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Unai Melgosa atiende a una televisión tras un partido de la Champions juvenil.
De Portugalete a la Champions juvenil

De Portugalete a la Champions juvenil

Unai Melgosa, exentrenador del Athletic y del Málaga, dirige al Dínamo de Kiev sub'19, con el que juega la máxima competición europea de su categoría

Javier Ortiz de Lazcano

Miércoles, 4 de noviembre 2015, 02:02

Unai Melgosa (39 años) lo avisa desde el inicio. «Nací en Bilbao, pero soy de Portugalete». Podía haber seguido a 25 kilómetros de la capital vizcaína ejerciendo su puesto en el centro Kirolene de Durango, pero ha sido lo suficientemente decidido para irse junto a su esposa y su pequeña hija de once meses a Kiev, a 3.300 kilómetros. «Mi cría ha pasado casi tanto tiempo de su vida en Kiev como en Bilbao», calcula.

Allí trabaja con la cantera de la histórica formación ucraniana. Lleva al equipo sub'19 y hace también labores en el sub'21. Ha tenido un aterrizaje por todo lo alto. Este portugalujo compite en la Liga de Campeones juvenil, en la que su equipo ha ofrecido un rendimiento inesperado. Debutó con triunfo ante el Oporto (2-1), «una victoria que muy pocos esperaban aquí», empató 1-1 en la cancha del Maccabi Tel Aviv y cedió 0-2 ante el Chelsea, ante quien hoy juega en Londres en la cuarta jornada. En un grupo en el que se daba por hecho que ingleses y portugueses irían para adelante, causa soprpresa que los ucranianos estén en la pelea por la clasificación.

Licenciado en Psicología, dice que su experiencia ha cambiado su forma de ver el mundo. «Estar aquí me sirve para adaptarme a vivir el día a día y disfrutar, y hasta magnificar las pequeñas alegrías de cada día porque hay partes de la adaptación que no son fáciles».

El Shakhtar Donetsk, rival del Athletic en la Champions 2014-15, es el equipo con más recursos y más conocido de Ucrania en la última década. Pero el de mayor historia es el Dinamo de Kiev, dueño de un palmarés abrumador. Ha ganado 13 Ligas de la URSS, 13 de Ucrania, entre ellas la última, 9 Copas soviéticas y 9 ucranianas, 3 Supercopas soviéticas, 5 Supercopas ucranianas, dos Recopas de Europa y una Supercopa de Europa. Es el equipo más laureado de la extinta Unión Soviética y el único, junto al Dinamo de Moscú, que nunca descendió de categoría.

«Es un club top en muchos sentidos, más allá de que esté en un país como Ucrania. La vida aquí es como en cualquier capital occidental, aunque hay importantes diferencias sociales entre los ricos y los pobres. Es un club potente, poderoso, con una gran academia, con ocho campos de entrenamiento, con un campo cerrado para entrenar y económicamente está bien», presenta el portugalujo.

El club ha quedado marcado por la figura legendaria de Valeri Lobanovski (1939-2002), el entrenador que le dio sus dos Recopas y al que se rinde tributo al haberle dado su nombre al estadio. Andrei Shevcheko (67 goles en Champions entre Chelsea y Milan) evocó así su figura: «Le llamaban general porque la disciplina lo era todo para él».

«Vengo de una forma de trabajar en el Athletic consolidada y con un recorrido anterior muy claro, más allá de que se produzcan cambios. Hay una idea general que se respira. Aquí hay una cultura general desde Lobanosvsky marcada por la jerarquía. La estructura social tan jerárquica de esta sociedad también está en el fútbol. Es muy difícil que un jugador falte al respeto al entrenador. Los futbolistas encajan cosas que a veces de forma excesiva los entrenadores les dicen o les hacen. Pero eso genera también que tengan menos iniciativa porque están educados para hacer lo que les dicen. Eso complica mucho el trabajo como técnico», resume.

Antes de poner pie en Kiev, Melgosa dejó el fútbol a los 16 años tras militar en el Colegio Santa María de Portugalete, Menesianos y Portugalete y dirigió su carrera hacia los banquillos. Entrenó en el fútbol no profesional a Menesianos, Santutxu, Barakaldo, Oinarri y Peña Athletic antes de ser reclutado en 1991 por Txema Noriega para el Athletic, en donde trabajaba con cadetes, juveniles y el Basconia, en este como ayudante. No quiso condicionar su futuro a unas elecciones en el Athletic y abandonó Lezama seis años después con destino al Málaga, de donde le llamó Julen Guerrero.

Los problemas económicos del club andaluz le hicieron arrinconar su ambicioso proyecto de cantera y Melgosa regresa a Lezama en 2012. Firma tres años de contrato, pero el entonces responsable de la cantera, Aitor Larrazabal, le dice en 2014 que no cuenta con él. «¿Me dolió? Cuando estás en el club que más quieres no te produce satisfacción irte, pero hay que entender que son situaciones que se pueden dar. Al Athletic no le puedo reprochar nada. Es mi casa, he entrenado allí y he estado muy a gusto». Atrás quedan los recuerdos. Dirigió el primer entrenamiento de Laporte en Lezama y ha trabajado también con Muniain, Iturraspe, San José, Galarreta, Aketxe, Eraso y Morán.

Tras un año acumulando experiencia por el mundo -estuvo en Polonia, Rusia y colaboró en un proyecto de capacitación de técnicos en el América mexicano- Vicen Gómez le llamó desde Ucrania. «Los días se hacen muy largos, pero estoy encantado de haber venido», se despide.

PD: Estos reportajes quieren contar las peripecias de vizcaínos que están lejos de Euskadi como jugadores o técnicos de equipos. Si conoce a alguien susceptible de salir en esta sección pongase en contacto con jortizdelazcano@elcorreo.com

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