«Si descargo el agua sobre vosotros, os mando directos al hospital»
EL CORREO acompaña a un grupo de Bomberos y agentes forestales de la Diputación en una práctica con el helicóptero que se ha contratado este año por primera vez para combatir los incendios
El pasado 20 de agosto, un hombre de 80 años falleció en Extremadura después de que le cayera encima una descarga de 900 litros de agua procedente de un helicóptero antiincendios. «Si os doy de lleno, en determinadas circunstancias, puede ser fatal. Lo mínimo es que os mande al hospital. Así que no dudéis en informarme de un cambio en vuestra posición o de cualquier peligro que observéis. Hay que tener mucha precaución». Son las doce del mediodía del pasado jueves en las inmediaciones de Peñas Negras, en el corazón de los Montes de Triano, en el límite entre Ortuella y Trapagaran. El piloto Iker Feliu habla con una veintena de agentes forestales y Bomberos que han asistido a una jornada de entrenamiento cuyo objetivo es coordinar los medios terrestres y aéreos disponibles para sofocar fuegos en el monte.
El uso de un helicóptero es algo muy novedoso en Bizkaia. «Nunca antes habíamos dispuesto de un activo así», explica Carlos Uriagereka, director del Servicio de Montes de la Diputación. Así que toca ensayar y familiarizarse con una herramienta «que puede ser muy útil», pero que también entraña sus riesgos para el personal de extinción.
La aeronave llegó en septiembre y se utiliza en régimen de alquiler, con una inversión de 1,2 millones de euros para dos años. La comparten las tres diputaciones, con la ayuda del Gobierno vasco. En invierno tiene su base en Iurreta, porque «el peligro de incendio es mayor en la vertiente cantábrica». En verano, se trasladará a Nanclares (Álava). La idea de contratar medios aéreos surgió a raíz del gran incendio de Balmaseda de 2022, que mostró frentes «muy explosivos» y de difícil ataque.
El helicóptero aún no ha tenido su bautismo de fuego. Nunca mejor dicho. «Hubo el otro día un frente con llamas importantes, pero hacía demasiado viento para volar», cuenta Aitor Omar, otro de los responsables de la Diputación. Con todo, la aeronave despega cada semana, porque se está reforzando la formación para ser lo más certeros y efectivos posibles. También para garantizar la seguridad. «Eso es para mí lo más importante», dice Iker Feliu, que, pese a su nombre, no tiene nada que ver con Euskadi. «Soy de Sort, del pueblo de la lotería, del Valle de Arán, pero mi madre algo especial tiene con el País Vasco...», bromea.
El día es claro. Hace sol. Las ráfagas de aire son muy suaves y la visibilidad resulta óptima. El helicóptero carga su depósito, conocido en el argot especializado como 'bambi', en el cercano pantano de Oiola, que está ubicado a apenas 1 kilómetro del lugar donde se desarrollan las prácticas. Así que el helicóptero puede cargar y descargar en apenas dos minutos. Su operativa resulta rapidísima.
El zumbido del Eurocopter AS 350 resuena imponente en el valle que se alarga desde la parte alta de El Regato (Barakaldo) hasta Peñas Negras. Se divisan los picos Ganeroitz, Ganeran, Alta Galdames... El helicóptero se eleva por encima de ellos y desciende con su carga líquida balanceándose y dejando una suave estela de gotas en suspensión.
El objetivo es un fuego que los propios Bomberos han alimentado con prudencia. «Déjalo caer entre los dos robles», pide Aitor Omar. Iker Feliu descarga el aljibe portátil con una precisión asombrosa y sale pitando de nuevo hacia el pantano. «Esta cadencia de dos minutos es un poco irreal», apunta Uriagereka. «Hay que tener en cuenta que los lugares de suministro (normalmente pequeños embalses) suelen estar más lejos, así que lo normal es que el helicóptero tarde de 7 a 10 minutos en aparecer. Ojalá en todas las actuaciones tuviéramos el recurso hídrico tan próximo».
El dato es importante porque ayuda a los Bomberos y agentes forestales a programar su labor y autoprotegerse para evitar ser alcanzados por el bombardeo de agua, mientras trabajan con sus azadas y sus herramientas tratando de preparar un muro infranqueable contra el fuego. Hay dos tipos de descargas: la de ráfaga (que hace un barrido en línea) y la estática (los 800 litros caen a plomo sobre un punto concreto). Esta última es, obviamente, la más peligrosa.
Trabajo en equipo
El helicóptero puede volar con ciertas limitaciones. Si hace viento, es poco aconsejable. Tampoco despega de noche. Y su tiempo de operación es de dos horas. Transcurrido ese lapso, el piloto está obligado a descansar 40 minutos. Un receso que se aprovecha para repostar. «No es la panacea», adviete Aitor Omar. «Sin la ayuda del personal terrestre, su utilización sería como llover encima del mar. De poco serviría. Lo importante es trabajar conjuntamente. De esta forma sí que somos más efectivos».
El Eurocopter puede, además, transportar herramientas y hasta 5 personas para desplazarlas con rapidez a lugares de difícil acceso. Pero no está previsto que sea necesario. «Solo si las cosas se ponen muy feas...». Ahora mismo, Bizkaia vive un buen momento con respecto a los incendios forestales. El riesgo, muy alto otros años por estas fechas, es bastante bajo, ya que en septiembre ha llovido mucho y el monte está en unas condiciones de humedad muy favorables. El nuevo ángel contra las llamas sigue esperando para entrar en combate en Bizkaia.
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