Borrar
Jackson Martínez, del Atlético de Madrid, (izquierda) y Danilo, jugador del Real Madrid.
La mala hora de Danilo y Jackson Martínez
Fútbol

La mala hora de Danilo y Jackson Martínez

Estos dos grandes futbolistas que triunfaron juntos en el Oporto sufren en Madrid un descrédito que nunca imaginaron

Jon Agiriano

Sábado, 30 de enero 2016, 00:57

No lo puedo asegurar, pero supongo que Danilo y Jackson Martínez son buenos amigos tras haber coincidido durante tres temporadas en el Oporto y haber recalado ambos este mismo verano en Madrid, uno en el Real y otro en el Atlético. De manera que estos días les imagino llamándose por teléfono y citándose para tomar algo, contarse el uno al otro sus cuitas respectivas y darse ánimos mutuamente. Es más, por imaginar, hasta podría imaginarlos paseando por el parque del Retiro pegando patadas a las hoja secas de los árboles, tristones y melancólicos bajo un cielo gris que no se atreven ni a mirar porque, como Abraracurcix, temen que se les caiga sobre la cabeza.

Alguien dirá que ni Danilo ni Jackson tienen razones para estar tan cabizbajos, que por mucho que las cosas les vayan mal en sus equipos esta temporada no dejan de ser dos jóvenes millonarios, sanos y famosos. Es verdad. Pero también lo es que la crisis que atraviesan es de las que duele muy hondo a cualquier profesional con un mínimo de orgullo. Porque no se trata de que se les esté criticando duramente por sus malas actuaciones. Eso forma parte del juego y más en clubes de primer nivel. Lo grave es la manera en que se les está despreciando al tratarles como si fueran dos futbolistas de saldo, dos piltrafas cuya presencia en el Real Madrid o en el Atlético resulta inexplicable.

No tiene que ser fácil soportar la inmensa presión que pueden ejercer, cuando estás pasando un mal momento, los cientos de Torquemadas que nacen y se reproducen en las redes sociales, en las tertulias y en algunos medios deportivos. A Jackson le están machacando bastante, de hecho vive en un permanente estado de ansiedad que le nubla la vista cada vez que entra en el área rival. Creo, sin embargo, que todavía es peor lo de Danilo, al que se está ninguneando hasta el punto de considerarlo uno de los grandes problemas del Real Madrid. Las primeras críticas que ha recibido Zidane, de hecho, han sido por sacar al internacional brasileño en lugar de Carvajal en el Benito Villamarín. No es que esta decisión les pareciera a muchos controvertida o errónea, lo que podría entenderse perfectamente. ¡Es que les pareció una auténtica herejía, como si comparar a ambos jugadores fuera un disparate! Así de bajo se le ha situado a Danilo. ¡Sólo falta que los madridistas empiecen a compararlo con su paisano Douglas para matarlo definitivamente!

Me temo que estos dos grandes futbolistas -les he visto y sufrido cuando jugaban en el Oporto y les puedo asegurar que son muy buenos- están pagando dos peajes carísimos. El primero es que costaron mucho dinero. El Atlético pagó 36,7 millones por el delantero colombiano y el Real Madrid, 30 por Danilo. Esta última operación, además, tenía el caldo tóxico añadido de ser un disparate técnico. Y es que, así como el Atlético necesitaba un delantero centro, el Real Madrid no necesitaba para nada a un lateral derecho teniendo a Carvajal. Lo de Danilo, en fin, fue un ejemplo canónico de 'florentinada', lo que le puso bajo sospecha desde el primer día.

El segundo peaje es la exigencia extrema que se ha impuesto en todos los grandes clubes y, por encima de todos, en el Real Madrid, donde la ansiedad por el rendimiento inmediato, que sería como decir la abolición absoluta de la paciencia con los entrenadores y futbolistas que llegan al club, ha alcanzado niveles demenciales. Un mal partido te lo soportan. Un segundo provoca los primeros gestos torcidos. Al tercero suena el runrún en las gradas. Al cuarto te pegan una pitada y recibes los primeros insultos graves. Y al quinto estás condenado. Te cubren de brea, te llenan de plumas y te suben a un burro. Algunos dirán -a Florentino Pérez le encanta el argumento y lo utiliza muy a menudo- que este tipo de exigencia, que ha convertido al club blanco en la máquina destructora de reputaciones más peligrosa del mundo del fútbol, es una consecuencia lógica de la grandeza de la institución. Se equivocan. Sólo es la consecuencia de un desvarío.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo La mala hora de Danilo y Jackson Martínez