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Unai Carmona posa con un equipo de niños de la TSF Academy.
Un entrenador de Santutxu en Nueva Jersey
Fútbol

Un entrenador de Santutxu en Nueva Jersey

Unai Carmona prepara a niños y jóvenes de ambos sexos de entre 6 y 23 años en una escuela de fútbol en Estados Unidos

Javier Ortiz de Lazcano

Martes, 24 de noviembre 2015, 01:52

A Unai Carmona (Santutxu, 31 años) siempre le ha tirado Norteamérica. Con 28 años se fue a Vancouver (Canadá) a estudiar inglés y ahora está en Nueva Jersey (Estados Unidos) como técnico de The Sports Factory (TSF) Academy, donde trabaja con niños y jóvenes de entre 6 y 23 años.

En su infancia practicó más el judo que el fútbol. «Se me daba mejor», evoca. Eso sí. jugó en el equipo de la ikastola Kirikiño (Txurdinaga) y en el Deusto cadete. Su etapa en el banquillo arrancó en el Galdakao, en el que estuvo seis años. Empezó desde abajo, segundo entrenador de los infantiles, y ascendió hasta el División de Honor regional.

Con 28 años cruzó por primera vez el Atlántico para asentarse en Vancouver. «Quería mejorar mi inglés», explica. De regreso a Bilbao, la atracción por los banquillos vuelve a ser irremediable. Ayuda en el cadete de honor del indartsu y luego echa una mano en el Primera Regional del Ugao.

Y aparece la TSF Academy. Carmona acude a una entrevista en Madrid. 45 personas más se presentan allí. Es uno de los elegidos y pone rumbo a Estados Unidos. Es una potente empresa futbolística que reúne a más 200 muchachos de entre 7 y 23 años. En su base en Lincoln Park, al norte de Nueva Jersey, cuenta con cuatro campos interiores, de hierba natural y salas de reuniones. Además emplea otros terrenos por su área de influencia, el norte del estado de la costa Este.

«Entrenamos en diferentes ciudades. Hay mucha variedad, desde nivel bajo hasta alto, Los equipos buenos son majos para trabajar. Es difícil que en un país tan grande como éste no consigas jugadores de nivel. El fútbol cada vez gana más espacio y se ve más, pero está muy lejos de los deportes punteros de esta zona como baloncesto, hockey y fútbol americano», explica el joven de Santutxu.

El deporte más universal está en un plano secundario en la mayor potencia. «Quieren progresar con el fútbol, pero los otros deportes son más grandes. Allí salas de la ikastola, ibas al patio y con dos sudaderas de poste jugabas mientras merendabas. Aquí tienen sus casas y sus jardines. Hacen toques o lanzan a una portería, pero no interactúan en partidos con otros niños. Tengo un chaval español que echa de menos eso y que es algo que hace en España en verano».

Domiciliado en una zona tranquila y a una hora de autobús de Nueva York, es un hombre muy feliz. «Uno siempre quiere entrenar a mejores equipos, pero hay que ir paso a paso porque soy nuevo, aunque este año ya he podido entrenar el equipo sub'23 femenino que tiene muy buen nivel. Estoy en una zona muy tranquila, al lado del monte y con Nueva York cerca. Tampoco tenemos un horario estresante, veinte horas a la semana. Las temporadas son de primavera a otoño porque el invierno es duro y se entrena en cubierto», resume.

Es feliz en su segunda aventura americana. «Hago lo que me gusta. Lo que en Bilbao era mi hobby, aquí es mi trabajo. Estoy muy bien y vivo muy a gusto», se despide.

PD: Estos reportajes quieren contar las peripecias de vizcaínos que están lejos de Euskadi como jugadores o técnicos de equipos. Si conoce a alguien susceptible de salir en esta sección pongase en contacto con jortizdelazcano@elcorreo.com

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