Se desploma la cubierta de las pistas de pádel de San Ignacio

Un fuerte estruendo ha despertado a primera hora de la mañana de este viernes a los vecinos más próximos al polideportivo bilbaíno de San Ignacio. Sobre las siete horas, se ha hundido la cubierta de las pistas de pádel. El Ayuntamiento investiga las causas del accidente, que no ha registrado heridos al estar todavía cerradas las instalaciones. Tampoco se han producido afecciones en las calles aledañas, ya que el tejado se ha venido abajo hacia adentro.

«Esta noche me ha parecido escuchar un ruido fuerte y como de varios segundos de duración y, esta mañana, cuando me he levantado, me ha mandado un amigo la foto», explicaba en la mañana de este viernes Aitor, que vive cerca del recinto deportivo, que no tenido que suspender el resto de actividades. Los residentes en la zona no imaginaban que el estruendo procedía del polideportivo. «Pensaba que era el camión de la basura, que se suelen oír golpes cuando descarga los contenedores», señalaba otra vecina.

El sentir general era de «preocupación» y «sorpresa». Se trata de unas pistas por las que pasa «mucha gente», coincidían los usuarios del centro deportivo municipal. «Los fines de semana ves venir gente en el metro de otras zonas que van a jugar a pádel», aseguraba Ángel mientras charlaba con otras vecinas, que recordaban que «hay que hacer la reserva con mucha antelación». «Es un milagro», insistían.

Natalia Ayesta apuntaba que, los de pádel, «son los cursos que primero se agotan». Usuaria del polideportivo, su hijo suele practicar ese deporte. «Asusta verlo así. Es una suerte que ha pasado cuando no había nadie, porque hay mucho movimiento en las canchas tanto a la mañana como a la tarde», indicaba.

El desplome se ha producido tres horas antes de que abriera esa zona deportiva, que funciona de forma ininterrumpida de 10.00 a 21.00 horas. Bilbao Kirolak ha avisado a las personas que tenían una reserva de lo sucedido para que no acudieran en vano y procederá a devolverles el dinero. Lo que se preguntaban quienes pasaban por ahí era cómo ha podido suceder algo así en unas canchas que tienen poco más de una década. El propio alcalde, Juan Mari Aburto, señalaba en declaraciones a Radio Euskadi que la instalación es «relativamente nueva».

El polideportivo fue sometido a una profunda renovación entre 2010 y 2011. El Ayuntamiento aprovechó para hacer una extensión a la que se bautizó como el Palacio de la Raqueta, llamado a convertirse en «una referencia» para los aficionados al tenis y el pádel de toda la provincia. El proyecto, que en su conjunto supuso una inversión de 7,8 millones de euros, reservó 7.000 metros cuadrados del antiguo campo de fútbol de San Ignacio a la creación de ocho canchas de pádel y siete de tenis.

La cubierta que se ha venido abajo estaba dotada de placas fotovoltaicas para la producción de energía eléctrica. De hecho, el edificio se convirtió en 2012 en el primero a nivel nacional en conseguir la certificación Leed Platino, los Oscar sostenibles que concede el U.S. Green Building Council (USGBC) desde marzo de 2000 tras examinar al detalle el impacto ambiental de un recinto.

Los residentes apuntaban a «las lluvias» como posible desencadenante del hundimiento, aunque, según fuentes de Bilbao Kirolak, aún es pronto para saber las causas del incidente. A media mañana estaban pendientes de que acudieran los peritos para analizar lo sucedido y que pueda entrar a trabajar la brigada de desescombro, unas labores, las de retirada de la cubierta y limpieza, que todavía se desconoce cuándo podrán empezar.

Hasta el lugar, además de vecinos y usuarios, también se habían desplazado otros curiosos para ver de cerca el derrumbe. Había un empleado de una empresa de reciclaje industrial y un ingeniero que se había acercado por «interés profesional». Se mostraba «sorprendido» porque «las estructuras de madera laminada», indicaba, «no suelen dar problemas». En su opinión, el peso de las placas fotovoltaicas y de la chapa del tejado «no es suficiente» para que una estructura así se venga abajo. «Probablemente se haya obstruido alguna bajante y se haya acumulado agua», comentaba.

Fernando Fernández, usuario de la piscina que se ha dedicado «toda la vida a la colocación de estructuras», pensaba que podía ser «un fallo estructural» porque «un apoyo se ha partido». En lo que insistía este vecino del barrio era en la «suerte» de que el desplome se hubiera producido a primera hora porque, en esas pistas, «en cuanto abren, siempre hay gente jugando».

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