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Zidane, Neymar y Pako Ayestarán
La vida sigue igual
Fútbol

La vida sigue igual

El fútbol se renueva cada temporada, pero en el fondo es un eterno retorno a personajes y situaciones que no dejan de repetirse

Jon Agiriano

Sábado, 24 de septiembre 2016, 01:02

Alguien dijo una vez que los tiempos cambian que es una barbaridad. La frase es una adaptación. La original, que no era otra que la contestación de don Sebastián a don Hilarión en La verbena de La Paloma cuando el boticario le informó de que el aceite de ricino se suministraba ya en pastillas, no decía tiempos sino ciencias. (Como comprenderán, hago esta precisión antes de que me la haga algún estricto aficionado al género chico). En el fondo, estaremos de acuerdo, da lo mismo una palabra que otra. No seré yo quien discuta que los tiempos y las ciencias - los primeros a causa de las segundas, me temo- sufren y provocan unos cambios bárbaros. Yo es que, además, de lo que quería hablarles en este primer 'Desmarque' de la nueva temporada es, justamente, de lo contrario, de las cosas que no cambian, de lo aparentemente inmutable, de lo que se repite sin cesar de forma natural.

En busca de un tema sobre el que escribir, hace un par de días hice un breve repaso mental a la actualidad futbolística. Y digamos que me encontré con el eterno retorno. Veamos. Jose Mourinho había vuelto por sus fueros. Su Manchester United había perdido tres partidos consecutivos ofreciendo un fútbol pobre y el técnico portugués cargaba contra los árbitros, contra los caprichos de la fortuna y contra algunos de sus jugadores. Él, por supuesto, no tenía culpa de nada.

En Barcelona, Luis Enrique continuaba igual de simpático que siempre y Neymar, que es un chaval duro de mollera quizá por tanto cambio de peinado, seguía sin comprender que debe evitar sus florituras más descocadas cuando su equipo está goleando y faltan pocos minutos para el final, es decir, cuando pueden resultar humillantes para sus rivales. Por cierto, ¿dejaremos de escuchar alguna vez la chuminada esa de que a Neymar no se le puede prohibir hacer su juego? ¿Quién le pide eso? ¿De verdad que hay alguien que haya jugado al fútbol incapaz de entender que no es lo mismo ponerse a hacer malabarismos y cucamonas con el balón cuando el partido no está decidido a hacerlo cuando ya se ha decantado de una forma escandalosa y tu rival está sufriendo por ello?

El Real Madrid de Zidane sigue ganando, aunque el miércoles sólo pudo empatar con el Villarreal y se quedó sin poder batir el récord de victorias consecutivas en la Liga. Y todos continuamos preguntándonos cómo lo hace y dejándonos las pestañas buscando en el juego del equipo merengue el particular sello de 'Zizou'. Todavía no lo hemos encontrado, pero no perdemos la esperanza. Mientras tanto, el Madrid sigue ganando en casa y fuera, unas veces jugando muy bien, otras regular y otras mal, siendo muy superior a su rival o siendo inferior, con la BBC o sin ella... A este paso, Zinedine Zidane lleva camino de convertirse en el primer entrenador al que, cuando le pregunten cuál es su estilo, conteste que ganar y no haga el ridículo. Y siguiendo con el Madrid, qué decir de su gang del chicharrón, inmutable como siempre. Bastó con que Raúl, contratado por la LFP como embajador en Estados Unidos, participara en un acto del Barça en Nueva York para que le dieran hasta en el cielo del paladar. A algunos sólo les faltó grabarse en un descampado echando gasolina sobre la camiseta de su antiguo ídolo y prendiéndola fuego a tiros con un kalashnikov, como hicieron algunos tarados de Oklahoma con la camiseta de Kevin Durant.

Y qué decir del Valencia, de nuevo en llamas, como si el incendio permanente fuera su estado natural. Pako Ayestarán ha durado cuatro partidos, todo un récord, y habrá que ver quién es y cuánto dura el siguiente. Porque parece claro que Peter Lim ha perdido la paciencia y ahora se lanza al descabello con mucha más facilidad que antes. Pensemos todo lo que aguantó la tragicomedia de su amigo Gary Neville y lo rápido que ha prescindido del técnico de Beasain.

En fin, que la vida sigue igual. En el Athletic, sin ir más lejos, los periodistas continuamos siendo non gratos. Cada día más. Ya no nos dejan viajar en el avión con el equipo. A este paso, cualquier año de estos, durante la ofrenda del equipo a la Virgen de Begoña, nos dirán que no podemos entrar por la puerta principal de la basílica y que tenemos un hueco reservado para nosotros debajo del coro, como tenían los agotes en las iglesias del Baztán. Estoy exagerando, claro que sí. Pero ya me entienden. Es más, estoy seguro de que entienden incluso mi ligero cansancio.

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