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Es la típica afirmación «de barra de bar» que al diputado de Infraestructuras de Bizkaia le incomoda escuchar. Tanto es así que este martes ha ... aprovechado su comparecencia en las Juntas Generales para desmentirla de forma categórica. «Eso de que las autopistas están más que amortizadas porque pagamos peajes desde hace muchos años…», ha desmentido Carlos Alzaga en respuesta a la portavoz del PP, Raquel González. La apoderada popular había reclamado en una intervención previa la necesidad de que la Diputación se replantee su política de peajes en las carreteras de su titularidad. Directamente ha pedido que los suprima al entender que no hacen más que dañar la economía doméstica de los vizcaínos y la viabilidad empresarial de los pequeños transportistas.
El responsable foral ha descartado de plano esa posibilidad. Y para apuntalar su argumento ha desvelado varios datos que hasta ahora no se habían hecho públicos. Por ejemplo, que cada año la Diputación ingresa 80 millones de euros en concepto de peajes en sus carreteras –tramo territorial de la AP-8, Supersur, túneles de Artxanda y los cinco viales con canon para camiones–, mientras que su conservación supone un gasto de 120 millones. Ese desfase de 40 millones es el que vendría a justificar el mantenimiento de las tasas por uso, que también permiten pagar en parte las amortizaciones de las obras y los continuos arreglos que requieren.
En ese sentido, Alzaga ha insistido rotundo en que la Diputación mantendrá el peaje en la AP-68 cuando asuma su gestión en noviembre de 2026, una vez finalice el contrato de Abertis, la empresa que se ocupa ahora del mantenimiento. En ese momento, la autopista pasará a ser gratuita en Aragón, Navarra y La Rioja, pero no en Bizkaia ni en Álava.
El diputado de Infraestructuras ha comparecido en las Juntas Generales para dar cuenta tanto de las nuevas tarifas que desde el 1 de enero se aplican en los peajes forales –se han incrementado en todas ellas en diferente porcentaje– como de las tablas de descuentos para los transportistas profesionales y conductores que utilizan habitualmente las carreteras de pago.
Así, el gasto máximo mensual para los vizcaínos que circulan por la AP-8, Supersur y túneles de Artxanda ha subido de 36,84 a 38,13 euros, mientras que los que conducen por la AP-68 ha pasado de 53,87 a 55,76 euros. Para beneficiarse de estos 'topes tarifarios' deben estar dados de alta en Interbiak y portar un dispositivo OBE o VIA-T.
Este sistema de bonificaciones se puso en marcha hace casi una década en la autopista que conecta con Gipuzkoa, la Supersur y los túneles que conectan el Txorierri con Bilbao. Desde entonces la Diputación ha dejado de ingresar 64 millones de euros, que los conductores habituales 'se han ahorrado' gracias a este sistema de bonificaciones. A finales del año pasado, la cifra de vizcaínos apuntados era de 28.054.
Con respecto a los descuentos en la AP-68, el número de beneficiarios es de 19.422, bastante por encima de las primeras previsiones de la Diputación, que cuando implantó este servicio en 2022 esperaba que beneficiara a un máximo de 18.000 vizcaínos. Cada uno de ellos deja de pagar cada mes de media 63,71 euros. Según los cálculos elaborados en su día por la propia Diputación, una persona que viajaba de lunes a viernes entre Bilbao y Vitoria solo abonaba los 7 primeros desplazamientos de ida y vuelta; el resto le salía gratis. En total, en estos más de dos años en vigor en esta autopista, con este sistema de bonificaciones la institución foral ha dejado de ingresar casi 3,4 millones de euros.
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