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Javier Ortiz de Lazcano
Miércoles, 27 de enero 2016, 01:35
Sergio García (Santander, 25 años) se afincó con tres años en Muskiz, donde creció y donde encontró trabajo en Petronor. La vida le conducía hacia una vida en la refinería, pero el fútbol le mandó al Eibar, que lo cedió al Murcia, líder en su grupo de Segunda B. «Pedí excedencia en Petronor para apostar por el fútbol», explica. No le va mal este extremo. Es el decimosegundo jugador en minutos en la plantilla 'pimentonera' con 899, diez de ellos en partidos como titular y ha firmado tres goles.
¿Cómo acaba un santanderino en la cantera del Athletic?
Nací en Santander, pero a los tres años nos fuimos a vivir a Muskiz. Comencé en el equipo del colegio, me ficha en benjamines el Peña Athletic de Santurtzi y de ahí voy a Lezama. Estoy dos años y vuelvo al Peña Athletic hasta juveniles. En juveniles hago año y medio en el Arenas y medio en el Danok Bat. En mi último año de juveniles fichó por el Basconia en el que estoy temporada y media.
¿Por qué sale del Basconia?
El primer año (2008) no juego mucho, no tengo muchos minutos. El segundo año iba parecido y pido salir. Me voy cedido al Santurtzi media temporada. Allí empecé jugando, pero me lesioné de la rodilla. Estuve cinco meses de baja y el día de mi reaparición me lesioné de un tobillo. Al final estuve más tiempo lesionado que jugando. Y comienzo a trabajar en Petronor.
Pero sigue con el fútbol.
Sí. Voy al Zalla (2010), en donde estoy dos temporadas compaginando el trabajo con el fútbol. El primer año tengo la misma lesión en la otra rodilla y me tiré más de media temporada en blanco. El segundo año con Ismael Urtubi ya tuve más minutos, me sentía valorado dentro del equipo. Con gente veterana con la que aprendes no sólo lo que es fútbol, sino otras cosas que tienen los equipos.
¿A qué se refiere?
Al vestuario, a la convivencia, el saber que hay días que no vas a jugar y que no te tienes que enfadar, cosas que cuando eres joven no lo valoras de la misma manera.
Comienza a crecer y llega al Portugalete.
Axier Intxaurraga me llama para ir a la pretemporada del Amorebieta, en Segunda B, pero me deja claro que si veía que no iba a tener minutos prefería que saliera. Lo entendí. Estaba trabajando y lo que quería era jugar como hobby de tiempo libre. Llegaron al final dos fichajes, me dijo que no iba a tener minutos y me fui al Portugalete con mi hermano Jorge. Estuvimos bien. Jugamos los dos años play-offs. El segundo año nos eliminó el Pontevedra y asciende el Leioa.
Que le ficha...
Me llama David (Movilla). Cuando hablé con él recibí unas sensaciones muy positivas y decidí dar el salto de categoría, algo que hasta ese momento no me había planteado porque estaba trabajando y se me iba a hacer pesado. Me lo plantee sólo para una temporada y disfrutar en ella. Movilla ha sido un hombre clave en mi carrera. Sólo tengo palabras de agradecimiento para él. Mucho de lo que rendí la pasada campaña y dónde estoy ahora se lo debo a él.
¿Cómo respondió al salto de categoría?
Quería probarme, tenía esa incógnita. Si te quedas siempre en Tercera te da pena si has tenido una oportunidad de ir arriba. Tuve compañeros en Zalla que decían que su espinita era no haber jugado en Segunda B. Yo la tuve y la aproveché. Movilla confió en mí y me dio importancia dentro del vestuario.
¿Se imaginaba una vida de profesional?
No. Veía mi vida ligada a Petronor. Soy instrumentista. Hacía mantenimiento de niveles de presión y temperatura. Estaba dedicado a mi trabajo. El fútbol era algo secundario, Había días que llagaba tarde a entrenar porque salía tarde de trabajar. Estuve cuatro o cinco meses trabajando diez y doce horas y entrenaba por las tardes.
Y aún así le salió la mejor temporada.
La de Portugalete también fue buena. Hice trece goles, pero aquello tiene el valor añadido de que era el primer año en Segunda B. Hice diez asistencias y seis goles.
Aparece el Eibar el pasado verano. ¿Cómo se plantea el futuro?
Es un club de Primera. Lo que hice fue hablar con mi jefe en Petronor y desde el primer momento me pusieron todas las facilidades del mundo. Cogí un año de excedencia para apostar por el fútbol y en esas estamos. Quería vivir la experiencia de lo que es ser un jugador profesional. El Eibar coge a Eddy Silvestre cedido del Murcia y meten a un jugador en la operación y soy yo. La experiencia en Murcia es muy buena, tanto en el vestuario como en la ciudad. Captamos toda la atención de la prensa, de los aficionados, nos conocen por la calle, los niños nos piden autógrafos... Eso es lo que quería vivir. Vamos líderes y la apuesta es subir.
Diez partidos de titular, presencia en casi todos los demás y tres goles ¿Está contento?
Ser titular es muy complicado, pero juego casi todos los partidos y el míster cuenta conmigo. Estoy contento.
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