Cae en Bizkaia una red que explotaba a nicaragüenses en el servicio doméstico
La Ertzaintza ha detenido a tres personas por facilitar la llegada a Euskadi de sus víctimas, a las que luego reclamaban una deuda de 10.000 euros
La Ertzaintza ha desmantelado una organización criminal que se dedicaba a traer ilegalmente a Euskadi a mujeres nicaragüenses para luego extorsionarlas y explotarlas laboralmente. Las enviaba, preferentemente, como internas al servicio doméstico, lo que propiciaba su aislamiento y dificultaba que pudiesen tejer relaciones que pusiesen en riesgo la trama. La red operaba desde el Valle de Arratia y tenía contactos en la ciudad de Somoto, en Nicaragua.
La organización se aprovechaba de que sus víctimas deseaban buscar un futuro mejor para ofrecerles venirse a España y les facilitaba el viaje: tanto los billetes de avión como la documentación necesaria y dinero para gastos. Luego, una vez aquí, les imponían una deuda de alrededor de 10.000 euros, que debían pagar trabajando en casas, y que era avalada con las propiedades de sus familias en su lugar de origen. La operación 'Bueltaka', de la que la Policía vasca informó ayer, se saldó el pasado martes con tres detenciones y la entrada y registro en una vivienda.
A las tres personas detenidas -dos mujeres nicaragüenses y un varón boliviano- se les imputan los delitos de tráfico ilegal de personas, favorecimiento de la inmigración ilegal y trata de seres humanos con fines de explotación laboral en el seno de organización criminal. Según ha informado el departamento de Seguridad del Gobierno vasco, la investigación, iniciada el pasado mes de noviembre, ha sido desarrollada por agentes especialistas de la Sección Central de Delitos contra las Personas de la Ertzaintza y dirigida por el Juzgado de Instrucción número tres de Durango.
La forma de actuar de esta organización consistía en captar a las mujeres en Nicaragua a través de contactos familiares, facilitando el viaje y la permanencia de manera irregular en España e incluso llegando a explotar laboralmente a sus víctimas como internas en tareas de servicio doméstico. Para realizar el viaje, la organización proveía a las mujeres de billetes de avión, alrededor de mil dólares para realizar diferentes pagos -como tasas u otros gastos en la ruta- así como documentos de invitación y demás documentación necesaria para entrar en territorio español.
Amenaza a las familias
Sólo cuando llegaban a Bizkaia se les comunicaba que habían generado una deuda de 10.000 euros, la cual debían pagar con el dinero obtenido en trabajos de servicio doméstico proporcionado por la propia organización. Mayoritariamente, se les enviaba como internas a domicilios, «propiciando así su aislamiento, evitando tejer lazos sociales a los que recurrir y aumentando su situación de vulnerabilidad», explican desde la Ertzaintza.
Las víctimas, de entre 20 y 40 años, eran obligadas también a firmar un contrato en el que se les imponía como aval propiedades familiares en su lugar de origen. La perspectiva de que sus familias en Nicaragua terminasen perdiendo su patrimonio ejercía como un muy eficaz mecanismo de intimidación.
A lo largo de la investigación se han detectado cerca de una decena de migrantes irregulares introducidas en el país por esta organización, «entre las que habría algún caso de trata de seres humanos con fines de explotación laboral». Además, gracias a la documentación encontrada en la vivienda, la Ertzaintza espera poder demostrar que este grupo, que operaba desde el año 2017, habría introducido en España a una veintena de mujeres.
Según ha indicado la Ertzaintza, las organizaciones de trata de origen latinoamericano suelen estar formadas por grupos estructurados con reparto de funciones y permanentes en el tiempo. Se aprovechan de la vulnerabilidad y necesidad de sus víctimas, que ven en Europa la posibilidad de mejorar su situación personal.