Detenidas 16 personas en Bizkaia durante una operación policial contra las estafas en internet

Las estafas a través de internet se cuelan en todos los portales web. Esta vez ha sido en uno de los más usados para comprar y vender cosas de segunda mano: Wallapop. La Policía Nacional ha detenido a 16 personas en Bizkaia en el marco de una operación llevada a cabo los días 27, 28 y 29 de octubre y puesta en marcha después del aumento de denuncias presentadas en toda España en lo que va de año. Los arrestados ya han sido puestos en libertad aunque tienen «la obligación de comparecer ante la Autoridad Judicial». La investigación, desarrollada por Brigada Provincial de Policía Judicial de la Jefatura Superior de Policía en el País Vasco, sigue abierta y las autoridades no descartan que se produzcan más detenciones en los próximos días y semanas.

Según ha confirmado el Ministerio del Interior, se trataba de «una organización criminal perfectamente estructurada y asentada compuesta por españoles y nigerianos». Su 'modus operandi', consistía en buscar productos usados de precio elevado y preferentemente tecnológicos o muy demandados, a través de Wallapop. Una vez recibidos, nunca los pagaban.

Los estafadores contactaban con los vendedores con los que luego seguían hablando a través de WhatsApp. Para dar sensación de seguridad a las víctimas, «utilizaban filiaciones, teléfonos, e incluso documentación real de otras personas sin relación con los hechos». Una vez es enviado el producto a la dirección indicada, la parte el vendedor recibía «un correo electrónico que simulaba al de la pasarela de pago Wallapay (usada por Wallapop), en el que le confirmaban la transferencia de dinero acordada a su cuenta bancaria e igualmente le informan que debido a un problema de red, había habido un error con la transferencia y se había ingresado una cuantía superior o por duplicado», detallan desde Interior. En este momento, los delincuentes indicaban a sus víctimas que para desbloquear la cuantía debían «abonar la diferencia de venta del producto y la cantidad supuestamente transferida, buscando una segunda estafa». Los delincuentes disponían de cuentas españolas y nigerianas.

Para entregar el producto, utilizaban lo que en el argot policial se conoce como 'mulas', Estas personas, procedentes de España, Nicaragua y Paraguay, presuntamente se ofrecían a recoger los productos estafados para, una vez recibidos, «proceder a la venta rápida en su entorno delincuencial o en establecimientos dedicados a la compra-venta de objetos usados». Luego, mandaban parte de los beneficios obtenidos, previo acuerdo con la organización criminal, a ciudades nigerianas mediante transferencias vía Western Union o MoneyGram, «logrando por ello una comisión acordada según el precio de venta».