El camino francés de Gurbindo
El lateral del Barcelona dejará el club blaugrana al final de esta temporada y firmará por el Nantes
Robert Basic
Viernes, 29 de enero 2016, 00:42
Eduardo Gurbindo (Pamplona, 1987) es un descubrimiento de Zupo Equisoain. El entrenador navarro se fijó un día en un joven extremadamente flaco que jugaba en el Loyola, entonces filial del desaparecido Portland San Antonio, y le invitó a entrenarse con el primer equipo y sus estrellas. «Era un palo», reconocería años después, cuando el lateral ya se había hecho un hombre en un mundo de adultos. Bajo su dirección comenzó a forjarse y a ganar kilos, la masa muscular, aunque todavía hoy podría pesar un poco más según la ficha del Barcelona ahora está en 85 kilogramos para resistir mejor el cuerpo a cuerpo con las moles que suelen defenderle por la zona central. Pero se las arregla de maravilla este lateral derecho de la selección española y del Barça, club con el que acaba contrato este verano y que dejará para incorporarse a las filas del Nantes francés. Otro gran jugador de la ASOBAL que emigra y que elige al país vecino, donde se ganan la vida decenas de profesionales nacionales que tuvieron que dejar una Liga empobrecida.
El conjunto blaugrana oficializó el miércoles la salida del zurdo y su incorporación al equipo galo, donde jugará las tres próximas temporadas. Allí están ahora el veterano Alberto Entrerríos, el internacional Valero Rivera, quien salvo sorpresa regresará al Barcelona, y el joven David Balaguer, extremo formado en la cantera blaugrana que el pasado verano se comprometió con el Nantes por dos campañas tras terminar su vinculación con el Ciudad Encantada de Cuenca. Y es en Francia donde seguirá con su carrera Gurbindo, quien tras dos años en el Barça emprenderá un nuevo camino en busca de más minutos y más goles, que ahora marcará con la camiseta del club francés, situado en estos momentos en la zona media de la tabla tiene 13 puntos y a está a tres de los puestos europeos.
Como extremo
Fue Equisoain el que hizo debutar en la élite al navarro cuando solo tenía 17 años. Me acuerdo perfectamente de sus primeros partidos, de su cuerpo de niño y escasez de kilos que trataba de suplir con velocidad, fintas y una extraordinarias visión de juego. Al ser tan ligero su entrenador comenzó poniéndole en el extremo derecho, pero poco a poco se convirtió en un lateral fuerte y solvente que pensaba como un central. En realidad, esa sigue siendo su mentalidad, la de organizar el juego de su equipo y detectar por dónde debe inclinarse el ataque, la mejor opción ofensiva, y entonces soltar el brazo. «Fíjate bien en este chaval», le dijo Equisoain hace años a Valero Rivera, entonces seleccionador español, y el lateral acabó recibiendo la llamada de la absoluta. Hoy está en el Europeo de Polonia peleando por el título continental en un torneo apasionante.
Después de pasar por el desaparecido Portland, el Torrevieja, donde en una de sus dos temporadas anotó 145 goles, Valladolid y el Barcelona, Gurbindo inicia ahora una nueva aventura y por primera vez en el extranjero. «Viví emociones fuertes en el Barça, uno de los mejores equipos del mundo en el que perfeccioné mi balonmano. Ahora quiero descubrir nuevos horizontes y el Nantes me ofrece un reto muy atractivo en una Liga que me atrae», declaró el jugador a la web oficial del conjunto galo. Asegura que quiere ayudar al club a meterse en la Champions, lo que demuestra su ambición y hambre de triunfos. De eso nunca se casa, de ganar, ni siquiera cuando era un peso pluma y llevaba la camiseta del Loyola.