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Unai Emery, durante el partido ante el Barça.
Emery necesita una remontada histórica para salvar el cargo
octavos de final | vuelta

Emery necesita una remontada histórica para salvar el cargo

El vasco, cuestionado por el jeque del PSG que le fichó para ganar la Champions, ve cómo las encuestas le condenan a un despido prematuro

Óscar Bellot

Viernes, 10 de marzo 2017, 17:44

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Unai Emery salió el 14 de febrero del Parque de los Príncipes coronado como el gran estratega que fue capaz de infligir una humillación histórica a un equipo nada acostumbrado a que otro le pase por encima. Tres semanas más tarde abandonó el Camp Nou en medio del oprobio general desencadenado por la increíble remontada del Barça. El técnico vasco fue señalado por el dedo acusador ante una debacle que pone en tela de juicio la decisión del dueño del París Saint-Germain, Nasser Al-Khelaifi, de encomendarle el mando de uno de los conjuntos con mayores posibles de Europa a fin de reinar en el continente. Porque esa, y no otra, fue la misión con la que arribó a la capital gala el entrenador de Hondarribia. «Nuestro gran objetivo es llegar lo más lejos posible en la Liga de Campeones», dijo el mandamás del PSG cuando presentó al ex del Sevilla como sustituto de Laurent Blanc. «Es un entrenador apasionado, motivado, pienso que nuestros aficionados le querrán mucho. Nos encontramos una vez y desde el primer momento supe que le quería en el club, tenemos la misma filosofía de juego, es muy ofensivo», manifestó el catarí al repasar las virtudes que le llevaron a decantarse por quien había llegado a lo más alto en la Europa League. Le consideraba «el técnico ideal» para cumplimentar el sueño de levantar la 'orejona'. «La Champions es una ilusión, la motivación, es el camino que quiere recorrer este club», admitió Emery. El cuadro francés tendrá que seguir esperando, pero, ¿qué porcentaje de culpa corresponde al español? Esa es la pregunta que sigue flotando en el ambiente. ¿Fue la consecuencia inevitable de un planteamiento «ultradefensivo», como lo calificó Iniesta, o la falta de cuajo de unos futbolistas que desoyeron sus consejos?

Un hincha del PSG mata en Gabón a un amigo que se reía del 6-1

  • El desastre del París Saint-Germain ante el Barcelona tuvo consecuencias trágicas en Gabón, donde un joven hincha del club francés mató a un amigo, enfadado por sus bromas tras la derrota en una noche en la que habían consumido alcohol, ha confirmado este viernes una fuente judicial.

  • El gabonés, de 18 años, apuñaló a su amigo en el cuello en la noche del miércoles al jueves en un barrio de la capital, Libreville, que se conoce con el sobrenombre de 'Detrás de la prisión', ha indicado la fuente judicial a la AFP, confirmando una información publicada en portada por el diario L'Union.

  • El joven agresor, visiblemente ebrio, no soportó las bromas de su amigo por la humillación de su club favorito. Ambos habían visto el partido juntos en un bar de ese barrio popular mientras bebían cerveza.

  • Consultada por la AFP, una fuente judicial respondió "sí" a la pregunta sobre si las bromas habían originado el crimen. El agresor reconoció los hechos, explicando que no tenía intención de terminar con la vida de su amigo.

Sobre esa interrogante abundaba este viernes L'Equipe en un repaso a la jornada más aciaga en la carrera del técnico vasco. Asegura el diario francés que Emery trató de vacunar a sus jugadores contra la tentación de entregarse al triunfalismo tras el 4-0 en el Parque de los Príncipes, apelando al respeto por el Barça del que habló en la rueda de prensa previa al choque de vuelta. Si el PSG había sido capaz de destrozar al equipo azulgrana, éste también podía hacer lo propio con los galos en el Camp Nou. Demandó por ello a sus futbolistas que se moviesen como un bloque compacto y contuviesen al conjunto de Luis Enrique a unos 30 o 35 metros de la portería de Trapp. Para Cavani tenía también un encargo: debía estar cerca de Verratti y Matuidi, de forma que contribuyese a cerrar espacios al poblado mediocampo local. Julian Draxler y Lucas Moura tenían que secundar a los laterales para taponar las embestidas por las bandas de los chicos de Luis Enrique.

Apeló Emery al coraje y el orgullo de las estrellas del PSG antes de saltar al césped del Camp Nou. «¡Mostrad que el partido de ida no fue una sorpresa. Podemos salir como el mejor equipo de Europa!», cuenta L'Equipe que les dijo en la charla previa. Apenas comenzó a rodar el balón se evidenció que nada respondía al plan previsto, para desesperación de un técnico que clamaba a sus jugadores que adelantaran la línea defensiva a fin de mitigar un acoso que ya había provocado el primer derribo en el minuto 3.

«¡Tengo más experiencia que vosotros!»

A vestuarios se marchó el PSG con un 2-0 en contra. El Barça tenía casi la mitad del trabajo hecho y Emery era consciente de que, de seguir así, no saldrían vivos. Sus jugadores eran un manojo de nervios y volvió a implorar que atendiesen sus órdenes. «¡Escuchadme! ¡Aunque en mi carrera no he jugado más que en Segunda, tengo más experiencia que vosotros, así que escuchadme!», exigió en un intento de controlar la situación, siempre según la versión de L'Equipe.

Sus ruegos cayeron en saco roto. Aunque el gol de Cavani pareció alejar el espectro de la hecatombe, los tres goles encajados entre el minuto 88 y el 95 enviaron al PSG al baúl de los perdedores. Emery fue objeto de inmediato escarnio. «Fuimos superados por el ambiente del estadio, por las ganas de ellos y en cinco o diez minutos perdimos todo el trabajo hecho», se lamentó al término del choque, poniendo también en la diana al equipo arbitral.

El trauma va para largo. La visita este fin de semana al campo del colista de la Ligue 1 se antoja propicia para sumar una victoria que permita mantenerle el pulso al Mónaco, líder de la tabla. Pero la competición doméstica apenas podrá aliviar la pesadumbre de un club acostumbrado a mandar en ella sin apenas despeinarse desde la llegada de Al-Khelaifi pero que lleva tiempo empeñado en cruzar el Rubicón. Para ello se encomendó a Emery el pasado verano, pero más que a Julio César, el de Hondarribia se asemeja hoy a Cayo Terencio Varrón y Lucio Emilio Paulo, los cónsules derrotados por Aníbal Barca en la batalla de Cannas, el que por entonces fue el peor desastre militar de la República romana. Pese a que Al-Khelaifi apostó por la calma tras la derrota ante el Barça, la paciencia de los aficionados del PSG parece agotada, a tenor de una encuesta de Le Figaró en la que el 62% se decanta por su despido. A estas alturas, sólo una remontada histórica en la confianza del presidente del PSG puede salvarle.

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