La Diputación aspira a lograr que en 2030 se recicle el 98% de los residuos urbanos

Una de las principales aspiraciones de esta hoja de ruta que ha contado con las aportaciones enviadas por las entidades locales, además de con el visto bueno de todos los partidos políticos con representación en las Juntas Generales, es que en 2030 se recicle el 98% de los residuos. Esto supondría una mejora del 10% respecto a lo que se ha estado haciendo hasta ahora.

Lo que se pretende es que de este monto, siete de cada diez kilos se valoricen de manera material a través de procesos de reutilización para darles una segunda vida, un 5,64% se trate para convertirlo en compost y que el 20,9% del resto sea transformado en energía renovable tanto para uso doméstico como industrial. Así, sólo el 2,49% de los desechos serían eliminados de forma definitiva después de haber sido tratados frente al 11,68% que se tiraba en el 2022.

El documento, que deberá ser tramitado y aprobado de manera definitiva próximamente en las Juntas Generales, prevé aumentar la recogida selectiva de plásticos hasta el 75% en 2030, a pesar de que también promoverá una reducción del 20% en el uso de envases ligeros (botellas, latas, brics...) respecto al acumulado hace cinco años donde se alcanzaron las 19.448 toneladas. Para ello, la institución foral ampliará la capacidad de la planta Bizkaiko Zabor Berziklategia, la cual se ocupa desde 1999 de la separación y clasificación de los envases generados. «Gracias a la mejora de tecnología en la planta y a una mayor concienciación ciudadana, se estima que quedará cumplido el objetivo marcado para la presente década», reconocen.

Pero tan importante es poner en marcha políticas que ahonden en la construcción de una sociedad más respetuosa con el medio ambiente, como ofrecer un servicio de recolecta efectivo y dar facilidades a los ciudadanos para que echar la basura en el contenedor correspondiente no suponga un trabajo añadido. En este sentido, asegurarán «la cobertura total» de la recogida selectiva de residuos peligrosos del hogar, textiles, aceites de cocina, voluminosos e incluso desechos de aparatos eléctricos y electrodomésticos en los municipios vizcaínos, sin olvidar la recogida separada de biorresiduos.

Aunque en el proceso de elaboración del plan ya participaron los diversos consistorios y las mancomunidades del territorio, a lo largo de estos seis años el sistema de gestión de residuos integrará «la información y las ideas innovadoras de la ciudadanía y de los agentes económicos en un entorno digitalizado y colaborativo que permitirá la obtención de herramientas y nuevas palancas que lo mejorará de forma continua».