Desembarcan a una viajera que volaba a Bilbao por su comportamiento «agresivo»
La mujer, que se negó a facilitar un cambio de asiento, acusó a la tripulación de «racista» e insultó a los pasajeros vascos, según relata un testigo
Lo que tenía que haber sido un plácido vuelo de regreso a casa por Navidad se convirtió ayer en un desagradable incidente para 180 pasajeros ... que volaban entre Gran Canaria y Bilbao. Una mujer tuvo que ser desembarcada del avión tras mostrar un comportamiento «agresivo» e «insultante» con parte de la tripulación y el pasaje, según fuentes aeroportuarias. Varios ertzainas fuera de servicio que habían volado a la isla para un evento deportivo y solidario acabaron convenciéndola para que se entregará a los agentes que aguardaban fuera de la aeronave. El aparato aterrizó en Loiu con casi una hora de retraso, ya al filo de la medianoche.
Todo sucedió durante el embarque en la isla canaria. El avión, un 'Airbus 320' de la aerolínea Vueling, contaba con dos filas de tres asientos cada una. La mujer que fue desalojada estaba sentada en la butaca central y a los lados acomodaron a dos niños pequeños que eran hermanos y que viajaban con su madre. La progenitora le pidió, por favor, si podía cambiar de sitio para atender a los pequeños. «La mujer le respondió que no, que había pagado por elegir ese asiento al comprar el billete y que permanecería allí», cuenta a EL CORREO una persona que iba en el vuelo.
La situación fue subiendo de tono. La madre, al parecer residente en San Sebastián, se dirigió en euskera a sus hijos para explicarles lo que estaba pasando. Algo que enfadó a la pasajera, que quizás pensó que estaban hablando sobre ella. Ante el revuelo generado, un tripulante de cabina acudió al lugar. Se inició entonces otra discusión, en la que la mujer hizo algún comentario que fue interpretado como una falta de respeto por parte del miembro de la tripulación. El asistente de vuelo amenazó entonces con sacarla del aparato.
«Putos vascos»
«Parte del pasaje intentamos reconducir la situación. Dijimos que era Navidad y que tampoco había sido para tanto... Pero fue entonces cuando esta mujer llamó racistas a los tripulantes y dijo 'Putos vascos', lo que ya acabó por indignarnos a todos».
La mujer se negó a salir del Airbus. «Dijo que había pagado por volar». Ante la posibilidad de que el desalojo fuera violento, el piloto pidió por megafonía a todos los pasajeros que desembarcaran, lo que enfadó aún más a los presentes, ya que era tarde y había un riesgo evidente de que Loiu cerrara y no pudieran volar hasta el día siguiente.
En estos casos, el protocolo que se sigue obliga a vaciar el avión para evitar que el desalojado sufra una imagen vergonzante y también como medida de precaución, ya que ante un posible forcejeo (se suele engrilletar al individuo) algún cliente ajeno al incidente pueda resultar golpeado.
Finalmente, no fue necesario desembarcar. Varios ertzainas fuera de servicio convencieron a la mujer, que al parecer se dirigía a Santander por un problema familiar, de que si no bajaba del avión y obligaba a entrar a la Guardia Civil iba a tener un problema muy gordo. Estuvieron varios minutos persuandiéndola hasta que lo lograron. «Yo creo que cuando se levantó y caminó por el pasillo iba pensando en la que se había liado por un roce que no parecía gran cosa, en origen». En el momento del desalojo, varios pasajeros comenzaron a aplaudir, pero uno de los ertzainas pidió a estas personas que no lo hicieran por respeto. La chica quedó bajo la custodia de la Guardia Civil.
Este tipo de incidentes, si resultan violentos o provocan importantes retrasos, pueden derivar en denuncias, multas y solicitud de compensación por parte de la aerolínea.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión