Dos horas de cierre diario de la calle Esperanza

«El pequeño comercio y la hostelería de la calle Esperanza siguen siendo los perjudicados de decisiones que no se han tomado con antelación», se queja un trabajador de la calle, que recalca que «servimos cenas y nos han cerrado justo también en nuestra hora punta, de nueve a diez». La medida pilló por sorpresa a los locales, que aseguran que recibieron el día 17 la notificación, dos días antes del inicio de las fiestas. Olegario Lebrato, propietario de la jamonería Claudio, ha puesto al tanto de ello a la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo, a la que pertenece. «No se puede comunicar algo tan importante con tan poca antelación. Ya habíamos comprado género y contratado personal», relata el hostelero, que también se pregunta si el intenso regado de los tejados, del que guarda vídeos, «es beneficioso para la estructura de unos bloques tan antiguos».

Durante el cierre al tránsito de la calle nadie puede salir a la vía pública y algunos clientes se «encierran» en los restaurantes hasta que finalizan los fuegos. Pero para otros muchos locales, ello implica un largo periodo de inactividad en una franja horaria crucial. La calle no suele reabrir hasta las once de la noche. «Están siendo unas fiestas flojas. Primero empiezan a caer chorros y chorros y después hay casi tres horas de inactividad. Pagamos lo mismo que el resto de locales de hostelería, pero no estamos en igualdad de condiciones y nadie nos resarce», se queja otra hostelera de la calle.