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j. m. cortizas
Sábado, 4 de febrero 2017, 01:55
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Jon Rahm está dando puro espectáculo en Scottsdale, donde se disputa la tercera jornada del Abierto de Phoenix. Con su habitual juego arriesgado, poderoso con el drive y decidido en el green, el golfista de Barrika ha activado su modo cohete y sube puestos al ritmo de la rebaja prodigiosa que le está haciendo al par del campo.
Cubiertos los primeros nueve hoyos del día acumula seis birdies (10, 11, 13, 15, 16 y 17) que le permiten llevar una tarjera diaria de 30 golpes para un total provisional de 9 bajo el par del campo. Es tercero provisional a dos golpes de los líderes, el estadounidense Steele y el coreano Hun An, que han comenzado más tarde y llevan seis hoyos de demora sobre el vizcaíno.
Lo mismo que la primera jornada, cierta relación de amor-odio en los greens de Scottsdale. Jon Rahm terminó el segundo recorrido en lo más cercano a su torneo de casa en Estados Unidos con un balance en el día de doce pares, cuatro birdies y dos bogeys, lo que se reflejaba en su tarjeta con tres por debajo del par, el puesto 38 en la provisional a siete golpes de los líderes, el coreano Byeong Hun An y el estadounidense Brendan Steele, que soportó la presión mucho mejor que el nipón Matsuyama, campeón en vigor del Waste Management Phoenix Open.
Con impetu
El golfista de Barrika arrancó el día con ímpetu y un seguimiento popular en su recorrido muy superior al de la víspera. En los tres primeros hoyos se quedó a menos de un metro para embocar y lograr abrir así su cuenta de birdies. Lo consiguió en la cuarta cita con la bandera en un par dos del que les separaron un par de metros para firmar un hoyo en uno. No tardó en repetir birdie. Lo consiguió en el 6, de nuevo tras mostrar la pólvora que guarda en sus brazos y una técnica que le permite perder de vista la bola a su antojo. Así, con el segundo golpe se quedó a dos metros y medio del eagle. Soberbio el vizcaíno, su progresión apuntaba alto en un día en el que se le percibió muy centrado pese al revuelo de aficionados y prensa que le buscó como objetivo e irá en aumento durante el fin de semana.
Acabó la primera parte del recorrido en la misma tónica, rozando bajar el par en cada cita con la cazoleta. Inició el segundo bucle con un lunar. Las trampas de arena le dificultaron en dos golpes y acabó cediendo uno en su lucha con el campo. El bogey en el 10 le retrasó en la clasificación provisional hasta la plaza 40, con -2 en su tarjeta. Lejos de pasarle factura, Rahm mantuvo su valentía en el juego y la lectura de las calles, arriesgando para recortar distancias con la cabeza.
Tuvo premio en el hoyo 13, un par 5 exigente, que premia la mezcla de potencia y sentido crítico de las calles. Con su segundo golpe puso la bola a 16 metros de la bandera. Por momentos se ilusionó el respetable con una revisión del eagle que le dio el título en San Diego. Al menos se contentó con el tercer birdie del día, que no sería el último, ya que en el hoyo 17 -después de su segundo bogey del día en el 14- le rebajó un nuevo golpe al campo de Arizona para situarse en tres bajo par, salvando la puntuación de corte.
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