Jon Rahm logra su quinto top ten del año
El golfista de Barrika se centra ya en el Masters tras entrar en el Top10 del Houston Open con un recorrido final espectacular
josé manuel cortizas
Lunes, 3 de abril 2017, 01:43
Poco más de una hora de vuelo. De Houston a Atlanta. Siguiente etapa, el paraíso. Jon Rahm funciona ya en modo Masters tras convencerse ayer a sí mismo en Texas de que llega en un gran momento a Augusta. Destaca su guardia pretoriana como un bien intangible en su chequera vital la fortaleza mental que retroalimenta su ambición. En otros casos similares, de jóvenes jugadores que están ante su primer año de vida en el firmamento del golf mundial, tal situación provoca inseguridad, tembleque, dudas. El de Barrika es un caso aparte. Inmune. Le podrán salir mejor o peor los planes establecidos, se le irá una bola más larga o quedará donde había previsto, pero su pulso es firme y la decisión inquebrantable.
Llega al Augusta National del mejor modo posible. Su juego se mantiene estable, creciendo tras dejar atrás los cortes. La estadística y el criterio de la cátedra del golf corroboran que para destacar en la madre de todos los torneos es necesario afinar el approach y convertir el putt en una extensión de la delineación. En ambos apartados el jugador vizcaíno se ha dejado ver en el Houston Open que ayer cerró atrincherado en el Top10 con un recorrido final casi escandaloso, de no mediar sendos bogeys en el 1 y el 18. Por el camino anotó siete birdies, especialmente meritorio el del hoyo 8 con visita al búnquer incluida bandera a la que rebajó un golpe en cada uno de los cuatro recorridos en Humble, y el del 15 bien pudo mutar a eagle, al quedarse con su tercer golpe (par 5) a 90 centímetros de la cazoleta.
Como un simulador
Cuatro días de actividad en lo más parecido a un simulador. Correlación de pares, estado de rapidez de los greens, idéntica altura de la hierba en sus inmediaciones, mesetas y roughs... hasta el viento, quizá el único elemento que se escapa al control del jugador, dificulta de modo similar como hará a partir del jueves en Augusta. Ha sido una adaptación que profundiza en el campo de la técnica de juego. Cada golpe se proyectaba a una posible repetición en el Masters, a una situación que el jugador pretende vivir de antemano como si de una actividad de realidad virtual se tratara. Aunque siempre hay que pensar en el recorrido, calibrando situaciones, distancias, material, estado de ánimo y físico, confianza, la cabeza del golfista tiene un interruptor que le permite automatizar no los golpes pero sí su comprensión. Jon Rahm lo tiene en modo tarifa plana, full time operativo.
Todo listo en el Augusta National, menos el tiempo
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Las finales nacionales del Drive, Chip & Putt oficiaron ayer como corte de la cinta que abre las puertas del Augusta National Golf Club para la disputa del Masters. Una cita en la que las estrellas del futuro acceden a una parte de las instalaciones con toda la pompa que ven cuando actúan sus ídolos, algunos de los cuales compartieron actividad, seguimiento y entrega de premios. Fue el caso de ganadores de la chaqueta verde como Bubba Watson, Danny Willett, Fred Couples o Trevor Immelman. Niñas y niños de entre 7 y 15 años rivalizando con naturalidad en uno de los recorridos más elitistas, reservados e inaccesibles del planeta.
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El personal contratado para la ocasión se afanaba porque todos los detalles estuvieran cuidados hasta la perfección, sobre todo en los villages, terrazas y zonas acotadas para los socios, organizadores y empresas que se gastan su buen fajo de billetes para agasajar a los clientes estrella. Los informadores no podemos quejarnos con el crecimiento de las instalaciones reservadas para el seguimiento y cobertura del torneo, una especie de jaula de oro en la que todas las comodidades, material y atenciones chocan después con las estrictas normas que durante el torneo impedirán, por ejemplo, que los teléfonos móviles salgan físicamente del edificio de prensa. El celo sobre imágenes y audios es total. Los derechos mandan.
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Lo único que no está garantizado es el tiempo. Las previsiones favorables saltaron por los aires ayer con el primer parte oficial emitido por el Masters, que anuncia la llegada de un frente frío que descargará agua y estará acompañado de vientos y tormentas eléctricas sobre todo hoy y el miércoles que podrían alterar las actuales condiciones idílicas del campo.
Quizá lo peor mientras llega la hora de la verdad se concentre en la jornada de hoy. Ya en Augusta, el de Barrika deberá hacer gala de su condición de integrante de la nómina de favoritos. Es una palabra muy seria, espesa, pero los vaticinios se nutren de los estados de forma y Rahm ha cortado los cables de la bisoñez y se maneja como un profesional de tomo y lomo que parece llevar media vida con la bolsa a cuestas. En las casas de apuestas principales aparece como el sexto candidato mayoritario. La organización le ha ubicado en la primera ronda de entrevistas junto al también debutante Tommy Fleetwood y Justin Thomas, más Rickie Fowler (quinto el pasado año) y Jimmy Walker (octavo en su estreno en 2016).
Patrocinadores, autoridades, familia y amigos, horas en las que congeniar la privacidad resultará complicado, mientras su mente, además de en el juego, estará enfocada a la llegada de su guardia pretoriana, sobre todo de su entrenador desde la infancia, Edu Celles quien le enseñó a jugar y desde entonces ha pulido su juego y lo sigue haciendo en la distancia y del experto en coaching deportivo, Joseba del Carmen que modeló su otrora carácter explosivo para reconducirlo a unos niveles asequibles con la convivencia diaria consigo mismo. A ambos ha ha convocado para trabajar martes y miércoles y contar con la seguridad que le proporciona tenerles cerca durante las cuatro jornadas e competición. Además, sus padres ya están junto a él y su hermano Eriz llegará a Augusta durante el día de hoy.
Cuarteto español
Durante su estancia en Georgia accederá como el resto de los inscritos al campo para sus prácticas y estará a disposición del Augusta National Golf Club para el torneo Par 3 que sirve el miércoles (víspera del arranque del Masters) como excusa para un encuentro jovial, exento de corsés, entre quienes en unas horas no conocerán otro aliado que el contenido de su bolsa de palos para luchar por la gloria. Entre ellos tres españoles más: José María Olazabal, ganador en 1994 y 99 que cumplirá su vigésimo séptima presencia en el torneo más emblemático del mundo; Sergio García, cuya mejor clasificación, cuarto, se remonta ya a 2004 y llega como undécimo en el ranking mundial; y el canario Rafael Cabrera-Bello que se estrenó en 2016 con un meritorio puesto 17 compartido.
Pero ya que está aquí, no hay nada que desee más que llegue el jueves, cuando Jack Nicklaus y Gary Player cumplan con el ritual del saque de honor y dejen oficialmente abierto el Masters, al que Jon Rahm llega con los palos bien afilados.
