», pero se mantienen y «no ha vuelto a haber un pico»

NAHIKARI CAYADO

Jueves, 14 de enero 2021

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El incremento de contagios por Covid-19 en la localidad de Amorebieta, que ha sumado 116 en la última semana, mantiene en vilo a la ciudadanía. «¿Por qué en Amorebieta no se hace un cribado masivo como en Bermeo?», se preguntan algunas personas de la localidad. «Yo, al menos, me quedaría más tranquila», comentaba una vecina, que prefería no desvelar su identidad. Consciente de que los datos son «preocupantes», el alcalde zornotzarra, Andoni Agirrebeitia, aseguraba que al no haberse detectado «un brote o foco de contagio, el Departamento de Salud considera que no se dan las circunstancias para realizar las pruebas de forma masiva».

El máximo representante de Amorebieta-Etxano trata de tranquilizar a la ciudadanía asegurando que los datos se mantienen «en cifras muy similares. No ha vuelto a haber un pico». Los datos desvelados ayer reflejaban 20 casos el domingo, 17 el lunes y otros 20 el martes.

Pero a muchos zornotzarras les preocupa que se haya convertido en tan solo tres días que se encuentra en la zona roja en el tercer municipio con la tasa de incidencia acumulada más alta de la provincia, tras Bermeo y Lekeitio. Por eso se muestran partidarios de que se lleve a cabo un cribado masivo, como el realizado recientemente en Bermeo, con una población similar a Amorebieta, o en la pequeña localidad de Zaldibar. En este último municipio comienzan a descender los positivos y la curva, que ayer se elevaba a 1.149,4.

Colas en el ambulatorio

Entretanto, el ambulatorio de Amorebieta registraba a lo largo de la mañana de ayer una larga cola de personas que esperaban turno para someterse a las pruebas PCR tras presentar algunos de los síntomas que afloran entre quienes resultan infectados por el omnipresente virus. «Había gente de todas las edades, desde jóvenes a mayores», señalaba a este periódico una vecina sorprendida ante lo que se encontró cuando acudió al consultorio.

Esta mujer, que también prefiere mantenerse anónima por trabajar de cara al público, admitía que ha percibido un mayor nerviosismo entre la población en los últimos días. «Ven que los datos de contagios van subiendo y no entienden cómo no se hace nada para controlarlo», comentaba. Por la labor que desempeña también ha constatado que muchos zornotzarras «evitan mantener conversaciones. No se dirigen a mí más que para lo justo, al igual que yo a ellos. Esta pandemia no es una broma», se sincera ante la repercusión.

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